César Serrano

Los gustos y los caminos

Sotofermoso

Sábado, 16 de Abril de 2016

A las afueras de Traslasierra y en paralelo al río, surge el camino que nos conduce al más bello lugar que podamos imaginar... César Serrano

Sí, aún es posible sentir toda aquella belleza renacentista de perfumes y aromas que parecen todavía transitar el aire siempre fresco en los antiguos jardines, aquella belleza que sedujo a Lope, la que cantó Garcilaso, la misma en la que vivió su primera locura de amor Doña Juana. Fue aquí, en Sotofermoso, donde Doña Juana sintió por primera vez las convulsiones del amor mientras las oropéndolas cantaban en nupcial algarabía y desde los alcorques llegaba el suave perfume de las violetas.

 

Después vendría el amor como ni tan siquiera en Sotofermoso lo había soñado; llegarían sacudidas y estremecimientos nunca sentidos hasta aquellos primeros días del amor al lado de don Felipe, y desde ahí, desde el amor, también la amargura, el desasosiego y una tristeza cenagosa que la sumía en una podredumbre que alcanzaba todos los sentidos hasta cenagar el alma.

 

Quiso Doña Juana, y esto nunca nos lo ha contado la historia, y sí las gentes de Traslasierra en las noches del serano, que fuesen los jardines donde soñara el amor los que abrazasen para siempre el cuerpo ya muerto del amado. No, no era Granada, era Sotofermoso. El perfumado de violetas, el de las murtas y abrótanos, el de la cidra y los limoneros de luna, el de los naranjos preñando el aire de azahar, el de los jazmines, el de las fresas que al caer las tardes de primavera todo lo perfuman, el de la grandiosa Fuente de los Planetas, el de la Capilla de las Uvas a las que acudían los pájaros batiendo sus alas sobre ellas.

 

Sotofermoso el de Andrómeda y Perseo. Andrómeda, Perseo invitando a la épica del amor en la gran Plaza de Nápoles que, como un ágora de los sueños y los besos, estaba representada en el centro de los perfumados jardines. Sí, cuentan que era tanta la embriaguez que producían los jardines que Doña Juana se proclamaba Andrómeda amarrada a las columnas de la Fuente de los Planetas y soñaba, soñaba con lujuriosos Perseos que vendrían a buscarla, a rescatarla para llevarla para siempre lejos, muy lejos del rigor de la Corte que tanto la asfixiaba. Nunca, nunca más regresaría a Sotofermoso. Sí cuentan que en los claustros de Tordesillas gritaba el nombre del ya lejano palacio mientras pedía le sirviesen pastelitos de fresas.

 

 

Pastelitos de fresas

 

Ingredientes: 1 huevo, 120 g de azúcar, 15 g de maicena, 12 g de mantequilla, 60 ml de leche, 250 g de fresas y medio limón.

 

Elaboración: En un bol ponemos el huevo, 70 g de azúcar, la maicena, la mantequilla en pomada y la leche. Batimos con la batidora y añadimos 100 g de fresas. Batimos de nuevo hasta triturar y quede mezcla homogénea.Vertemos en moldes, horneamos 15 minutos a 180ºC, retiramos y a enfriar. Mientras haremos una mermelada de fresa poniendo en un cazo 100 g de fresas troceadas, 50 g de azúcar y el zumo de medio limón. Llevamos a ebullición durante unos 10 minutos a fuego bajo. Dejamos enfriar. Desmoldar los pastelitos y poner en cápsulas de papel, derramando una capa de la confitura. Dejamos enfriar durante al menos dos horas.

 

 

 

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