Explorando Dalmacia

Split

Lunes, 02 de Diciembre de 2013

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Reconocida como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1979, esta histórica capital es la segunda ciudad más poblada de Croacia y la más importante de la turística región de Dalmacia. Mayte Lapresta

En su retiro, el emperador romano Cayo Aurelio Valerio Diocleciano (el primero que dejó voluntariamente dicho cargo) eligió vivir en una espectacular ciudadela amurallada –localización, por cierto, de la popular serie de la HBO Juego de Tronos– que había encargado construir a orillas del Adriático, en la provincia de Dalmacia. En los quince siglos siguientes, la ciudadela, actual corazón del casco histórico de Split, siempre estuvo habitada y la tumba de Diocleciano –entre cuyas aficiones estuvo la de perseguir con inquina a los cristianos– fue respetada, aunque hoy, paradojas de la vida, es una catedral católica, la de San Duje. 

 

Desde su torre, sobre un hermoso peristilo de roca caliza pulida por el paso de las civilizaciones, en el que los turistas se sientan a disfrutar de un café o de una copa de Maraschino, podrá echar un vistazo en redondo a una ciudad desordenada, repleta de sabor histórico. Si consigue abstraerse de teléfonos móviles y canciones mainstream, podría llegar a pensar que la urbe quedó detenida a finales de los 80 del siglo pasado en una deliciosa inocencia social, quizás en un olvido colectivo y voluntario de la atroz guerra que mordió el país en los 90. Tal atmósfera convierte a Split en una de las ciudades más seguras de Europa, donde advertirá comerciantes con la atención desviada de las mercancías que venden, así como muchos ciudadanos que dejan abiertas las puertas de sus hogares. 

 

Una buena aproximación a la gloria ancestral de la ciudad puede comenzar en el Gradska Luka, el puerto de Split. A lo largo de su paseo marítimo encontrará agradables terrazas en las que disfrutar de un aperitivo, advirtiendo a cada paso la majestuosidad de espacios como la Plaza de la República, un ejemplo arquitectónico del bienestar vivido cuando Dalmacia se encontraba bajo dominio veneciano –los leones alados (o su sonada ausencia), ya lo verá, son las claves de este hito histórico– y en el que hoy se celebran numerosos eventos culturales en verano.

 

 Cientos de cruceros llegan cada año a la ciudad, liberando batallones de turistas que, bajo la dirección de sus guías, se encaminan, en primer lugar, al dédalo interior del Palacio Diocesano, invadido de tiendas, restaurantes y casas particulares salteadas entre atávicos lugares de culto, crípticas inscripciones (trate de encontrar una, muy misteriosa, en catalán) o relojes únicos, como el de la plaza Narodni, construido en el siglo XV para medir ciclos de 24 horas. 

 

En el plano deli, hallará establecimientos especializados en aceite, sal, confituras y chocolate (no se pierda la marca Nadalina, creada por Marinko Biskic, quien, además de ejercer como innovador culinario, está al frente de la banda de rock Narodno Blago), productos todos ellos de gran calidad. Los vinos, a pesar del orgullo que supone a los croatas la variedad plavac malí, aún son poco competitivos, aunque sí podemos encontrar interesantes monovarietales de cabernet sauvignon y shiraz. Las cervezas Osjeko y Karlovako gozan de gran popularidad e incluso sucede que una cervecera local posee licencia para producir la Kaltenberg bávara. Por otro lado, el regalo por excelencia del país es una corbata, complemento cuyo origen encontramos en el pañuelo cravat de los mercenarios croatas al servicio de los franceses. 

 

A falta de una Fontana di Trevi, la superstición local –tan astuta como artificial– indica que se debe acariciar el dedo gordo del pie de la estatua de Gregorio de Nin (obra del escultor Ivan Meštrovi ), obispo defensor del alfabeto glagolítico de Dalmacia, para que así se cumplan sus deseos.

 

Toma nota

 

Playa: Cuando el tiempo acompaña, en la playa de arena de Bavice se practica el deporte picigin.

 

Marino: El mercado de pescado de Split y su lonja son dos entornos turísticosplenos de vitalidad.

 

Cicerone: Una eficaz guía –en español– para la ciudad y sus alrededores es Saša Ruic.

 

Agenda

 

Comer bien

 

Konoba Varos
Ulica ban Mladenova, 7
Tel.: + 385 21 396 138
Establecimiento de corte tradicional en el que disfrutar de especialidades locales como la ensalada de pulpo, las ancas de rana, el risotto y los pescados a la parrilla. P.M.: 25€.

 

Uje Oil Bar
Dominisova, 3
Tel.: + 385 21 490 990 
De reciente apertura, un espacio con interiorismo cuidado que tiene el aceite de oliva como leitmotiv, desde la carta hasta parte del menaje, fabricado con madera de olivo. Platos de interés como la hamburguesa de cordero autóctono. También es una tiendadelicatessen. P.M.: 35€.

 

Sperun
Sperun, 3
Tel.:+ 385 21 346 999
Muy cerca de la Plaza de la República,restaurante de cocina típica y sencilla. Su punto fuerte son los pescados a la parrilla recién llegados de la lonja. El propietario no perderá ocasión para manifestar sus conocimientos de español.P.M.: 25€.

 

No Stress
Iza Loe, 9
Tel.: + 385 514-499-2084 
Pastas correctas, productos eco y pan casero (esto suele ser una norma en los restaurantes dálmatas) en plena Plaza Narodni con una agradable terraza.P.M.: 30€.

 

Monika
Budislaviceva, 12
Tel.: +385 21 882 501
Restaurante en la deliciosa localidad de Trogir. Cuenta con un recoleto patio interior en el que hay una barbacoa.Cocina sencilla, económica y sin florituras. El restaurante pertenece al encantador hotel del mismo nombre, con solo doce habitaciones recientemente reformadas. P.M.: 20€.

 

Qué ver

 

Trogir

Esta cuidada ciudad medieval –también Patrimonio de la Humanidad– se encuentra en una pequeña isla bastión a apenas 28 kilómetros de Split. En menos de 100 hectáreas encontramos una elevada concentración de arquitectura monumental: la catedral de San Lorenzo (los bancos públicos, con forma de parrilla, llevan el nombre del santo porque se dice que la gente se asa en ellos en verano), la logia, los palacios del Camarlengo, Ducal y de Cipico. 

 

Klapa 
Cerca de la catedral de San Duje podremos encontrar a un grupo de hombres vestidos de forma similar. Se trata de un conjunto de klapa, una forma dálmata de expresión musical a capella, poderosa y emotiva.

 

Dónde hospedarse

El hospedaje en la ciudad –y en todo el país, en realidad– nos permite elegir entre varias posibilidades: desde hoteles tradicionales como Hotel Park hastapequeños hoteles boutique en el Palacio Diocleciano, tal es el caso de Vestibul, pasando por la amplia y cuidada oferta de alquiler de apartamentos y habitaciones por parte de familias locales.

 

Más información en: web oficial de la Oficina de Turismo de Dalmacia y VisitSplit

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