Viajes con el vino

De ruta por el corazón del Ribeiro, visita obligada

Lunes, 27 de Octubre de 2014

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Un recorrido por esta histórica DO, cuyo significado en castellano es “ribera del río”, nos permitirá darnos cuenta del legado y el peso cultural de sus vinos, presentes en las mesas de reyes y nobles europeos desde el siglo IX. Alberto Granados

La carretera discurre cercana al río Miño. Todo el paisaje de esta Galicia meridional que me rodea está tintado de un verde intenso y a ambos lados de la carretera se alzan majestuosos los viñedos de una de las zonas con más historia vitivinícola de nuestro país: la denominación de origen Ribeiro.

 

Ya en tiempos antiguos, los romanos decidieron asentarse en esta franja de tierra y cultivar vides que abastecerían de vinos blancos las mesas de los emperadores. Siglos más tarde, los monjes del Císter edificaron sus monasterios en esta área de producción próxima a Leiro, construyendo el de San Clodio, que ahora, remodelado, se ha convertido en un moderno y acogedor hotel. Los religiosos plantaron nuevas viñas, las cultivaron y elaboraron algunos de los mejores vinos de la zona. También existen testimonios de que Colón, en uno de sus viajes al Nuevo Mundo, transportaba en sus bodegas algún tonel con vino de esta tierra. Un documento del Archivo de Simancas, analizado recientemente, apunta que “un clérigo gallego llevó a La Española dos pipotes de vino de Ribadavia, y que su consumo remató por provocarle una disputa con el almirante, que ordenó su incautación”.

 

Obviamente, como en el resto del país, a finales del siglo XIX la terrible plaga de la filoxera acabaría con todos aquellos vestigios, y años después, la industrialización y la obsesión por producir en grandes cantidades plagarían esta zona de viñas de la variedad palomino, cambiando calidad por cantidad, algo que las nuevas generaciones están intentando enmendar replantando varietales autóctonos de Ribeiro como la treixadura, torrontés o godello.

 

[Img #5631]Otra singularidad que también caracteriza esta zona es que está plagada de minifundios, con muy pocas hectáreas plantadas (unas 2.800) y muchos viticultores explotándolas (más de 6.000), lo que hace que sea muy complicado reunificar grandes extensiones de viñedos. Por eso, en Ribeiro aún encontramos pequeñas bodegas como Cuñas Davia, situada en un paraje excepcional muy cerca del Monasterio de San Clodio. Aquí me recibe Alberto García Úbeda que, junto a su hermana María, explota dos hectáreas heredadas. “Tenemos una larga tradición vitivinícola: primero fue mi abuelo; después mi padre, que reagrupó algunos terrenos y, desde el año 2004, mi hermana y yo”.

 

Es una maravilla observar esta pequeña bodega centenaria, que se ha mantenido piedra sobre piedra desde hace más de ochocientos años para el mismo uso. En la actualidad, entre sus muros se embotellan unas 18.000 botellas al año pero su intención es seguir creciendo.

 

Un mar de vides

 

El paseo por las viñas lo realizamos con Eliseo Méndez, el enólogo. En estos días está preocupado por un granizo que ha dejado algunas cepas algo deterioradas –“creo que conseguiremos sacarlas adelante”, dice–. Levanto la mirada y observo las viñas que crecen a mi alrededor, apenas observo diferencias entre ellas, aunque Eliseo me explica que tienen plantadas siete variedades diferentes de uva autóctona.

 

Pruebo dos vinos junto a las viñas, observo el color dorado, limpio e intenso de sus blancos, no hay duda que el paisaje colabora para que el vino sepa mejor, pero no hay tiempo para más. A apenas ocho kilómetros se encuentra la propiedad de Manuel Formigo y de su familia. Manuel es un tipo campechano, acostumbrado al trabajo duro y que después de estudiar enología y trabajar en varias bodegas decidió continuar la labor comenzada por varias generaciones anteriores.

 

Manuel nos recibe en la puerta de su bodega Finca Teira. Aún quedan cosas por terminar de la nueva construcción pero rematarlas llevará su tiempo. “Soy el dueño, el comercial, el viticultor, el enólogo... depende de la jornada y de la hora del día tengo una ocupación diferente”.

