Isla con pasado veneciano

Naxos, en busca de los vestigios de Dionisos y Ariadna

Jueves, 11 de Diciembre de 2014

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Sede temporal de dioses y héroes mitológicos, la isla mayor de las Cícladas, con las montañas más altas, los valles más fértiles y de las mejores playas de Grecia, posee en su capital y en sus pueblosuna arquitectura única. Francisco Po Egea

Desembarca el viajero en el puerto de Chora, capital de Naxos, y su primer impulso es atravesar la calzada que une la isla al vecino islote de Palátia para acercarse, intrigado, hasta el gran portal que lo corona. Nada más iniciar el camino, el cuerpo bello, proporciones perfectas, de una mujer, –¿o es el de una diosa en esta tierra de mitologías plena?–, surge inacabado de un bloque de mármol blanco puro y detiene, embelesa al viajero.

 

[Img #5919]Piensa en Ariadna, ¿será su alegoría? Abandonada en una playa de esta isla, entonces desierta, por su amado e ingrato Teseo tras haberle ayudado, dándole un ovillo del hilo que estaba hilando y sosteniendo la punta entre sus dedos de forma que el héroe consiguiera salir de la cueva del Minotauro, la joven princesa cretense se lamenta desesperada y ya solo espera al mensajero de la muerte. Pero −sigue la leyenda− el que llega es Dionisio (Baco), el dios de la vendimia, del vino, del éxtasis y de las bacanales, la enamora y se casa con ella; planta las primeras viñas en Naxos y, cuando ella muere, lanza su corona al cielo donde las piedras preciosas se convierten en estrellas: la Corona Borealis o constelación de Ariadna.

 

¡Islas griegas! No hay una que no sea hogar de un dios, de un héroe, de un mito, de sílfides y navegantes, de una tragedia...

 

Referencias mitológicas

 

El viajero vuelve la mirada sobre el referido islote en el que destaca contra el cielo rojizo del atardecer, rodeado por el prolífico Egeo, el alto arco cuadrangular de piedra blanca, sin ningún adorno ni inscripción, único resto de un templo dedicado a Dionisios, dice la tradición; a Apolo, según las guías actuales. Lenguas apócrifas afirman que dicho templo fue derribado por los jesuitas, en el siglo XVII, para construir con sus piedras su residencia junto a la catedral católica de Chora.

 

[Img #5916]Porque esa es la historia no griega de Naxos. Y así lo atestigua, coronando la ciudad, el Kástro del antiguo Ducado Veneciano del Egeo, que tuvo aquí su cuartel general desde el siglo XIII al XVI y dejó torreones y mansiones fortificadas por toda la isla. Por un dédalo de calles estrechas y empinadas, salpicadas de arcos y escaleras, se deja a un lado la catedral ortodoxa y se llega hasta la fortaleza. En su interior, una veintena de casas ostentan todavía su escudo de armas mientras en el templo (siglo XIII) se conservan las tumbas de sus antiguos propietarios. Frente a esta, queda parte del palacio del fundador del ducado y, poco más allá, en el Museo Arqueológico, se pueden admirar estatuillas de la Cícladas, cerámicas Micénicas y otras piezas antiguas. Magníficas vistas sobre la ciudad, el puerto y el mar desde las terrazas de varios restaurantes por allí situados.

 

La extensa explanada frente al puerto, una línea de tiendas de recuerdos y restaurantes con sus terrazas a un lado, yates, cruceros y barcas de recreo o de pescadores al otro, bulle cada noche con paseantes y turistas. En el extremo sur, la iglesia del siglo XI, Panagía Pantanassa, parte de un monasterio bizantino, guarda un icono de la Virgen, tan antiguo como venerado, y frescos de un discípulo de El Greco.

 

A pie de playa

 

A media docena de kilómetros de Chora, el litoral suroeste de la isla es una sucesión de extensas playas, entre las mejores de Grecia, bien protegidas de los vientos. Difícil elegir una mejor que otra. Agios Prokópios es la más cercana a la capital. Le siguen: Agia Anna, la más popular, y Plaka con menos hoteles, apartamentos y restaurantes, pero con una zona nudista. Las tres ofrecen deportes acuáticos. Siguiendo hacia el sur, el mar es todavía más brillante, las arenas más blancas, los bañistas menos numerosos y el alojamiento más escaso. En éstas, como en las anteriores, no hay grandes hoteles, los edificios de apartamentos no superan las dos plantas y bares y restaurantes se extienden solo al nivel de la calle. Sensaciones de amplitud y tranquilidad en contraposición con los agobios festivos y mercantiles de la vecina Mykonos.

 

Hoy, todavía, Naxos podría seguir viviendo de su producción de patatas, olivas, uvas y limones. Ello se aprecia con una excursión al interior de la isla. Valles y montañas que acogen hermosos pueblos blancos donde la vida continúa apenas alterada por los escasos turistas y en las cuales se pueden degustar los productos locales. El famoso kitron es un licor dulce destilado de las hojas del limonero. Buenos vinos acompañan la variedad de quesos: xinomyzíthra, un queso blando hecho de leche de cabra; arsenikó, queso duro mezcla de leche de cabra y de oveja. El graviéra y el xinótyro tienen un punto amargo.

