Lo que se cuece en...

Limerick, un recorrido gastronómico por la orgánica Pigtown

Viernes, 04 de Diciembre de 2015

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Cuna del café irlandés, otrora sombría y hermética, Limerick abraza el ecologismo “gastro”, los productos de proximidad y las tendencias vinícolas, que han ido ganando terreno a la cerveza. Bienvenidos a “Pigtown”. Javier Caballero. Imágenes: Álvaro Fernández Prieto

Ya no queda ni rastro del aire peligroso y desaconsejable que otrora campó por la ciudad irlandesa. Las bandas, de rock celta. Hoy el ruido de sables solo se oye en las granjas ecológicas. Todo es tierno, como enternecedores son los cerditos que se transformarán en delicioso bacon, black pudding, rechonchas y suculentas salchichas que se alinean geométricas junto a huevos fritos y porridge (gachas de avena). Nadie se encara si se alude a ella como Pigtown, apodo que viene por culpa de su histórica industria de carne porcina, donde viejos proveedores como Matterson’s, O’Mara’s o Denny’s exportaron de lo lindo a los Estados Unidos y alimentaron a generaciones enteras de irlandeses. Mejor que la OMS no mida el histórico ratio de carne procesada que se apila en las venas de sus 90.000 habitantes, una tendencia que cambia gracias a las nuevas propuestas culinarias y a la recuperación de cultivos de una zona de raíces granjeras y eminentemente emigrante.

 

 

[Img #8998]Al fin Limerick se ha sacudido el sambenito de urbe de reputación peligrosa donde recogerse pronto para no jugártela y ahora también pretende superar odiosos clichés asociados a la cocina de las Islas Británicas. Su nuevo lema: “the cream of the crop” (lo mejor de la cosecha). Actualiza su reloj y renueva su atmósfera gracias a comida sin pesticidas, menús orgánicos, granjas con bed and breakfast (también hay majestuosos castillos donde alojarse), música hasta las tantas y wine bars de nuevo cuño en la tierra del primigenio whisky y donde la Guinness lo anega todo. En esta transición anda metida, aunque aún resulte más reconocible en el mapa por ser la ciudad natal de la banda The Cranberries o el universal café irlandés. Ya no es raro pedir un pinot grigio en vez de una pinta mientras se habla de la última victoria en rugby de los Munsters, héroes locales, o se celebra el pase de Irlanda a la próxima Eurocopa de fútbol, Francia 2016.

 

 

[Img #9001]Al suroeste del país y empapada su historia por el río Shannon, esta ciudad de arquitectura georgiana ha renacido de Las cenizas de Ángela (aquí nace la dolorosa trama de la novela de Frank McCourt donde solo se comía pan y té) y enfoca su futuro en captar nuevos foodies y turistas que buscan otras miradas más allá del eje Dublín-Cork. Cada vez más inspectores gastronómicos se acercan por estos pagos. Levantan acta de lo que sucede en sus fogones y barras, pulsan ambientes y recopilan inquietudes. Y lo que sucede es que, cual mosqueteros, todos los actores han hecho converger fuerzas. “Estamos tratando de que se perciba Limerick como un nuevo destino gastronómico donde puedes venir a sitios como este con tu familia y estar en contacto con la naturaleza. Nos estamos ayudando mucho todos los proveedores para promocionar el destino”, afirma Caroline Rigneys guarecida bajo un paraguas mientras las razas raras de cerdos, gallinas y patos de su granja, bailan bajo la lluvia.

 

 

“Esto fue una vieja iglesia y tuvo otros muchos usos. Desde hace apenas un año hemos abierto el café, la tienda de mobiliario y hemos montado una escuela de cocina que tiene mucho éxito. Las cosas están cambiando por aquí”, relata Sarah Moloney con la sonrisa de oreja a oreja mientras los clientes degustan café y pan de calabaza en Hook & Ladder. A unas pocas manzanas, bulle el Milk Market los fines de semana. Artesanos del queso de oveja, panaderos, proveedores de setas y mantequillas, tostadores de café, importadores de vinos, cocteleros y chefs locales que se asoman en televisión… Todos ellos buscan su fortuna en este nuevo trébol de lo más orgánico.

