Aniversario picante
Harold G. Osborn, a la cabeza de una salsa centenaria

Tabasco es una marca de salsa picante que se ha convertido, en sus 150 años de existencia, en toda una referencia culinaria mundial. Sin embargo, sus bases, buen chile, sal de Avery y vinagre, siguen siendo las mismas. Luisa Denis. Imágenes: Jean Pierre Ledos
La marca Tabasco cumple su sesquicentenario de funcionamiento ininterrumpido desde su nacimiento, un hito que la sitúa en un selecto grupo de compañías alimentarias. Su fundador, Edmund McIlhenny, se instaló en Nueva Orleáns (Louisiana) y comenzó a explotar las minas de sal de la Isla de Avery, propiedad de la familia de su esposa. Por azares del destino, gracias a un manojo de chiles procedentes de la región mexicana de Tabasco obtenidos de un forastero y que se aclimataron muy bien en la zona, comenzó a elaborar el producto que ha llegado hasta nuestros días. Y 150 años y cinco generaciones después, Harold G. Osborn, descendiente directo del precursor, es vicepresidente ejecutivo, uno de los rostros visibles de Tabasco en todo el mundo. “Colaboramos con la cadena de restaurantes Hamburguesa Nostra, hemos creado una receta deliciosa para la Tabasco Global Kitchen de Madrid y hemos invertido mucho tiempo trabajando con innovadores y reconocidos chefs como José Fuentes”, dice Osborn sobre la relación reciente de la marca con España.
Receta del tatarabuelo
La receta de 1868 es la misma de hoy: los chiles seleccionados se trituran pocas horas después de su recolección. Esa pulpa se macera durante tres años en barricas de roble blanco con una cantidad pequeña de sal de la Isla de Avery. Luego, se añade vinagre de buena calidad. Seguidamente, la salsa se tamiza y se embotella.
Tiempos picantes
Una botella de Tabasco tarda un lustro en llegar al mercado, pero la producción supera las 700.000 botellas diarias. “Funciona tanto en la mesa de un café local como sobre el delicado mantel de lino de un restaurante de cocina de autor (…), para apasionados de las barbacoas o chefs con estrellas Michelin”, dice Osborn.
El picor de la marca
Tabasco es una de las marcas de alimentación más reconocidas del planeta. Se distribuye a más de 195 países y territorios –el producto llegó a Europa en 1870– de los cinco continentes y está etiquetada en más de 22 idiomas. “Nuestra ubicuidad es resultado de tener las ideas claras: hacemos salsas de chile rojo y las hacemos muy bien. Satisfacemos todas las tendencias y paladares, pero no seguimos modas. Somos una marca fiable y versátil”, detalla Osborn.
Esfuerzos sostenibles
Uno de los desafíos principales de Osborn está en la preservación del ecosistema marismeño de Avery Island, lugar de producción de la salsa. “Lo que comenzó siendo una necesidad de administrar unos recursos escasos se ha transformado hoy en un esfuerzo por preservar nuestro hogar y gestionar responsablemente nuestra huella medioambiental. Todos los residuos de nuestro proceso de producción se utilizan en otros lugares”, explica el ejecutivo.
Cosas de chiles
Tabasco está en una horquilla de 2.500 a 5.000 unidades en la escala Scoville de picor, apenas tiene valor calórico y es baja en sodio. Su interés culinario como condimento es tal que viene acompañando a los astronautas desde el programa de transbordadores espaciales hasta hoy, en la Estación Espacial Internacional, pues es complemento ideal de sabor para los alimentos tratados que se llevan a órbita.