 

Con Manuel recorremos sus viñas, que crecen en un paraje excepcional rodeado de valles, lo que hace que se cree un microclima muy beneficioso para la uva plantada. “Aquí hemos ido arrancado la uva palomino para plantar solamente uva autóctona. Todo el vino que elaboramos es con nuestra propia cosecha y al ser el dueño y el enólogo a la vez, tengo la ventaja de que hago las cosas como a mí me gustan y mido yo los tiempos”. Mientras charlamos, observamos a su padre trabajar incansable podando algunas cepas.

 

Manuel nos reúne en torno a una mesa para que probemos algunas añadas diferentes de su blanco Finca Teira; es impresionante cómo añadas anteriores conservan una delicadeza que no tienen las nuevas, aunque la mayoría de los consumidores de estos vinos de Ribeiro presione para que el vino del año salga de bodegas cada vez más rápido. También con Manuel probamos el vino Tostado de Teira 2006, un vino dulce que inunda el paladar y seduce al que lo prueba, es una de las pocas bodegas que lo produce y presume de ello.

 

[Img #5630]Nuestra ruta nos lleva a otra de esas bodegas de elaboración casi artesanal, Pazo Casanova, situada a unos 18 kilómetros. El recorrido lo realizo por la A-52, un trazado que me lleva en paralelo al río Miño. Aquí voy a conocer también una bodega familiar, asentada sobre seis ha de viñedos de uva autóctona rodeadas de un perímetro amurallado. Nos reciben Carlos de la Peña, director y dueño de la bodega y Faustino Sotero, el responsable de infraestructuras y alma de la bodega. Carlos nos enseña orgulloso las viñas que se divisan desde allí. “Estamos a escasos cincuenta metros del cauce del Miño. Aquí tenemos seis ha de viñas, el resto están situadas también en esta ladera. Esa diferencia de altura contribuye a que nuestros vinos sean singulares”. Pazo Casanova, a pesar de ser una bodega mediana, solamente elabora el vino que dan sus propios viñedos actuando

 

casi como “colleiteiros” (elaboradores con uva propia que no pueden superar los 60.000 litros por año).

Una de las señas de identidad de esta bodega es la elaboración ecológica. “Utilizamos los menos posible pesticidas y herbicidas y respetamos la variedad de fauna que crece en nuestras tierras, por supuesto, siempre hemos estado colaborando en proyectos de investigación”.

 

Por la ribera del Miño

 

No abandonamos la orilla del río Miño porque la siguiente parada es en la bodega Ramón do Casar, una de las últimas que se ha unido a la denominación; de hecho, cuando la visité aún faltaban unos días para su inauguración. Lo primero que impresiona de esta bodega es su diseño arquitectónico, aprovechándose de unas vistas impresionantes al Miño y a todo su entorno que se divisa desde el privilegiado mirador que es la terraza.

 

La bodega la dirigen tres hermanos: Ramón, Etelvino y Javier González Sabucedo que están imprimiendo al proyecto juventud e innovación, tienen muy claro lo que quieren y trabajan duro para conseguirlo. Ramón y Etelvino son empresarios con negocios en Venezuela, es Javier, ingeniero industrial, el que está al mando de todo el proyecto.

 

Ramón nos pasea por la finca y recordamos los inicios. “Esta es una finca que adquirió mi padre en el año 75 con la intención de, en un futuro, dedicarse al vino. En el año 2000 acondicionamos los terrenos y se plantó la viña apostando sobre todo por la treixadura. Después estuvimos varios años como proveedores de una de las bodegas más importantes de la zona y finalmente hemos podido hacer realidad nuestro sueño de construir la bodega”. A pesar de llevar muy poco tiempo ya están produciendo una importante cantidad de botellas (55.000) aunque esperan llegar a conseguir elaborar 300.000 botellas en siete años.

