Enoturimo en absoluto

Estancia Piedra

Lunes, 02 de Diciembre de 2013

Estancia Piedra es uno de los referentes vinícolas de Toro, pero también es un punto de encuentro para el enoturismo, con sus propuestas y actividades para todos los públicos. Luisa Denis

Estancia Piedra es la finca vitivinícola de cepa vieja con mayores dimensiones de la D.O. Toro, con 35 has, plantadas –casi todas– en 1968 sobre terrenos de arcilla, arenosa y caliza. Una visita a Google Maps nos permite descubrir que el contorno de cierta parte del viñedo reproduce con notable fidelidad el perfil del continente africano en un complejo alarde de paisajismo e ingeniería agrónoma con vocación cenital. A pie de vid comprobamos que el latifundio –zona rural protegida a la que rodea un coto de caza– se ha convertido en un singular refugio y zona de observación de aves, motivo por el que se patrocina un concurso fotográfico desde la bodega cuyo marco temático es ornitológico. En lo alto de la loma que corona el terreno encontramos la rotunda casa del fundador de Estancia Piedra, Grant Stein, prestigioso abogado escocés que reside en las Islas Caimán, que ya pasó hace tiempo por las páginas de Sobremesa. En el día a día, es su eficaz socia y directora general de la empresa, Inma Cañibano, quien se encarga de las operaciones nacionales e internacionales. 

 

Estancia Piedra no cuenta con un hotel, pero su vocación enoturística es absoluta. Está involucrada en numerosos packs de experiencias con ofertas, en cada caso, distintas; la propia bodega se ocupa de generar sus paquetes exclusivos de visitas que comprenden recorridos guiados, catas y gastronomía con diferentes permutaciones, y cabe la alternativa de componer con ellos un evento puntual a medida. El centro de recepción de visitantes es un atractivo edificio perfectamente integrado en la finca y con enorme versatilidad, en cuyo acceso llama la atención una mayestática escultura de una cabeza de toro de lidia del artista dEmo. Entre las posibilidades para el enoturista, destacan las actividades dirigidas a público infantil a cargo del personal de Estancia Piedra –permitiendo asimismo que los mayores puedan evadirse en su recorrido– y la opción (con buen tiempo) de celebrar un picnic entre viñedos en la zona habilitada para tal fin. Por otra parte, la propia bodega sirve, a su manera, de buró oficioso de orientación turística en el cual recibir información precisa sobre hoteles, restaurantes y monumentos de los alrededores. 

 

Aunque todas las visitas y catas tienen un precio en función de sus características, en Estancia Piedra se celebran distintos actos culturales sin cargo para los asistentes; es el caso de los Vinotauros, un ciclo recurrente de conferencias y coloquios con la participación de personalidades de las artes y los medios en los que el vino es parte fundamental del discurso.

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