Por fin llegó la cosecha
Pasión por disfrutar la vendimia, el nuevo enoturismo

La pasión por vivir en directo el frenetismo y la actividad en la viña durante la vendimia es hoy uno de los principales atractivos que ofrecen las bodegas: contemplar y experimentar por uno mismo cómo se origina el vino. Andrea Carrasco
Tras uno de los veranos que más “superlunas” nos ha dejado, los días se van haciendo más cortos, dando paso a una última, la de la cosecha, momento en el cual los recolectores despiertan de su letargo de un año dispuestos a recoger esas uvas que han llegado a su punto óptimo de maduración. Es tiempo de vendimia en nuestro país y cada vez son más las bodegas que quieren compartir el trabajo, el cuidado y la dedicación a la viña con los curiosos y amantes del vino ofreciéndoles una gran cantidad de oportunidades enoturísticas.
A principios del mes de septiembre comenzaron las distintas propuestas (que se prolongarán hasta finales de octubre) para acercarse a esta práctica centenaria en constante evolución a la hora de tratar los frutos de la vid. Es el caso, por ejemplo, de la cada vez más extendida vendimia nocturna, una actividad que, bajo el influjo de la oscuridad, evita la oxidación de la uva gracias al descenso que experimentan las temperaturas entre la hora bruja y la salida del sol. En Requena, Valencia, la bodega Pago de Tharsys organiza todos los años una cita enoturística donde se conjugan diversión y aprendizaje de la cultura vitivinícola. Esta décimo segunda edición sus invitados se han convertido en vendimiadores por una noche. En el corazón de La Mancha (Toledo), Bodega Vihucas se ha unido a las más trasnochadoras combinando vendimia manual con arte y música y lo ha celebrado con una cena acompañada de sus mejores vinos.
En Bodegas Dionisos (Valdepeñas) también están atentos al crepúsculo: a pesar de vendimiar por el día estudian minuciosamente el calendario cósmico que les indicará el día propicio para los trabajos en la viña. Sus jornadas del 4 y 11 de octubre ofrecen a quienes lo deseen la posibilidad de hacer su propio vino con ellos. Y si nos trasladamos a la Ribera del Duero Cepa 21 propone hasta el 15 de octubre un taller donde descubrir los secretos de la elaboración del vino desde la propia cepa. También podemos acercarnos a Rueda. Allí es posible asistir a los talleres de cócteles de vino que organiza PradoRey con motivo de las actuaciones dedicadas a la cosecha, o a sus “Sabores Castellanos”, una proposición gastronómica que incorpora menú infantil para poder asistir en familia.
Y una vez terminado el trabajo, las fiestas y tradiciones en torno a esta práctica, los cosechadores volverán a su letargo, esperando otro año más hasta que esa Harvest Moon, o luna de la cosecha, vuelva a brillar en el cielo.