 

[Img #5629]Paseamos por las viñas hasta llegar a la orilla del Miño que bordea sus tierras. Allí probamos dos de sus vinos en un entorno paradisíaco. Seguimos ruta, nuestro viaje nos lleva a la bodega Coto de Gomariz, uno de los cotos vitícolas más antiguos de la Península Ibérica que la familia Carreiro ha recuperado desde hace treinta años. Éstos serían los primeros viñedos plantados por la Orden del Císter en España, allá por el siglo X. Hoy en día, y bajo la dirección del enólogo Xosé Lois Sebio, se han convertido en una de las más modernas y vanguardistas bodegas de la D.O. Ribeiro, con producciones importantes que salen de sus más de 28 ha de viñedo repartidos por las laderas cercanas a la bodega. Xosé nos explica: “Yo llegué a la bodega en el año 2000. Al principio se elaboraba una sola marca de vino y ahora hacemos quince diferentes. Aquí se hacen las cosas muy bien, de hecho, en estos últimos cinco años hemos pasado a ser de las bodegas más premiadas de Galicia. Elaboramos desde blancos del año a fermentados en barrica pasando por tintos criados en roble”. A Xosé le dejan arriesgar y eso se nota en su trabajo y en algunos vinos más de autor como The Flower and the Bee, un tinto con uva 100% sousón y un blanco 100% treixadura. “Intentamos hacer vinos con personalidad propia, no queremos copiar y preferimos tener nuestra identidad, así nos ha ido muy bien”.

 

La cata la realizamos en la terraza, las vistas que nos rodean impresionan, el verde en esta época del año alcanza su máxima intensidad gracias a las recientes lluvias.

 

Aún tengo viaje por delante. Hay que visitar dos de las bodegas más importantes en producción, Terra do Castelo y Viña Costeira.

 

Afán corporativo

 

La primera la encontramos en Beade, una pequeña localidad a apenas diez minutos en coche. Una cooperativa que recoge la producción de 104 socios, dueños de aproximadamente 200 ha de viñedos. Ramón José Espiñeira, su gerente, nos explica que, aunque son una sociedad, “elaboramos vinos de una gran calidad y de gama alta con las uvas por las que hemos apostado, treixadura, godello y torrontés”.

 

Con Juan Vázquez, el enólogo, recorremos parte de los viñedos. Lo hacemos en coche, si no sería difícil visitar las doscientas ha que gestionan, la mayor parte de pequeños agricultores que en algunos casos cuentan con viñedos centenarios que cuidan de manera artesanal sus viñas. Juan vuelve a recalcar la calidad de sus vinos y nos explica que “nosotros hacemos la vendimia con más calma, separamos las uvas por variedades y por zonas y nos diferenciamos del resto por elaborar monovarietales, cien por cien treixadura o treixadura sobre lías o cien por cien godello. Aquí no se le mete prisa al vino”. 

 

Las instalaciones se diseñaron con vistas a que la bodega fuera una de las más importantes de la denominación Ribeiro con la mejor tecnología del frío y el acero inoxidable que permite unas fermentaciones controladas.

 

En la sala de catas realizamos un recorrido horizontal por algunas marcas de la bodega y sorprende descubrir cómo los vinos del 2011 siguen conservando el vigor y la energía de los más jóvenes.

 

Nuestro viaje finaliza en Viña Costeira, una de las más importantes y antiguas de la denominación. Ya en 1970, dos años después de la inauguración de la bodega, comercializaron la marca Pazo, el primer vino de Ribeiro embotellado y etiquetado gracias a la unión y esfuerzo de varios viticultores que han conseguido llevar a la bodega a lo más alto. Nos reciben Argimiro Levoso, el gerente de Viña Costeira y Manuel Castro, el enólogo. Con ellos nos desplazamos hasta la zona más elevada desde las que se divisan buena parte de sus viñedos. El paisaje impresiona y más a estas horas que el sol comienza a ocultarse. “Ésta es una tierra dura y difícil”, nos comenta Argimiro, “y a pesar de lo que la gente suele pensar no llueve demasiado y el terreno al tener muy poca arcilla no permite que el agua se acumule y termina perdiéndose rápidamente, pero en los terrenos difíciles es donde se desarrollan los mejores vinos”.

 

Con un paisaje idílico frente a nuestros ojos termina este recorrido intenso por algunas de las bodegas de Ribeiro. Es tan solo una muestra. En el camino nos hemos dejado decenas de viticultores que realizan un trabajo laborioso entre cepas, alejados del bullicio del exterior, solamente pendientes de la fruta que heredaron y que dejarán a sus próximas generaciones.

 

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