Bella Costa Azul
Niza, artista y gourmet en pleno corazón de la Provenza

La Provenza. Costa Azul. Nadie puede negar que Niza es un destino bucólico. Alpes y Mediterráneo se juntan en una bahía que durante siglos ha servido de inspiración artística y hoy mantiene su estatus de destino turístico de lujo. Teresa Álvarez. Imágenes: Álvaro Fernández Prieto
Niza es la quinta ciudad en importancia de Francia (400.000 habitantes), una característica difícil de percibir por su peculiar ubicación entre colinas, que engaña al visitante. Pero así es y su ferviente actividad así lo demuestra. Con una capacidad hotelera grande y de alto nivel de calidad, la perla de la Costa Azul sigue manteniendo su posición privilegiada como destino turístico, favorito entre la amplia oferta europea y que ejerce una curiosa atracción en sus meses invernales, con la innegable ventaja de su proximidad a pistas de esquí. Lugar de veraneo desde el siglo XIX –especialmente de ingleses y rusos–, su inspiradora y tan alabada luz ha sido retratada hasta la saciedad por artistas de medio mundo, una condición que de forma natural ha convertido la ciudad en un hervidero cultural y artístico de primer nivel, con la presencia permanente de museos y colecciones como la del pintor Marc Chagall, que incluye obras pertenecientes a corrientes muy vinculadas a Niza como Nuevos Realistas, Arte Conceptual o la propia Escuela de Niza, así como la maravillosa villa genovesa situada en los jardines de Cimiez, cuyo interior acoge el museo monográfico de Matisse.
De cara al mar
Pero este carácter creativo no solo se percibe en sus galerías de arte, sino que se palpa en un simple paseo junto al mar por la elegante marina del Paseo de los Ingleses (Promenade des Anglais), donde es posible contemplar a pequeños artistas locales desarrollando sus obras. Entre los edificios más representativos, el gran hotel Negresco, con un bar maravilloso en el cual se puede tomar el té de la tarde, una brasserie informal y un restaurante gastronómico. Sin abandonar el litoral, otro gran hotel, Palais de la Méditerranée, puede ser una opción magnífica para una cena en su restaurante Le 3e, situado, como su nombre indica, en la tercera planta del edificio, con una terraza abierta hacia el mar.
Ciudad-mercado
Cualquier calle o plaza de esta ciudad costera ofrece alguna buena alternativa gastronómica pero su casco antiguo parece un mercado gourmet inagotable. Recorrerlo es una delicia para los sentidos. Empezamos con su mercado de flores y frutas de Cours Saleya. Buscando entre sus puestos encontramos tomate seco, paté de oliva (tapenade), pesto –allí denominado pistou– con el que elaboran una fresca sopa de verduras o hierbas de La Provenza, y también sitios para picar algo. Adentrándonos en el entramado de callejuelas nos enamora L´Epiceri (1, rue Jules Gilly), un pequeño comercio de alimentación donde tomar el aperitivo, o el café en Les Distilleries Ideales. Si nos apetecen buenas ostras, mejillones o erizos frescos, Au Pose i Don, los ofrece a buen precio. Por el contrario, si lo que deseamos es adquirir quesos, también podemos encontrarlos en lugares como Lou Froumaï (25, rue de la Préfecture), donde adquiriremos auténtico Peymeinade, el famoso queso de cabra de la región. Si buscamos un restaurante, las opciones se multiplican. Tres sugerencias diferentes: Oliviera (8, rue du Collet), un pequeño y poco conocido local con escasas mesas donde el aceite es el protagonista. Muy cerca, Falabrac Fabrik (3, rue Benoît Bunico) vuelve a romper esquemas, con una pequeña tienda de ropa usada y un menú diario a precio de risa. Por último L´Escalinada (22, rue Pairolière), donde Henri Cagnoli, ofrece cocina nizarda auténtica, como las criadillas empanadas o el fiambre de cerdo relleno al horno.
El Carnaval
Durante los meses de invierno Niza ve como su playa se vacía y la ciudad se repliega. Pero eso solo ocurre momentáneamente porque el gran evento de la localidad está a punto de comenzar: el Carnaval. Dos semanas de eventos, fiestas y colorido que convierten a esta ciudad de la Costa Azul en la protagonista. Entre sus acontecimientos especiales, el desfile o “corso carnavalesco” compuesto por carrozas decoradas siguiendo un tema elegido (en 2015 ha sido la música) y rodeado de luz en su versión nocturna. Otro evento es la Batalla de las Flores, con carrozas aderezadas con composiciones florales. La entrada es gratuita el primer día y después también para todos aquellos que asistan disfrazados.
AgendaPara comer bien
38, rue Droite Tel. +30 (0) 493 855 116 Sin restar mérito a la cocina, que está muy bien elaborada y trasmite un profundo conocimiento del recetario tradicional nizardo, el punto fuerte de este restaurante familiar es el trato. La juventud y las ganas de agradar de la cuarta generación en sala y cocina se hace notar, por lo que conviene reservar mesa en este concurrido y popular restaurante. P.M.: 35 €. 10, Dubouchage. Tel. +33( 0) 493 856 353 Conocido como l´enfant terrible de la gastronomía del sur de Francia, David Faure ha sido uno de los máximos exponentes de la cocina molecular en Niza. Con una sala absolutamente impecable, su última expresión culinaria ha sido la incorporación de los insectos, con un menú degustación específico, solo apto para los más atrevidos. P.M.: 70 €. 3, rue de la Préfecture. Tel. +30 (0) 493 929 586 Bajo el asesoramiento del chef Alain Llorca, este pequeño “bistronomique” informal pero con buena cocina mediterránea es una novedad en la ciudad. Buena bodega y ambiente joven y desenfadado. P.M.: 35 €. Le Canon 23, rue Meyerbeer Tel. +30 (0) 493 790 924 Abierto hace poco más de un año, este restaurante pone el acento sobre las materias primas orgánicas y locales de pequeños productores, elaborando con sencillez y poniendo de relieve el sabor propio del alimento. Un sitio para huir del turismo y sentirte como en casa. P.M.: 35 €. Compras gourmet7, rue Saint-François de Paule Fundada en 1820, ofrece verdaderas joyas realizadas en chocolate y características frutas escarchadas así como mieles y mermeladas artesanales de productores de La Provenza. Muy recomendables sus flores, pétalos y hojas de menta cristalizadas en azúcar. Antes era un salón de té y mantiene todo el carácter del pasado intacto. Le Comptoir de Mathilde 7, rue du Collet Chocolates y bombones hechos en el propio obrador. 7, rue Saint-François de Paule Aceites de oliva producidos en la zona, con especial presencia de los acogidos bajo el paraguas de Huile d´olive de Nice PDO. Barale 7, rue Sainte Réparate La cercanía a Italia hace que esta ciudad del sur de Francia tenga especial interés por la pasta, algo que demuestra en la calidad de sus comercios. Esta casa de artesanos, creada en 1892, ofrece a los consumidores pasta fresca recién hecha de primer orden. Tomen nota
Cómo llegar
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