 

En Galanado, a media docena de km. de Chora, encontramos el primero de los torreones venecianos que iremos viendo en nuestra ruta y la iglesia de San Juan, con una capilla católica en un lado y una bizantina en el otro. Más iglesias, capillas, viejos monasterios y torres medievales, aislados o en pequeños pueblos, hasta llegar al templo de Demetrio (siglo VI a. J.C.), un buen ejemplo del monumento clásico que uno espera encontrar en sus andares por esas latitudes. A su vera se halla una primitiva basílica cristiana.

 

Naturaleza mediterránea

 

[Img #5917]El fértil valle de Tragéa, entre las montañas más altas de la isla, pleno de olivos y árboles frutales, acoge los más bellos panoramas, los pueblos más típicos y las iglesias más hermosas, como las dos de Chalki y la de Panagia Drossiani, en Monti, coronada por bóvedas muy originales. Desde Filoti comienza el ascenso al monte Zas (1.004 m), el más alto de la isla y dedicado a Zeus. En el camino a la cima (tres horas) encontramos una torre construida por el astrónomo Ptolomeo hace casi dos mil años. Apiranthos es el pueblo más pintoresco y tradicional de la isla. En él se mezclan familias de origen veneciano con otras de origen cretense. Buen lugar para el almuerzo en uno de los tres restaurantes que se cobijan bajo los frondosos árboles de la plaza, antes de darse una vuelta por sus calles que serpentean hacia lo alto.

 

Después de Koronos, la carretera continúa, todavía más, una sucesión de curvas hasta llegar a Komiski, el pueblo más alto de la isla, con bonitas vistas de los viñedos plantados en terrazas. Después desciende hasta Apóllonas con una pequeña playa protegida al amparo de las casas, festoneada de tabernas, y otra solitaria a unos cientos de metros. A poco de salir del pueblo, una señal nos indica el caminito hasta donde se halla uno de los kouros de la isla. Se trata de una colosal escultura inacabada de Apolo, del siglo VII, abandonada en este lugar.

 

Continuamos ahora para rodear la ínsula por el norte. Parajes desiertos, playas y calas solitarias, algunas tabernas al borde de la carretera, capillas sobre los altozanos, un par de viejos monasterios fortificados y grandes canteras de mármol en explotación hasta llegar a Chora.

 
 
 

Agenda

 

Cuándo y cómo ir

 

Desde abril hasta octubre incluido. En julio y agosto hay que reservar con tiempo, pero las playas no se llenan. Vuelos directos a Atenas con Iberia y Aegean Airlines; más económicos, una escala, con Air France y Alitalia. Conexión en Atenas con Aegean y Olympic Airways a Naxos.

 

Ferrys e hydrofoils diarios desde El Pireo y desde otras islas,. Autobuses desde Chora a las principales playas; taxis y numerosas compañías locales de alquiler de automóviles.

 

Alojamiento

 

En Chora: Château Zevgoli, pequeño y encantador. Despina Panteou’s y Panorama, también cerca del kastro, más económicos.

 

En las playas hay numerosos pequeños hoteles y casas de apartamentos. Podemos recomendar: Naxos Island y Dilino Hotel en Agios Prokopios, Naxian Altea e Iria Beach en Agios Anna y Faros Studios en Alyko Beach.

 

Gastronomía

 

[Img #5918]La cocina griega es muy natural y basada en productos frescos. Se comienza por mezédhes (entremeses) compuestos por tzatzíki (yogur, ajo y pepino), melitzanosaláta (berenjena y calabacín), yígandes (alubias con salsa de tomate), ensalada de pulpo, aceitunas u otros platillos. Muy comunes son las ensaladas griegas con queso, aquí de Naxos, taramasalata (crema ligera de huevas de pescado aliñadas) y dolmades (hojas de viña rellenas de arroz, carne o verduras). De platos principales, souvláki (brocheta de pollo o de cordero con pimientos y cebolla), moussaka (capas de carne picada de cordero, berenjena y tomate con una salsa blanca al horno), kefthédes (albóndigas) y guisos de cordero y cabrito. Para el pescado, lo habitual es ir al expositor y elegir lo que se desea. Si es congelado se señala en la carta. Ciertos pescados, como la lubina, pueden ser salvajes o de criadero. Se suelen hacer a la parrilla, los pequeños se hacen fritos. Calamares y pulpo son abundantes, así como gambas y langostinos.

 

Restaurantes

 

En Chora: Oneiro, Popi,s Grill y Meltemi. En Ag. Prokopios: Anesis Spiros. En Ag. Anna: Paradise Taverna.

 

Fiestas y noche

 

El Festival de Naxos incluye numerosos actos y conciertos durante todo el verano. Las celebraciones culminan con los festivales del vino y del pescador en setiembre. Chora tiene una activa vida nocturna: Veggera, Franco,s, Musique Café y Flisvos son bares al estilo de Mykonos. Discotecas: Asteria y Ocean Club.

 

 

 

 

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