Didier Belondrade
Dos caras de una misma persona.
Una fotografía puede cambiar el rostro de una persona de tal manera que parezca otra. En este caso el amigo Didier se prestó al juego en sesión de estudio para el número 337 de Sobremesa.
La fotografía no es neutral, el ojo del fotógrafo desde el mismo momento que encuadra, enfoca o decide una luz, está tomando partido. El resultado final de una imagen no es ingenuo ni aleatorio, al fotografiar estamos poniendo lo que sabemos, lo que sentimos, lo que pensamos, al fin, lo que somos.
Todo retrato tiene mucho de autoretrato.
Álvaro Fernández Prieto
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