Abadía Retuerta define aún más su Le Domaine en 2014

La pasada semana en su espacio The Craft madrileño la bodega Abadía Retuerta presentó la nueva añada de su vino blanco Le Domaine, junto con las cosechas 2012 de sus vinos de finca, Pago Negralada, Pago Garduña Pago de Valdebellón y Petit Verdot, y la 2011 de Selección Especial. El director de la bodega, Enrique Valero, comentó que en Abadía Retuerta se elaboran los vinos pensando en el largo plazo.

Pero las estrellas allí eran los vinos, y quien se encargó de hablar de ellos fue su enólogo, Ángel Anocíbar. Le Domaine (21, 90€), el último miembro de la familia, se lleva elaborando en pruebas desde el 98, pero Anocíbar comentó que cada año se ha ido aprendiendo a darle el carácter que se pretendía desde la bodega. Le Domaine surge, comenta el enólogo, de una confusión del vivero que les proveyó de plantas, y se “colaron” en la finca 1.000 cepas de sauvignon blanc que, años más tarde, la bodega ha aprovechado como base para Le Domaine. Según Anocíbar, se hicieron pruebas con las fermentaciones malolácticas y se decidió también ampliar el coupage con variedades próximas, de la región, como la verdejo, a la que se han ido añadiendo otras que no especifican en la etiqueta. Se estudiaron las podas y se ha procurado que las vendimias de todas las variedades que forman este blanco estuvieran próximas entre sí, ya que se elabora juntando los mostos y dejándolos fermentar todos juntos. La fermentación maloláctica arranca en depósito y la alcohólica se realiza ya en barrica, donde se aplica el battonage o removido de las lías y donde el vino pasa cinco meses. En total, la producción de 2014 ha sido de 45 barricas para un blanco que lleva como bandera el ser “de guarda” y como tal se etiqueta. En unos días saldrá al mercado esta última añada, que goza de una frescura y una finura que lo alejan de la densidad de la cosecha anterior, una evolución hacia la elegancia que confirma el propio Anocíbar: “ahora hacemos maceraciones más cortas, vimos que con más tiempo se perdía fruta, ahora hemos ganado en frescura”. Acortar maceraciones no se ha hecho solo en el blanco, también en los tintos y con el mismo objetivo.

Junto a Le Domaine se presentaron las nuevas cosechas de los tres vinos de finca de Abadía Retuerta, que también se elaboran cada uno con una sola variedad de uva: Pago Negralada (tempranillo, 60 €), un elegante tinto con aromas florales, fresco y complejo que sigue creciendo en la botella; Pago Garduña (syrah, 60€), especiado, equilibrado y sedoso, sabroso; Pago Valdebellón (cabernet sauvignon, 60€), quizá el que necesita más tiempo en botella, sabroso, con matices de fruta negra; y Petit Verdot (120€), muy bebible, seductor y muy fresco ya. Además, se presentó la cosecha 2011 del Selección Especial, un tinto muy apreciado por la crítica, completo, redondo, frutal, que se obtiene de escoger las mejores uvas de cada añada de las variedades tempranillo, cabernet sauvignon y syrah (19,90 €).

Durante la presentación, Ángel Anocíbar mencionó también su hallazgo en 2007 de un viñedo plantado con una variedad autóctona de tempranillo, con la que se han ido injertando otras plantas y con la que, comenta, “nos gustaría injertar el resto”, ya que se trata de una uva autóctona que, según él, se asemeja más a la tinta de Toro que a la tempranillo habitual de la región de Ribera del Duero y aledaños donde se encuentra Abadía Retuerta.

A los vinos se acompañó en The Craft, un espacio propio de la bodega en Madrid para recibir “como en casa” a invitados y clientes, la cocina de Pablo Montero, chef titular del restaurante Refectorio, con una Estrella Michelin, que la bodega contiene en su finca de Sardón, junto a un cuidado hotel que completa su oferta enoturística.