Cocina de aromas
Seis platos, seis cocineros, seis aromas evocadores
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Emociones y vivencias son evocadas por algunos de nuestros mejores chefs en este viaje a través del olfato, quizás el más primario de todos nuestros sentidos, que resulta imprescindible para la creatividad gastronómica. Álvaro López del Moral. Imágenes: Archivo
En el año 2007 al chef Grant Achatz, considerado el mejor cocinero de Estados Unidos al frente de su restaurante, Alinea, en Chicago, le diagnosticaron un cáncer de lengua a consecuencia del cual quedó privado del sentido del gusto. Achatz logró superarlo gracias a un programa experimental de quimio y radioterapia y, de aquel suceso, extrajo dos lecciones que, a la larga, han resultado trascendentales para él en el ámbito profesional, tal como contaba a Sobremesa en una reciente entrevista. Una es la importancia del trabajo en equipo y otra, la magnitud que puede llegar a alcanzar dentro del ámbito culinario el sentido del olfato. En nuestro país, Josean Alija, cuyo local Nerua Guggenhaim Bilbao cuenta con una estrella Michelin y se ha situado este año en el puesto 55 en la lista de los 100 mejores restaurantes del mundo, también tuvo que aprender a reconocer los sabores y los aromas de nuevo tras sufrir en 2000 un accidente de moto que le mantuvo en coma por espacio de 21 días. Además de muchas otras afecciones, al despertar sufría una fuerte anosmia, una enfermedad que, según datos estimados, padece en España un 2% de la población, cuyos efectos consisten en no poder oler nada. De ella ha ido recuperándose paulatinamente, al tiempo que, una drástica apuesta por el departamento de I+D le ha permitido perfeccionar un estilo de cocina que cada vez apunta más hacia lo esencial y deja de lado lo superfluo.
¡Olido cocina!
Ambos ejemplos sirven para ilustrar la relevancia que ocupa en gastronomía el poder de los olores. Así lo explica la doctora Mariana Segura, psicóloga y directora del centro Espacio Común, para quien el olfato ocupa “entre un 90 y un 95 por ciento del gusto. Cuando no se huele nada, casi da lo mismo comer una manzana que un tomate. Es el sentido más primario de todos, el que se encuentra más relacionado con nuestra parte animal, por lo que está muy cerca de las emociones y muy vinculado a ellas, estableciendo relaciones que quedan marcadas fuertemente en nuestro cerebro”. Se calcula que el ser humano puede percibir alrededor de 10.000 olores diferentes y todos ellos ocupan un lugar prioritario en nuestro mapa sensorial gracias a su capacidad evocadora. Según datos derivados del Estudio Vicks sobre el Olfato y la Gastronomía, el 81% de los entrevistados asegura que el aroma de un alimento o comida les trae recuerdos agradables. En este sentido, los momentos más recordados por la población encuestada son su infancia (74%), las vacaciones de verano (63%) y la Navidad (59%).
De igual modo, está demostrado que los efluvios olfativos afectan drásticamente a nuestro estado de ánimo y comportamiento, bien sea de forma positiva o negativa. Así, los aromas más apreciados son el de la canela (46%) y el chocolate (45%), seguidos de frutas como la manzana, la fresa o el melocotón. Pero, ¿y los cocineros? ¿Cuáles son sus olores predilectos? ¿Y de qué manera predetermina su trabajo el sentido del olfato? Hemos querido destapar el tarro de las esencias sondeando a algunos de los profesionales más destacados de nuestro vasto país, quienes han dejado claro con sus respuestas que, más que un valor añadido, el aroma es un agente fundamental tanto en la creatividad gastronómica como en la elección del menú.
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