Meca gastronómica

Las Vegas

Martes, 08 de Enero de 2013

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Las Vegas ha dejado de ser reconocida como la Sin City (o Ciudad del Pecado), para convertirse en un oasis de entretenimiento relativamente accesible para todo el mundo. La crisis de los últimos diez años y la proliferación del juego en Macao han sido claves para el desarrollo de la gastronomía lúdica. María Forcada

Las Vegas, la ciudad que nunca duerme, es uno de los destinos turísticos favoritos del ciudadano americano y uno de los más visitados, curiosamente, por los españoles. De una media de 40 millones de visitas anuales recibidas, alrededor de un 15% es internacional y un número importante procede de España. Aunque parte de este turismo busca pegarse la juerga padre en Las Vegas, jugar con las conejitas Playboy del Palms e incluso casarse con alguna de ellas en una Wedding Chapel de carretera por 200 dólares, la supervivencia actual de Las Vegas pasa por su condición de parque temático apto para todos los públicos. Los hoteles permiten jugar en sus casinos a partir de un céntimo de dólar y su oferta de ocio es apabullante y competitiva: conciertos de grandes estrellas (Céline Dion, Elton John, Janet Jackson), zoológicos (marinos, dedicados a los reptiles, leoninos), magia (David Copperfield), espectáculos circenses (Le Cirque du Soleil representa más de siete espectáculos diferentes), shows eróticos (Chippendales en Río) y un largo etcétera.

 

Además, Las Vegas se ha convertido en La Meca del turismo gastronómico. Lo que empezó siendo el paraíso de los buffets, –un reclamo “all you can eat” para atraer al jugador–, ha dado lugar a una oferta gastronómica para todos los gustos, ocasiones y bolsillos: cantinas, restaurantes italianos, coreanos, japoneses, libaneses y haute cuisine con firmas de la talla de Joël Robuchon, Alain Ducasse, Thomas Keller o Mario Batali conviven en el Strip, que no es otra cosa que la avenida central de la ciudad, según la terminología popular de Las Vegas Boulevard. Todos los chefs de primera línea quieren tener su espacio en uno de los hoteles estrella, y las grandes franquicias fast food buscan ocupar un hueco en este maremágnum de ocio sin tregua. Y todos, de la mano, parecen encontrar su lugar. Ver para creer.

 

Gastronomía española en Las Vegas

 


[Img #8059]Hace años que nuestro concepto de tapeo se estandarizó en el Gran Gigante Americano. La palabra tapas se encuentra hoy anunciada en innumerables locales de Las Vegas, da igual si el restaurante es coreano, brasileño o italiano; sin embargo, ahora más que nunca las tapas españolas están despuntando. La apertura de los restaurantes Tapas –del madrileño Julián Serrano en el hotel Aria– y Jaleo en Cosmopolitan –con el televisivo chef asturiano José Andrés detrás del proyecto–, han despertado la pasión por los bocados españoles. Jamón pata negra, paella, tortilla de patatas, presa ibérica y sangría salen de cocina imparables; eso sí, aunque los sabores son muy nuestros, los precios resultan de infarto. Cuestión de producto, firma y localización. Pequeños establecimientos como Fire Fly o Bar+Bistro@theartsfactory, frecuentados por un público predominantemente local, permiten saborear tapas nacionales, más económicas, pero con menos glamour.

 

City Center y Cosmopolitan, el lujo más vanguardista

 


[Img #8055]Construida en pleno corazón del Strip, City Center responde a los cánones de lujo y modernidad todavía latentes en Las Vegas. En esta ciudad de acero y cristal se encuentran los hoteles Vdara, Madarín Oriental y Aria, residencias y oficinas de lujo y uno de los centros comerciales más lujosos de Estados Unidos, Crystal Center, donde se encuentran las boutiques más prestigiosas del planeta: Louis Vuitton, Tom Ford, Balenciaga, Donna Karan, Gucci, Hermés, Cartier, Yves Saint Laurent, Miu Miu, Mikimoto, Versace, o la famosa tienda de Assouline, cuyos libros para coleccionistas alcanzan los 50.000 dólares. En Crystal Center se puede comer en el Steak House Beso de Eva Longoria, la belleza latina de “Mujeres desesperadas”.

 

Junto a City Center, el hotel Cosmopolitan ha sido la otra revolución en materia de vanguardia, lujo y tecnología avanzada. Sus entrañas son una maraña de más de dos millones de piezas de cristal transformadas en una cortina que rodea las tres plantas de la coctelería más fashion del momento, The Chandelier y la discoteca Marquee, la sala por donde pasan los mejores Disc Jockeys del mundo, con Erick Morillo como residente.

