Mayte Lapresta

El éxito de la cordura

Lunes, 01 de Abril de 2013

Etiquetada en...

Mayte Lapresta

La verdad es que en este país se hacen grandísimos vinos. Vinos para todos los gustos y para muchos bolsillos, con una relación equilibrada y justa entre lo que pagas y lo que encuentras al descorchar la botella. Cierto es que si alguien te pide que enumeres las diez mejores bodegas de este país de viñedo, te pone en un compromiso de difícil escapatoria. Necesitas más dedos que los de las manos solo para empezar. Pero si lo que te solicitan es que refieras las bodegas rentables y sin problemas financieros, por desgracia la cifra cae en picado hasta números de un solo dígito.

 

Y entre esas bodegas tocadas con el dedo de Dios y la bendición del cliente fiel están aquellas que huelen, por encima de los tonos tostados y de la fruta roja, a cordura. No es cuestión de barrica, ni de uva (ni buena ni mala) ni de agresividad comercial. Es sentido común. Los vinos de estas bodegas benditas son buenos, qué duda cabe, pero el secreto no radica en esa calidad sino en saber alejarse de las modas, las soberbias, la ostentación, el dinero rápido. Para esos afortunados modestos no existe crisis, caminan sobre terreno asentado año tras año, vendimia tras vendimia, mercado tras mercado. Son esos coherentes comedidos que miran siempre al horizonte con un ojo y con el otro al suelo, que respetan los consejos de sus padres, vigilan el pan de sus hijos y se aventuran por el camino que no tiene obstáculos aunque sea más largo y tedioso. Son los que hoy a mí me despiertan una sana envidia.

SOBREMESA no comparte necesariamente las opiniones vertidas o firmadas por sus colaboradores.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.