Fundador del grupo bodeguero Pesquera
Alejandro Fernández, revolucionario de pura cepa
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Único e irrepetible. Con estos dos calificativos podría comenzar cualquier perfil sobre el bodeguero Alejandro Fernández, el visionario creador de Pesquera y uno de los grandes personajes del vino español. Mara Sánchez
Tras dejar la escuela con 12 años, en el campo estuvo el primer trabajo de Alejandro Fernández, aunque luego montaría una carpintería y más tarde, tras idear diferentes máquinas agrícolas, llegaría a convertirse en fabricante. Pero el mundo del vino siempre le atrajo y es a partir de los setenta cuando cambia su rumbo y comienza la historia de Pesquera en Ribera del Duero. Con la tempranillo como bandera, en La Mancha elabora su primer blanco de airén, zona en la que Fernández protagoniza su segunda revolución firmando unos vinos que se salen de los clichés manchegos. Ahora está a punto de recibir la Medalla del Mérito al Trabajo, un galardón que viene a sumarse a los muchos reconocimientos y premios obtenidos a lo largo de estas décadas.
El discurso enológico del Grupo Pesquera fundado por él ha sido, desde el principio, elaborar vinos con, al menos, dos años de crianza, y son varias las añadas que han dado gratas sorpresas. Una vez asentada Pesquera, sumaría una segunda bodega en Ribera del Duero, Condado de Haza; la tercera, considera la joya de la corona, Dehesa La Granja, en tierras zamoranas, y desde 1999 El Vínculo, en La Mancha.
"Todo el mundo entiende de vino, le gusta o no le gusta, ya está."
¿Qué tiene que tener una añada mítica para considerarla así?
Para mí las añadas son como los hijos, todas son únicas porque todas son diferentes dado que cada vendimia viene de una manera distinta, y en cada una seleccionamos las mejores uvas haciendo, previamente, una poda en verde para descargar las cepas en pro de la calidad. Lo único que me ha obsesionado desde el principio ha sido hacer una buena vendimia, lo más importante para hacer buenos vinos.
De entre todas, ¿cuáles destacaría?
En Pesquera destacan las añadas 86 y 82, cosecha que maravilló a Robert Parker, dándonos 98 puntos, y que sería el primer vino español del que hablaba. También la 75, nuestra primera añada, es estupenda, y el 96 de Millenium.... la verdad es que hay varias muy buenas.
El ser históricas, ¿es un buen gancho comercial o es un concepto que solo sirve para ‘entendidos’?
No, no, no, todo el mundo entiende de vino, le gusta o no le gusta, ya está. Mucha gente habla y dice muchas cosas que nada tienen que ver. El vino es como las comidas, me gusta o no. Pero además, con mis vinos no duele la cabeza, algo que solo pasa con los que tienen química...
¿Cómo deciden crecer hacia La Mancha y Zamora?
Había ido mucho a La Mancha a vender las máquinas de remolacha y por entonces ya pensaba que tal vez algún día podría hacer una bodega en estas tierras y mi sueño se hizo realidad. En cuanto a Zamora, fui con Esperanza, mi mujer, porque me habían hablado de una bodega vieja (más de tres siglos de historia y 5.000 metros subterráneos cavados en la piedra) en una finca de toros. Una vez allí, observé que estábamos bajo tierra y olía bien, la bodega me gustó y ella me animó a comprarla.
Empeñado desde siempre en la calidad de la tempranillo, una vez en La Mancha, surge su primer blanco, Alejairén, en 2007, ¿cómo nace?
Responde a un empeño de mi hija Eva, la enóloga, y mío, tras localizar esas estupendas viñas. Procede de la misma viña que el Paraje la Golosa y es un vino increíble, del que estamos muy satisfechos. Es una viñita de airén de 90 años, con tres kilitos de uva por planta, ¡y así está él, que tiene el color del oro, igual!
Esa apuesta por La Mancha es un auténtico reto, teniendo en cuenta que es una zona a la que le acompañan ciertos lastres...
Es verdad, pero también es cierto que desde que llegamos en el 99 hemos sido ejemplo para la zona. Recuerdo que nuestra primera añada vendimiamos el 7 de agosto y la gente del pueblo decía que había ido un señor de Valladolid que ya estaba vendimiando, que estaba loco.
"Con mis vinos no duele la cabeza, algo que solo pasa con los que tienen química..."
Desde su experiencia, ¿cómo valora el momento que vive el sector?
Falta mucho por hacer y, aunque es verdad que atravesamos una grave situación por la crisis, considero que el sector tiene futuro, pero creo que todo debe cambiar, las mentalidades, el discurso, y los políticos principalmente. España es una empresa y, como tal, bien organizada triunfa, si cada uno tira para un lado, la ruina, y aquí todos quieren mandar... Además, el sector requiere del apoyo de las instituciones. Desde mi punto de vista, cuando ha estado Aznar es cuando España ha estado para arriba; la gente consumía vino, salía, viajaba, y todo es una cadena. Pero de política no entiendo ni torta...
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