A pierna suelta
Hotel Torre Do Río, en Pontevedra: relax sobre piedra

Parece que todo en este cómodo hotel está pensado para desconectar, desde su cercanía con balnearios hasta su ubicación en el valle del Salnés, en pleno dominio de los vinos de Rías Baixas. Todo pensado para el confort. Claudia Navarro. Imágenes: Arcadio Shelk
En un espacio natural privilegiado, muy cerca de importantes balnearios de aguas naturales y en la comarca vitícola de Salnés, esta antigua fábrica de textil se ha convertido, desde hace siete años, en un maravilloso hotel rural lleno de detalles y buen gusto. Sus propietarios, una pareja con las cosas bien claras, adquirieron este complejo textil del siglo XVIII junto al meandro del río Umia transformando sus vinos en un espectacular edificio de piedra con una torre casi intacta con 300 años de historia. Sus 12 habitaciones recogen, a través de sus amplios ventanales, la luz y la belleza del entorno y sus múltiples rincones y porches permiten momentos íntimos que te harán sentir como en tu propia casa. El proyecto va más allá, pues todavía se está reconstruyendo otro edificio, enteramente de piedra, junto al río que acogerá más habitaciones y un restaurante abierto en exclusiva para los clientes del hotel, sustituyendo la pequeña sala en la que en la actualidad ofrecen su desayuno y cena. La mayor singularidad de este agradable hotel rural es, sin duda, el amplísimo espacio exterior, cuidado hasta la extenuación, de que hace gala, que permitiría acoger sin problemas grandes eventos y bodas pero que, por el contrario, se reserva para los huéspedes.
La magia
Cuando cae el sol las velas se convierten en las protagonistas tanto de la casa como en los porches exteriores, creando un ambiente cálido de relajación.
El encanto
El sonido del agua que recorre sus inmensos jardines invita a pasar la tarde disfrutando de un buen libro entre los bosques y praderas que rodean a este maravilloso hotel.
El detalle
Albornoces, suaves sábanas, bombones, flores frescas, prensa y su desayuno casero servido en la habitación si así se solicita, son algunos de los privilegios del huésped.
Muy cerca
Las habitaciones
Un vino
Cocina casera
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Su situación estratégica entre Santiago de Compostela y Pontevedra se complementa con la cercanía al mar sin salir de la montaña y el verdor del interior. Además, Torre do Rio se sitúa a pocos kilómetros de las Termas de Cuntis, con tres piscinas de agua termal, nueve estufas de vapor y múltiples salas de tratamientos. La cercanía con prestigiosas bodegas, ubicadas muchas de ellas en históricos pazos, y la abundancia de grandes restaurantes de cocina de mar son otros de los atractivos de este acogedor hotel, situado a orillas del río Umia.
Cada estancia distinta y a cada una su nombre, siempre de una flor gallega que podemos encontrar en su paisaje. Nuestra favorita, Erica, que además es el nombre de la hija de los propietarios. Vigas vistas, piedra viva, camas con dosel, decoración de tonos suaves y relajantes, hierro forjado y madera decapada. Cada rincón es un descubrimiento, cada ventanal, una vista.
Situado en plena zona del Salnés, donde se concentran la mayor parte de las bodegas con D.O. Rías Baixas, este hotel es el perfecto lugar desde el que iniciar una ruta para adentrarse en el mundo del albariño, en ese conjunto de minifundios donde la cepa crece sobre un pilar de granito buscando el sol y huyendo del húmedo suelo, creando blancos frutales e intensos.
A la espera de inaugurar el nuevo restaurante, Torre do Rio basa su oferta gastronómica en la premisa de poco pero cuidado. El desayuno ofrece huevos hechos en el momento, zumo de naranja recién exprimido, tortilla, mermeladas de sus frutales, flan de huevo de corral, bizcochos, tartas, embutidos. Para las cenas, productos caseros de elaboración sencilla.
