En Madrid

Restaurante Yakitoro, las cosas (ricas) de un tipo listo

Viernes, 12 de Diciembre de 2014

Más que una pesadilla en la cocina, es un sueño hecho realidad. Alberto Chicote tiene en Yakitoro su primer restaurante en propiedad, pensado para atraer a gente que no busca complicaciones culinarias, pero sí buena comida. S.C.

Sucede en la película Rocky Balboa (la última de la saga), que el boxeador más famoso del celuloide, ya retirado, regenta un restaurante con el nombre de su difunta esposa, paseando entre las mesas de sus clientes contando batallitas de un pasado mejor. Alberto Chicote, que no es boxeador –pero como si lo fuera– y no está ni mucho menos retirado, termina grabaciones a granel y diversos compromisos sociales o publicitarios para, seguidamente, correr a su restaurante, Yakitoro (el primero del que es dueño). Allí, recorre la sala e interactúa con las mesas, se retrata con quien sea menester o cuenta a la audiencia el enésimo horror culinario del que ha sido testigo. No habla del pasado, sino del presente y del futuro.

 

Un tipo listo, sin duda. Podría haber tratado de asaltar la Guía Michelin inspirado por la fama o constituir una escenografía pretenciosa a 100 euros por barba, que sin duda hubiese llenado en un primer momento. Sin embargo, la sensatez de Chicote lo ha llevado a reinventar las mesas corridas, de esquinas redondeadas, y compartimentadas en segmentos de seis, cuatro y dos comensales para crear bloques de intimidad, dotados de originales cubiteras centrales (en las que aún hay que perfeccionar la condensación) y a proponer una interesante cocina informal repleta de mestizajes, con un cubierto cuya media puede rondar los veinte euros. Es decir, un restaurante de hoy, llegado para quedarse y con vocación (aunque tal vez no intención) multiplicadora.

 

Chicote el empalador

 

Más allá de la punzante capacidad catódica de Chicote para flagelar la mala praxis hostelera, el subtítulo tiene más que ver con el planteamiento culinario de su establecimiento, una forma singular de combinar, en pequeñas dosis, varias especialidades que conjugan mundos en el plato, ensartadas en brochetas: del ceviche de corvina y su leche de tigre a las entrecostillas de wagyu; el pollo al ajillo y los dados de berenjena; espeto de sardinas o cordero con yogur. No todo, sin embargo, requiere la asistencia de la madera para llegar a la mesa, como el suculento bocata David Chang de papada ibérica y pepino, interpretación española de un básico oriental, el tuétano de ternera asado con lascas de atún o las albóndigas. Sabrosas ensaladas de tomate, aliñadas con gracia y acierto. Originales dulces de recuerdo infantil: marshmallow y algodón de azúcar.

 

> A cargo de un equipo de sala con atuendo de garaje y maneras solventes está Inma Núñez, pareja de Alberto Chicote. P.M.: 20€.

 

> Buen repertorio de cervezas nacionales e internacionales, artesanas o más comerciales, en formatos de gran tamaño para compartir.

 

Dirección: Reina, 41.

Tel.: 917 371 441.

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