Skyline botellil

Si hay una práctica fascinante entre el wineloverismo que alcanza su plenitud en verano, esa es la colección de botellas acabadas. Las llamamos “cadáveres”, enfiladas en la mesa o mostrador de turno a modo de proyección egocéntrica de lo bebido en esa sesión. Santiago Rivas
En el culto, a esto se le llama skyline botellil por aquello de hacer un símil con las típicas imágenes de las siluetas de las estructuras y edificios más altos de una ciudad. Somos tela de creativos.
Ni siquiera las limitaciones coronavíricas han podido con esta praxis este verano, a pesar de que tiene muchos críticos que consideran, con toda la razón, que esto solo se hace para presumir. Pura vanidad. Pues claro, so siesos. Como todo en la vida.
Entonces, para aquellos que no están muertos en vida y queréis hacer esto bien, ahí voy con una serie de recomendaciones para que vuestro skyline sea como el de Nueva York o Shanghái, y no como el de una ciudad gallega.
- Empezamos. Lo primero es que no tiene que resultar escueto. Es decir, tiene que haber el suficiente número de botellas como para que la imagen impresione. Desde Sobremesa se recomienda un mínimo de 5 botellas.
- NO sirve cualquier referencia. Las referencias tienen que ser winelover. Si no sabéis cuál es winelover y cuál no, id directamente a la casilla de salida, esto es, mi primer artículo en este wineblog.
- Puede parecer una tontería, pero ya las dos primeras reglas te obligan a quedar con varias personas dispuestas a llevar vinos de nivel (o ser alcohólico). Si quedar con gente te resulta insoportable, lo mejor es que vayas guardando las botellas que vas bebiendo, y cuando tengas unas cuantas te marcas la foto y/o vídeo. Sería lo que se llama un skyline onanista, pero no tienes que aguantar a nadie ni exponerte a “viruses”.
- La composición es muy importante: como no todas las botellas -a no ser que seas un asqueroso etiquetero- van a tener super nivel, pon las más caras/raras en el centro de la estampa. Que se vean bien.
- Tampoco descuides las añadas: muchas veces son el factor definitivo para generar envidia, por lo que ten el cuidado de colocar los vidrios de tal manera que se puedan apreciar con nitidez.
- No incluyáis las cerves, por el amor de Dios, a no ser que sean Cantillon, 3 Fonteinen o una Chimay caducada. Sin embargo, he visto alguna imagen rulando por ahí en la que se incluye la botella de agua y en esto, perdonadme, estoy muy a favor. Hay que hidratarse, winelovers, y el agua merece un homenaje: sin ella no seríamos nada.
- Procurad que haya al menos un Jura, un Jerez, un Champagne, un Barolo o un Borgoña. Si no fuera el caso, entonces que toda la selección sea española.
- Debe haber blancos, tintos, espumosos, rosados, naranjas y dulces. O sea, variedad. Y si no la hay, que sea porque el encuentro tenía una temática. Un red skyline porque sí es de parguelas.
- Igual que antes he comentado que hace falta un mínimo de referencias para montar un buen skyline, ya os digo que no hay un máximo. Si son doscientas botellas las consumidas en vuestra “vino-bacanal”, pues se hacen las fotos o vídeos necesarios hasta que estén todas.
- Recordad, sin embargo, que, si el vídeo es para un story de Instagram, no puede durar más de 15 segundos. No olvidéis poner los hashtags #skyline, #planazo y #aquisufriendo.
- No etiquetéis en el story a todas las bodegas involucradas, ya que entonces no veremos nada y no sentiremos envidia y/o admiración.
- En el story, pensad bien la música que pondréis como banda sonora. Pero no seáis pretenciosos. Gente como Radiohead, John Coltrane o Wilco no suelen maridar bien con estas imágenes tan festivas. Lo suyo es que sacrifiquéis vuestra inmensa cultura musical y pongáis temazos cachondos como “Criminal” de Natti Natasha y Ozuna -o el “Yo perreo sola” de Bad Bunny para los que hacen skylines onanistas-. Muy buenas opciones.
- Tened cuidado con lo que hay detrás de las botellas y con la iluminación de estas, que algunas imágenes parecen, más que retratos del hedonismo más culto, un secuestro del ISIS.
- Esto es para mentes muy frías: lo suyo es que hagáis el vídeo o foto de las botellas mientras aun vayáis sobrios. De lo contrario, puede que las imágenes no tengan una calidad adecuada o, con el ciego que lleváis, se os olvide o, incluso, os dé pereza y, al final, no la hagáis.
- Al hilo de lo anterior, si al día siguiente algún asqueroso en algún espantoso grupo de whatsapp pide las imágenes de las botellas bebidas porque él no las hizo -se ve que no tuvo tiempo en las siete horas que duró la velada- solo adjúntaselas cuando tú ya las hayas subido a tus redes sociales. No seas primavera.
Y, por ahora, nada más. Si me hacéis caso, en poco tiempo notaréis cómo vuestros followers crecen y, además, lo hacen con gratitud y os ponen likes, aplausos, wows y similares.
Al personal, lo que nos gusta es el espectáculo.
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