El embajador de la alegría

Clovis Taittinger

Martes, 08 de Enero de 2013

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Es embajador de la casa de champagne de la que lleva orgulloso el apellido familiar. Aunque su formación no empezó en la maison, hoy Clovis Taittinger recorre el mundo para dar a conocer sus champagnes. Ramón Martos

Hay vinos que parecen presos de una excesiva seriedad. Otros, en cambio, no pueden evitar que en torno a ellos se convoque a la alegría cada vez que alguien los descorcha. Entre estos últimos ninguno alcanza el grado de entusiasmo del champán, cuyos embajadores han sabido explotar históricamente la suerte de valor añadido que liga las más reputadas burbujas francesas con la fiesta y la sofisticación. En el caso de la firma Taittinger, de Reims, la explotación de este recurso corre a cargo desde hace años de Clovis Taittinger, miembro de una familia que actualmente puede jactarse de mantener el control de la propiedad vinícola en sus manos, o lo que es lo mismo, sin que ninguna multinacional intervenga en las decisiones empresariales y en el rediseño o creación de productos.

 

Como sucede en muchas sagas empresariales, la trayectoria formativa y profesional de Clovis Taittinger, que nació en 1978 en Chamonix Mont Blanc, ha acabado desembocando en el negocio familiar tras un periodo ocupado en otros sectores y actividades. Los estudios de Historia en la Universidad de la Sorbona y el desempeño de diversos trabajos en la banca precedieron a su definitiva consagración como embajador de Taittinger. Hoy viaja de una parte a otra del mundo representando esa mezcla de elegancia y desenfado, de diversión y voluptuosidad, que atesoran los champañas de la casa. Estos no se limitan de manera unidireccional a los segmentos del lujo inalcanzable y la exclusividad sino que, aplicando una política comercial sensata, se han ido abriendo a otros públicos y a otras posibilidades adquisitivas.

 

En el proceso expansivo de los champañas ha sido clave la labor de este hombre simpático y entusiasta que ha sabido compaginar la formación de una familia (es padre de tres hijos) con una imparable actividad comercial y didáctica. Buen conocedor del mapa de los espumosos del momento, Clovis valora favorablemente el nacimiento y auge de pequeños productores que han arriesgado con nuevos registros aromáticos y gustativos. Por su parte las grandes casas, las que han cimentado el prestigio de la bebida a lo largo del tiempo, deben esforzarse por mantener un estilo propio. “Para nosotros” –explica Clovis– “es muy importante que el consumidor identifique nuestra manera de entender y de hacer el champán cada vez que bebe una de nuestras marcas, desde el Brut Prestige Rosé al Comtes de Champagne. No dejamos de darle importancia a las pequeñas cosas, a los detalles. Sin ellos Taittinger no sería como es, ni tendría la acogida que tiene en todo el mundo”.

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