TUTEAR AL TURRÓN
Qué felicidad, la Navidad llegó/los Reyes Magos del Oriente vienen ya/dos son blancos y uno no. Es la más ingenua, cachonda y tierna estrofa navideña con la que hace ya unos añitos nos obsequiaron los Gomaespuma. Y traigo esto a la entradilla porque siempre ha sido frecuente escuchar imbecilidades o imprecisiones por estas fechas. Sir Cámara
No olvidemos el clásico… ya vienen los Reyes Magos/caminito de Belén/olé, olé, Holanda y olé/Holanda ya se ve… No voy a entrar en la insensatez geográfico-visual desde la tierra de los olés para divisar al tiempo Belén y los Países Bajos, que, ya puestos, podían haber ajustado la rima hacia Bélgica, mejor que Holanda, porque tienen más tradición allí los críos meones… Digo yo.
Y todo esto porque un año más es Navidad. Ya hemos empezado el riguroso protocolo de comprar los dulces navideños que luego, según la mayoría, acaban en un rincón de la alacena o causando una “turronitis” al perro, -unas lesiones, en ocasiones irreversibles, junto con la “langostinitis”, que se detectan allá por el día 8 de enero- cuando se reniega de la desaforada pasión en la que ahora estamos inmersos.
Se intenta mantener las tradiciones, pero a la vez se pretende aportar innovación a nuestras mesas. Innovación, aunque no sea exactamente de este año, como el turrón de foie y lima, de Dani García. O el turrón de jengibre y regaliz, que me cuentan es de inspiración neozelandesa y tiene despuntes amargos y ecos picantes. O el turrón de quienes pretendieron llegar más lejos, más allá de los clásicos duro y blando y parece ser que han llegado al turrón de chocolate con chorizo. Un soporte de chocolate en el que naufraga, de manera irregular, un picadillo de chorizo que más bien entronca con el capítulo de las Guarrindongadas de don David de Jorge Ezeizabarrena, más conocido como Robin Food.
Qué lejos están los referentes iniciales de las almendras y la miel. Y lo digo porque me sorprende que los de embutidos de Cardeña, Burgos, que hicieron hace ya un par de años largos los “Nachos” de morcilla suprema, unos snacks muy atractivos y morcilleros, no hayan hecho algo que perfectamente podría haberse travestido en turrón para estas fechas… Es un poner, oiga, que dijo la gallina Turuleta.
Lo cierto es que hemos sobrevivido a las “innovaciones tradicionales” y hemos catado turrones de los más diversos brebajes: de licor de güisqui, de coñac… Nunca hicieron, que se sepa, un turrón de Chinchón seco, “El Sacristán”, como homenaje a Pepe Sacristán, que es de allí. De Tequila sí se hizo, de chiles… Que ya sabemos del feliz maridaje entre los chocolates y los picantes… Pero lo que más me llamó la atención en estos preparativos navideños, es el turrón de chocolate con sal; bueno, seamos precisos, es chocolate y sal en un formato de 250 gramos que aparenta ser un guirlache oscuro y al que no se le puede hacer ni un reproche. Todo lo contrario. Es parte de la amplia gama de productos que elabora Turrones Artesanos Vicens, de Agramunt, Lérida, y que ya conocía por su buque insignia, el turrón de yema con naranja escarchada. Una delicia que va más allá de las fechas señaladas y que hace buena pareja con un helado, un buen helado de chocolate, bien emplatado y a pie de playa o bajo la boina de contaminación otoñal de este Madrid.
Qué son ya muchos años preguntándonos dónde empieza el turrón y dónde están sus límites tras haber visto los pralinés -chocolatinas a lo bestia para que nos vamos a engañar-, que son aquellos “turrones”, generalmente de chocolate con cosas, que quedaban ahí aparcados tras la Navidad, y que nos los daban ya mediados enero, el popular pan y chocolate, para merendar entre deberes o balonazos. Eran otros tiempos. De aquellas cosas con cacahuetes, arroz, pipas de girasol, gominolas… hemos pasado a las delicias de mojito, de gintónic, de kikos de maíz, de raíces, de pan y aceite… Dos conceptos, los clásicos que hoy todavía se venden, y estas nuevas texturas y sabores que nos permiten establecer un protocolo para estos dulces: a unos los puedes tutear -yo diría que a los segundos-, son como más próximos. Pues eso. Es diciembre y hay donde elegir. Es mes de elecciones…
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