José Ribagorda

“En 1984 era un joven imberbe que abordaba sus primeras lecturas de gastronomía, que descubría alguna tabernita y empezaba a frecuentar lugares con sabor y autenticidad”, dice Ribagorda, echando la vista hacia el pasado de forma muy consecuente con el interés que posteriormente habría de manifestar en su carrera profesional por los gustos tradicionales e intensos.

En una voluntad poderosamente informativa, no han sido pocas las veces que este periodista se ha desmarcado del mainstream para redescubrir hechos culinarios soberbios que habían caído en el olvido. “Cuando solo se hablaba de Madrid Fusión y de Ferran Adrià, hace siete u ocho años, empezamos a introducir en informativos todo tipo de gastronomía, porque entendí que había sitio para contar cosas muy distintas. Lo mismo que fascinaba la cocina de laboratorio, interesaban el azafrán de Consuegra o la Feria del Chuletón de Tolosa. Así abrimos contenidos de todo tipo de gastronomía, tradicional y moderna, porque además creo que todo se alimenta de todo”. Desde su perspectiva como comunicador de masas, indica el peligro que corren los medios de ocuparse solo de las cuestiones más modernas y llamativas, señalando que “no solo se puede considerar noticias las vanguardias, sino que también lo son las tradiciones que se desconocen”.

José Ribagorda tiene un concepto de la información que se halla muy orientado a la educación del paladar, y al conocimiento plural de los alimentos y de su forma de utilizarlos.

Respecto al estado actual de la gastronomía, señala que “vivimos un momento magnífico y hay que darle la enhorabuena a los cocineros de vanguardia por haber elevado tanto el listón, por haber conseguido la eclosión de un tema que estaba circunscrito antes a círculos muy pequeños y de la que todos nos hemos beneficiado (...) También se puede hacer una lectura positiva de las exportaciones de nuestros productos alimentarios, que han aumentado de forma significativa”.

Cuando se pone sobre la mesa la cuestión de los medios de comunicación nos dice que “en esta actividad nos adaptamos al interés de nuestras audiencias. En estos años ha crecido el número de personas que quieren saber más sobre estos temas y también se ha modificado la forma de tratar la información por parte de los medios. Ahora bien, a la influencia de Internet hay que darle otro enfoque, porque ha dado toda clase de contenidos sobre cualquier temática... Porque no es que exista un interés especial en la gastronomía por encima de cualquier otro tema. Es algo bueno lo que ha sucedido con Internet, pero el usuario debe ser muy cuidadoso de verificar las fuentes”.

Cocineros sin estrella, cocinas solventes
El popular programa gastronómico de José Ribagorda (que tendrá una segunda temporada) ha recorrido establecimientos excelentes que, de una forma o de otra, se encontraban fuera del circuito más mediático para, con su foco, conferirles el crédito merecido por su actividad. “La crisis”, explica Ribagorda, “ha afectado a cierto tipo de cocina, pero no a la tradicional, que es la cocina de la sensatez, y mucho mejor adaptada al bolsillo popular que cualquier otra”.