En roca viva
Salamanca, escapada a una ciudad con sabor ibérico
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La ciudad universitaria castellano leonesa es capital del ibérico, pero también cuenta con espacios gastronómicos y de restauración donde encontrar vanguardia y respeto por su magnífica materia prima de proximidad. Saúl Cepeda. Imágenes: Arcadio Shelk
Salamanca es bella; a vista picada, con la vertiginosa perspectiva que ofrecen las elegantes atalayas restauradas de la Scala Coeli, en las Torres de Clerecía, o desde Ieronimus, las torres medievales de la catedral (la nueva y la vieja, en realidad, impecablemente fusionadas); y desde el suelo, por supuesto, a pie, callejeando por cada rincón de esta ciudad universitaria que “no presta lo que la naturaleza no da” y que, al caer el sol, se ilumina con una combinación de sobriedad y descaro. Es, ¡cómo no!, la tuna, los tunos nocherniegos de la universidad, hoy más viajados que nunca, que no callan ni debajo del agua; y muchos estudiantes, claro que sí, a los que quizás encontremos en manada, haciendo cosplay frente a una facultad. Hay ambiente y modernidad hostelera, reinventados sus códigos entre piedras de sillería, de cuyas hendiduras brotan señorío y platos contemporáneos con materias primas de kilómetro cero. El mercado –en restauración–, vaya sorpresa, seguirá siendo un mercado de abastos y no mutará, como en la práctica totalidad de las capitales de provincia, en un espacio gastro. La ciudad contiene cultura y museos, historia y vanguardia, todo próximo y amable. Capital de una región de jamones exquisitos y reconocidos internacionalmente, así como de vinos sorprendentes, de carnes magníficas y de legumbres soberbias; en sus calles los encontraremos a todos, elaborados o no, en el mostrador o en la mesa.
Tiendas de raza
Las carnicerías de la familia Mulas son un gran escaparate de los productos de la región. Además, comercializan su propia raza de bovino, ternera de la Valmuza, con venta online y distribución a toda Europa.
Estrella andina
La única estrella Michelin de la provincia –y una de las cinco de la comunidad autónoma de Castilla y León– está en manos del muy reconocido chef peruano Víctor Gutiérrez.
La hora del vermú
El vermú ha vuelto con fuerza a muchas ciudades españolas. En Salamanca, la vermutería Lilicook concilia este producto y sus modalidades con tapas creativas y conservas gourmet.
Vinos serranosLa D.O.P. Sierra de Salamanca no suele figurar con demasiada frecuencia en la literatura enológica. Y no estaría mal tenerla más en cuenta. Entre sus variedades autóctonas encontramos la aragonés –tempranillo de la zona–, la calabrés –un tipo de garnacha tinta– y la interesante rufete tinta. Capítulo aparte tiene la rufete blanca. Cabe destacar los interesantes monovarietales de rufete tinta, que traen recuerdos borgoñones en vista y paladar. Bodegas notorias de estos vinos son La Zorra, de la Sierra de Francia y Cámbrico, de Villanueva del Conde. Como proyecto independiente, La Dama Juana.
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