Santiago Rivas

Les dais igual

Sábado, 23 de Abril de 2022

Antes de empezar, es mi deber avisar que este texto viene a ser el reverso del anterior capítulo, “Winelover Washing”, y es que, al más puro estilo Clint Eastwood en “Banderas de Nuestros Padres” y “Cartas desde Iwo Jima”, vengo a contar lo mismo, pero desde el punto de vista del consumidor iniciado con pretensiones ideológicas e intelectuales, esto es, el winelover. Santiago Rivas

Si en aquel texto señalaba las evidentes prácticas de muchas bodegas por acercarse al consumidor de culto, ahora vengo con los, por momentos, indestructibles dogmas que tiene este tipo de bebedor para el que, muchas veces, lo que contiene la copa es casi lo de menos.

 

La existencia de elaboradores que destinan tiempo, dinero y esfuerzo a ejecutar referencias que satisfagan a este nicho de consumo obedece a que este mencionado subconjunto tiene sus neuras y, a veces, si no son infranqueables, sí resultan más duras que un espartano. La sociedad del espectáculo es poliédrica y letal; lo que no se convierte en espectáculo, muere.

 

[Img #20505]Hay bodegas que, dada su reputación, concepción o tamaño, ya pueden marcarse una referencia que, como poco, esté a la altura de cualquiera del Olimpo winelover (Ramonet, Keller, Leroy… ya sabéis por donde voy) que este ni se dignará a probarla. Ni gratis, ni aunque les lleves la botella a su casa, ni aunque les secuestres y les hagas entrar en ese salón de vinos donde lo están dando a conocer.

 

Es imposible. Es una militancia que tiene mucho en común con las de las teorías conspiranoicas.

 

Un terraplanista no va a dejar de serlo por mucho que le muestres pruebas irrefutables de la redondez del planeta. Un winelover radical no te va a creer si le comentas que tal bodega, que él tiene por industrial, está elaborando grandes vinos. Aunque le reconozcas que es solo una parte de su gama destinada a tal efecto, a satisfacer gustos como los suyos.

 

Siguiendo con el terraplanismo, si estos niegan la existencia de Australia porque les viene mal para sus delirios y argumentan que los australianos son actores contratados por corporaciones que obedecen a un supuesto interés supranacional, global, y así mantener la terraplanez en secreto (ojo que esto que estoy escribiendo lo piensan de verdad), el winelover invisibiliza la existencia de regiones con escasa tradición en vinos de culto.

 

Para él, como si no existieran.

 

Lector:  tú mismo. Si eres un viñador de la Ribeira Sacra, Bierzo, Cebreros o Tenerife, por decir alguna de las regiones más valoradas por esta política, lo tienes bien. Ahora, si tus viñedos están en Arlanza, Extremadura, Toro, Somontano o similares lo llevas jodidete.

 

Puro sesgo y prejuicio. Que los demás durante años lo hayan hecho regular no impide que aparezca alguien que se descuelgue con grandes vinos. De hecho, yo, al menos, no conozco una zona que no tenga alguna referencia interesante.

 

Y viceversa: ni todo Tenerife vínico es vulcanismo (hay mas de uno y de diez que más bien parecen Riberas del Duero) ni toda gallegada es atlántica.

 

La semana pasada conocí a uno de los responsables de Bodega Cerrón, en la DOP Jumilla, y no deja de admirarme la calidad de sus vinos y el arrojo que le está poniendo por dar valor a su comarca y varietales sin ningún tipo de complejos (mirad sus precios). No creo que haya en este país un proyecto de tanto nivel que lo tenga, bajo la perspectiva wineloverista, todo más en contra: airén DOP Jumilla.

 

Expectante me tienen.

 

En definitiva, y a modo de conclusión: bodegas de toda España, dejad el Winelover Washing, más que nada porque a su público objetivo no le interesáis; os van a seguir despreciando, hagáis lo que hagáis. Si lo hacéis desde la convicción, desde la honestidad de mejorar, cambiar y experimentar, pues bienvenido sea, ya os disfrutaremos los que tenemos algún prejuicio menos.

 

Pero no vayáis de lo que no sois.

 

Y a la wineloverada más radical, que tanto me divierte analizar, pues eso, seguid así que me dais la vida. Lo único es que, de vez en cuando, podéis beber un vino que no sea del Jura, Jerez o Barolo. No os va a sentar mal. No creo.

 

Creedme.

 

 


Imagen: Saman Taheri // Unsplash

SOBREMESA no comparte necesariamente las opiniones vertidas o firmadas por sus colaboradores.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.