 

Joël Robuchon en MGM

 


[Img #8054]Los cocineros más reconocidos mundialmente tienen restaurante en Las Vegas, casi siempre con el respaldo financiero de un hotel: Alain Ducasse, Pierre Gaignaire, Gus Savoy. Pero el más aclamado, o al menos el más caro, es el de Joël Robuchon, ubicado en el Hotel MGM. El reverenciado chef francés, –que parecía haberse jubilado hace años–, abrió aquí su primer y único restaurante francés en los Estados Unidos, con la intención de atender a los paladares más sofisticados y los bolsillos más colmados. El local es un elegante templo de morados, platas y terciopelos y su menú degustación, sin bebida, asciende a 450 dólares –sin impuestos y sin la propina–. De su cocina salen recetas de lujo: Ravioli trufados de langostino con repollo picado, Ensalada de foie gras y alcachofa violeta con virutas de parmesano o Langosta a la parrilla con brotes de mostaza y sabayón de hierbas aromáticas.

 

Louis Roederer Cristal es el champagne más consumido en este y otros restaurantes haute cuisine del Strip. Cristal solo se elabora cuando las cosechas son excepcionales y su coupage es un 55% de pinot noir y un 45% de chardonnay. El precio en restaurantes como Guy Savoy o Joël Robuchon supera los 1.000 dólares (1.300 euros).

 

Maestro pastelero, Jean Philippe Maury

 


Jean-Philippe Maury, Campeón del Mundo de Pastelería, muestra en el Hotel Bellagio un despliegue excepcional de figuras de chocolate. Su pequeño Café Bar tiene como protagonista la fuente de chocolate más larga del mundo, una magnífica obra maestra de arte e ingeniería diseñada por Jean-Philippe Maury, Norwood y Antonia Oliver, que cuenta con 27 pies de alto (ocho metros) y por la que circulan más de 2.100 libras (1.100 Kg.) de chocolate fundido. El efecto es espectacular.
Una de sus finas piezas de patisserie cuesta en torno a los ocho dólares.

 
 
 

Pistas para moverse en Las Vegas

 
 


[Img #8053]Transporte. Olvídense del transporte público en Las Vegas. Aunque existen autobuses, su frecuencia es irregular y el trayecto cuesta dos dólares, de manera que es aconsejable tomar un taxi. También pueden contratar una limusina a partir de 75 dólares (60 euros) la hora, más un 20% de propina.

 

City Tour. Para conocer el corazón de Las Vegas hay que recorrer sus hoteles temáticos. Si no quieren perderse ningún detalle y viajar por todos los rincones de París, New York, Venecia, Egipto o la Antigua Roma, lo más aconsejable es contratar los servicios de una agencia que organice tours de ciudad con guía.

 

Outlets. Merece la pena perder una mañana entera recorriendo las increíbles ofertas de cualquiera de los dos Premium Outlets ubicados al norte y al sur de Las Vegas Boulevard. Donna Karan, Calvin Klein, Guess, Ralph Lauren, Levi´s y Nike son algunas de las marcas protagonistas.

 

Tarjeta de Fidelización: La mayoría de los resorts ponen a disposición de sus clientes, y no clientes, una tarjeta de uso diario para poder comer en los buffets de cualquiera de sus hoteles durante todo el día (24 horas), a un precio que ronda los 40 dólares (35 euros).

 

Tips. Así se llama a la propina, que de forma casi obligatoria se deja al servicio (aparcacoches, maletero, chófer, servicio de habitaciones, camareros y demás). El turista español no termina de encajar el concepto de propinas estadounidense por resultar demasiado elevado.

 

Las Fuentes del Bellagio. Continúa siendo uno de los espectáculos más bellos de Las Vegas, y además es gratuito. Cada media hora a partir del mediodía y cada quince minutos desde las seis de la tarde, las fuentes del Lago Como del Hotel Bellagio danzan al ritmo de las voces de Elvis, Céline Dion, Andrea Bocelli, Liza Minelli, etc.

 

Tren Exprés. Las cadenas hoteleras MGM Mirage y Caesar Entertainment conectan sus hoteles internamente a través de túneles y monorraíles, lo cual hace más cómodo el desplazamiento, a pesar de que el objetivo es evitar que el turista se adentre en territorio de compañía ajena, un interés absolutamente económico.

 

 

 
 
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