 

 


 

Tragos con historia

 

[Img #8995]Con todo el glamour de una época pionera, en The Flying Boat Museum, en la localidad aledaña de Foynes, se cuenta la historia de los primeros hidroaviones que cruzaron el Atlántico. Además de este hito, en sus salas se explica y se degusta el nacimiento del café irlandés. Fue un bartender llamado Joe Sheridan quien lo inventó en 1942 añadiendo whisky y crema al café para paliar el frío de los que esperaban un avión de la PAN-AM en el aeródromo de Foynes. En las salas también se rinde homenaje a Maureen O’Hara, inolvidable pelirroja de El hombre tranquilo, vinculada a este lugar por su marido, el piloto comercial Charlie Blair.

 


 

De puesto en puesto

 

Abierto solamente de viernes a domingo, el Milk Market es conocido en toda Irlanda como uno de los mejores en cuanto a artesanía y productos de proximidad (quesos maduros, miel, mantequillas). Lleva abierto un siglo y medio. El Country Choice (1982) ha sido elegido el mejor puesto de todo el país.


 

 

 

Agenda

 

[Img #9000]Para comer bien

 

Mustard Seed

Ballingarry, Limerick

Tel.: +353 (0) 69 68 508

Si se encuentra en el hotel que aloja este establecimiento, un victoriano eco-lodge del mismo nombre, a buen seguro que Daniel Mullane se sentará a su lado a charlar sobre viajes y vinos, al tiempo que te explica su ensalada de anguila. Este chef es una celebridad local por participar en el programa Guerrilla Gourmet de la televisión irlandesa. Su amabilidad es tal que le contará con detalle la filosofía de su fresca cocina conduciéndole directamente a su contiguo huerto/jardín.

 

 

Curragower

Clancy Strand, Limerick

Tel.: +353 (0) 61 321 788

Dar cuenta de un fish & chips irlandés y una pinta mientras tienes enfrente la vista el King John’s Castle es uno de los placeres que brinda este local de atmósfera desenfadada y seafood estimable. Sopas cremosas, monkfishes (rapes) jugosos, marisco, langostinos rebozados y platos en cantidades industriales para acabar cantando tonadas locales como Molly Malone o Whiskey in the yard.

 

 

[Img #8996]1826 Adare

Main Street, Adare, County Limerick

Tel.: +353 (0) 61 396 004

En la vecina y coqueta pedanía de Adare se enclava este local de construcción tipo cottage (cabaña con techo de paja). Influido por el vecino Océano Atlántico y sus salvajes productos, el chef Wade Murphy y su esposa Elaine viajan por la cocina tradicional irlandesa aportando frescos chispazos de nueva escuela y algo de vanguardia.

 

 

The Cornstore

19 Thomas Street

Tel.: +353 (0) 61 609 000

Uno de los restaurantes más bullentes y de las más animadas barras de Limerick donde confluye una clientela variopinta y ecléctica y no solo durante el concurrido after work. Buenos cócteles y amplia carta de vinos, en un lugar donde trabajan la ternera y la mermelada y el chutney de whisky.

 

 

Dónde dormir

 

Nº1 Pery Square

Tel.: +353 (0) 61 402 402

Estupendo hotel boutique con humeante spa que resulta perfecto para relajarse tras un día movido. Excelente el desayuno, y estacionamiento vigilado a apenas dos manzanas en el corazón del distrito georgiano (otro de sus atractivos). Sin duda, el mejor establecimiento en la ciudad.

 

 

Para brindar

 

[Img #8999]The Copper Room

100 O’Connell Street

Tel.: +353 (0) 61 211 000

Como si de una catacumba secreta se tratara, este wine bar en los basements (la parte baja, en inglés) de una casa georgiana dispone de una extensa carta de vinos con referencias que viajan desde Chile a Australia o Napa Valley. No faltan olorosos y amontillados. También sirven tablas de patés y quesos, salamis, así como sabroso jamón de Limerick. Las gemelas Julie y Jenny regentan este lugar con simpatía que rompe tópicos sobre la omnipresente cerveza.

 

 

Información turística: Turismo de Irlanda

 

 

 

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