Un sueño en la viña
Finca de los Arandinos

De entre la inmensa oferta enoturística en España (más de cinco mil negocios reclaman esta condición), solo unos pocos ofrecen en realidad una experiencia que integre vino y ocio. Y este hotel en rodeado de viñedos es uno de ellos. Saúl Cepeda
Finca los Arandinos ubicada en La Rioja, es un hotel-bodega o bodega-hotel de equilibrada naturaleza dual, perfectamente afinada en un inmueble vanguardista de líneas ágiles, en cuya genética se conjugan la estructura pragmática del arquitecto Javier Arizcuren y un interiorismo de contrastes domesticados a cargo del imaginativo (y no pocas veces foco de controversia) diseñador David Delfín. Ambos creadores, cada cual a su manera, asumieron la tarea de concebir confortables habitaciones (de 140 a 240€/doble por noche) para todos los gustos, desde el elegante minimalismo nórdico de aquellas que se encuentran sobre la misma sala de barricas (toda una insinuación para quiénes disfrute del fetichismo enológico) hasta unas sorprendentes recámaras de divertido juego modular, casi un lego de la habitabilidad.
Durante la estancia en Finca de los Arandinos -a menos de un cuarto de hora de Logroño y con privilegiadas vistas de la Sierra de Moncalvillo-, podemos disfrutar de un recorrido a través de las instalaciones en las cuales se elabora el vino, así como de un curso de iniciación a la cata (solo sábados y domingos), con la correspondiente degustación de referencias producidas en la casa –los tintos Finca Los Arandinos y Malacapa, el blanco viura Viero, además de un aceite arbequina fruto de los olivos de la propia finca-, tal y como cabría esperar en una explotación vitivinícola abierta al público. Pero más allá de lo obvio, la audaz construcción alberga un spa compacto y bien provisto de servicios. La administración de la finca también se ha encargado de configurar un catálogo de actividades para los visitantes entre las que destacan los paseos a caballo guiados entre viñedos y la práctica del golf en el cercano campo de Sojuela.
En el capítulo gastronómico, en el restaurante Tierra de Finca de los Arandinos se plantea una interesante revisión de sabores tradicionales riojanos con una definición moderna y vocación Kilómetro 0 (eso sí, sin fundamentalismos), bajo la dirección del jefe de cocina Diego Rodríguez, oriundo de Entrena y forjado en los fuegos de Martín Berasategui. La Vinería, un edificio anexo, está perfectamente habilitada para acoger eventos y convites para casi cien personas.