Muere Cristina Downes de Amézola, defensora del terroir

Un cáncer que padecía desde hacía poco más de un año se ha llevado la vida de María Cristina Downes de Amézola, quien falleció el 22 de octubre en el Hospital Sanchinarro de Madrid a los 71 años.  Desde 1999 era presidenta de Bodegas Amézola de la Mora, empresa familiar de la Rioja Alta fundada en 1987 por Íñigo y Javier Amézola, marido y cuádo, respectivamente, de Cristina. Fueron dos desgraciadas circunstancias las que situaron a Cristina, Kittiy para sus amigos, al frente de la bodega, ya que en 1999 su marido falleció en un accidente de tráfico cuando se dirigía a una feria de vinos en Burdeos y Javier, su cuñado, había fallecido también tres años antes. Hasta entonces Cristina era una ama de casa, pero desde su puesto como presidenta y gerente, cargo que ocuparía hasta 2006, se ocupó de mantener el estilo clásico marcado por la bodega, aunque no se limitó a continuar en la misma línea y se atrevió a ser una pionera defendiendo el vino de pago, entonces no muy extendido en la región riojana.

Downes había nacido el 22 de diciembre de 1944 en la localidad argentina de Ramallo, provincia de Buenos Aires. Segunda de cuatro hermanos y con una madre de origen asturiano y un padre descendiente de irlandeses, siendo aún adolescente se trasladó con su familia a Montevideo, Uruguay, país que abandonó debido a causas sociopolíticas y económicas. En Madrid conoció al que sería su marido desde 1975 hasta su muerte, Íñigo Amézola, con quien tuvo dos hijas, María y Cristina, que terminarían por tomar las riendas de la bodega tras la muerte de su padre, aunque Cristina Downes permaneció como presidenta.