Sir Cámara

San Hipólito, Sinesio Delgado y unas ovejas churras (A Paloma Delgado Munden)

Viernes, 22 de Mayo de 2015

Los gustos de la gente son tan diversos como similares, valga la paradoja. Quiero expresar con este argumento que tomar una decisión, opinar, asumir, propagar, compartir, no resulta nada sencillo. En la mayoría de los casos, la falta de criterio o de información hace imprescindible la presencia del dedo del señalador de turno que asegura: Este local, producto o servicio es muy bueno. (Incluso: . Este local, producto o servicio es muy muy buenísimo). Sir Cámara

Dependiendo de quién lo haya dicho, la recomendación podrá hacer historia o no. De la misma manera que he comprobado cómo excelentes hosteleros se han hundido en la miseria por no haber sido bendecidos a tiempo, comparto ahora con ustedes un establecimiento hostelero y un producto que merecen una reflexión y una cata en buena compañía. Y para que vean que no exagero y que sigo convencido de que estos comentarios deben contribuir a la fluidez comercial, ahora tan escasa, voy a incluir ciertas notas personales y, por supuesto, subjetivas.

 

En esas estábamos, justo cuando me disponía a escribir sobre este tema, revisando un soporte digital, me brotó un banner anunciando, precisamente, el  hotel rural de Támara de Campos que pretendía recomendarles. Y como no aspiro a la gloria de los descubridores,  continúo. Es un sencillo y muy agradable alojamiento, situado en la plaza de san Hipólito, junto a la iglesia de san Hipólito, establecimiento que se denomina  así precisamente: Hotel rural san Hipólito. Desde su elevada posición, se dominan los páramos cerealeros, la ya citada iglesia, gótica y con aportaciones renacentistas y barrocas, regalo inevitable del paso del tiempo, y un órgano inusual que justificará su cara de sorpresa cuando estén ante él.

 

Anabel, que se ocupa de la cocina, el hotel y el patronato local de turismo, es la creadora de las “trufas de morcilla” a las que ha tenido la decencia de no bautizarlas, -hubiera sido lo más normal- como tuber botellus de san Hipólitus. Igualmente se debe tomar, muy en serio y en el restaurante,  el exquisito guiso de rabo de toro y el lechazo; si es que no hemos echado un rato largo de picoteo antes del almuerzo o la cena en el agradable lagar que también ofrece la casa.

 

Unos metros más abajo de la iglesia,  se encuentra la casa natal de Sinesio Delgado,  fundador de la Sociedad de Autores de España, la más valiosa herramienta de los que trabajamos con la inspiración y que después fue conocida como la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores). Les dejo este dato como referencia para que se lleven algo de lectura, por ejemplo Sinesio Delgado y su obra, un ensayo de Alberto Delgado Cebrián, para terminar de amueblar documentalmente la escapada.

 

Y si al emprender el  retorno les pilla a mano y les gusta el queso, para merendar o como regalo, sugiero que desde Támara de Campos salgan por la carretera P-405 en dirección a Santoyo y Astudillo. Allí tomen la BU-411 con dirección a Castrojeriz.: un pueblo chico —Hinestrosa— ya en Burgos. Doy explicaciones para que no pregunten; porque ir a Burgos desde Palencia a comprar queso, podría parecer grosero. Allí hacen el queso Mostelares, creo recordar que de leche de oveja churra. Una raza emblemática, una oveja de trato abierto, hay quién dice que bobalicona… Incluso aseguran que de gran precocidad sexual, pero eso poco aporta ahora. Es un queso extraordinario, de pasta blanca y con un toque saladito característico de la comarca que, en cualquiera de sus manifestaciones —curado, semi  o el otro—, justifica la excursión. Pues eso.

 

·Hotel San Hipólito, Támara de Campos (Palencia) Tf. 979 81 04 92

·Quesos Mostelares, carretera de Castrojeriz, 1  Hinestrosa  (Burgos)  Tf. 947 37 72 51

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