Gastronomía y encanto en Austria

Graz

Viernes, 01 de Junio de 2012

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Su vibrante escena gastronómica y un soleado encanto residencial convierten a la capital de Estiria, y segunda ciudad de Austria, en un destino a tener muy en cuenta por quienes deseen dejar de lado los ruidosos problemas mundanos. Álvaro López del Moral

¿Una mesa para 700 comensales en plena plaza central servida por 35 chefs y 60 camareros? ¿Bailes gastronómicos ambientados en el Palacio de la Ópera y el de Congresos? ¿Quince mercados donde se muestran simultáneamente las excelencias locales? Enarbolando semejantes credenciales como estandarte la localidad de Graz, capital del estado de Estiria y segunda población en importancia de Austria, parece decidida a reafirmar ante el mundo esa vocación culinaria que le ha llevado a autoproclamarse como la Ciudad del Gusto (City of Delight), mientras alardea de un modelo gastronómico cuyos antecedentes podrían encontrarse en el ejemplo de Suecia. Peculiar y entusiasta, su cocina está basada estrictamente en productos autóctonos de sabor original, como la lechuga agridulce Grazer Krauthäuptel –que, además de consumirse en ensalada, sirve para preparar sopas y otros tipos de platos–, el aceite de pipas de calabaza, el jamón curado de la zona de Volcano, las carnes, las alubias y, por supuesto, las famosas manzanas del este de la región.

 

Graz es un auténtico paraíso para los placeres gástricos. En lo que respecta a asuntos del buen comer los habitantes de esta ciudad centroeuropea, calificada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, están convencidos de su importancia. Y quieren que el resto de la humanidad también se entere de ello. Para conseguirlo sus principales chefs no han dudado en asociarse bajo un sello común, que garantiza la proximidad de los artículos empleados en sus cocinas. Agrupados en él y vertebrados alrededor del barrio franciscano –antaño conocido como distrito de la carne, por ser el lugar donde los carniceros ofrecían sus mercancías- encontramos profesionales de muy diferente signo: desde Georg Denk, quien revisiona la culinaria austríaca en su restaurante Eckstein (Mehlplatz, 4), a espaldas del monasterio de los Jesuitas, hasta el dos veces galardonado por la Guía GaultMillau, René Leitgeb, quien puede preciarse de haber renovado la restauración del emblemático Café Sacher (Herrengasse 6). Sin olvidar a Christof Widakovich, toda una celebridad que ha protagonizado varios shows televisivos e imparte su magisterio gastronómico al frente de Schlossberg (Am Schlossberg, 7), un bistró situado junto a esa Torre del Reloj cuyo perfil sirve como icono de la ciudad. O Daniel Edelsbrunner, el chef más joven de Austria, que ha unido fuerzas con Michael Pech para alumbrar Prato Im Palais (Sackstraße 16), establecimiento de dimensiones palaciegas ubicado en una de las avenidas más comerciales del centro. Junto a otros cocineros, todos ellos componen una trepidante escena, determinada por su falta de prejuicios a la hora de combinar texturas y sabores.

 

Pero, además de su nivel gastronómico, Graz es conocida por contar con un patrimonio artístico extenso y heterogéneo. Partiendo de la Hauptplatz, pasear por sus patios interiores, perderse en sus callejuelas y disfrutar las vistas de sus tejados desde la terraza de los almacenes Kastner & Öhler, de puro estilo art decó, o en cualquiera de los locales que pueblan la fortaleza (a la cual se puede llegar empleando el ascensor, en funicular o subiendo los 260 escalones que la separan del casco antiguo), son lujos de los que ningún visitante debe prescindir. Para obtener una perspectiva más moderna es recomendable visitar el museo de arte Kunsthaus y tomar un aperitivo en Murinsel, la isla metálica construida sobre el río Mur en 2003.

 

AGENDA

 

Para comer bien

 

Aiola 
Mehlplatz, 1
Tel.: +43 316 890 335
Distinguido por la Guía GaultMillau, combina las funciones de afterwork y restaurante con una culinaria de proximidad, a cargo de Thomas Galler y Armin Rauscher. Disponen de otro local, Aiola Upstairs, junto a la Torre del Reloj. P.M.: 59 €.

 

San Pietro
St. Peter Hauptstraße, 141
Tel.: +43 316 481 581
 Coctelería, sala de conciertos y restaurante a cargo de Jurgen Kleinhappl, quien practica la fusión entre productos locales y cocina mediterránea.Estilismo de tendencia. Amplia carta de combinados. P.M.: 70 €.

 

Landhaus-keller
Schmiedgasse, 9
Tel.:+43 316 830 276
Desde 1562 lleva este acreditado local ennobleciendo la gastronomía autóctona con sus carnes y sus sopas en los bajos de la sede del Parlamento. Mención especial requiere la bodega, en la que destacan rarezas de 1945 pertenecientes a la escuela vinícola de Silberberg. Cuenta con una terraza interior que permite apreciar la riqueza del edificio en toda su magnitud. P.M.: 80 €.

 

Restaurante Wintergarten (Palais-Hotel Erzherzog Johann)
Sackstrasse, 3-5
Tel.: +43 316 811 616
Ubicado en un palacete que debe su nombre al célebre emperador austríaco –en cuyo honor han realizado un dulce llamado Stück Erzherzog Johann Torte–, la cocina de este local sigue a rajatabla las consignas del movimiento slow food. Menús vegetarianos, sopas y unos postres increíbles. P.M.: 40 €. 

 

Carl Restaurant
Opernring, 5ª
Tel.: +43 316 824 848
Philipp Haiges sorprende a sus comensales en este luminoso bistró, con platos como el carpaccio de pulpo sobre tartar de venado con dos tipos de caviar.Interesante carta de vinos blancos. Previa reserva, organizan las cenas Dinner & Music, en colaboración con el Dj Johannes Lafer. P.M.: 45 €. 

 

Dónde dormir

 

Hotel Wiesler 
Grieskai, 4, 8
Tel.: +43 316 706 6-0
Con más de un siglo de antigüedad, este hotel de cinco estrellas decidió descatalogarse hace unos años para acceder a un público más juvenil. Cuenta con 97 habitaciones, dos restaurantes y todo tipo de servicios (barbero turco incluido). Desde  52 €. 

 

Pistas

 

Ópera Café
Opernring 22
Tel.: +43 316 830 436. 
Tomar café es una tradición muy arraigada en Graz, pero requiere su tiempo. Situado frente al Palacio de la Ópera, este establecimiento –un clásico en la ciudad– cuenta con una terraza cubierta que se ha convertido en referente  para quienes quieran ver y dejarse ver. 

 

Para no perderse

 

Para apreciar variedades de uvas autóctonas, como la blauer wildbacher, visitar La Enoteca (Sackstrasse, 14) o Schaeffer’s (Kaiser-Josef-Platz, 6).

 

Frankowitsch (Stempfergasse, 2, 4) lleva desde 1932 haciendo las delicias de los vecinos con sus canapés de roast beef, trucha o salmón.

 

La Panadería Palatina Hofbäckerei Edegger-Tax, en Hofgasse, sigue ofreciendo delicias de la época imperial, como el Sissibusserl o el Kaiserzwiebac.

 

Información turística: www.austria.info y www.austriatourism.com

 

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