Deliciosa Navidad
Vinos, planes y placeres para una Navidad deliciosa

Llegan momentos de reuniones, esperanzas y expectativas. Tiempos de reunirse con seres queridos y otros menos queridos, con los que encontrar una buena excusa para brindar o disfrutar. Os proponemos unas cuantas maneras de hacerlo. Raquel Pardo
Con vino
Claro, no podemos dejar de recomendar una Navidad con brindis y vinos que merece la pena probar, desde nuevas añadas a novedades en los mercados o joyitas para amateurs.
Empecemos con burbujas
No hace falta decir que la Navidad es época de celebrar y brindar y que las burbujas, de cava, champagne y otros espumosos, o de sidra, son las mejores opciones por su frescura y vivacidad. Pero es bueno señalar que, cuando de espumosos se trata, no hay que esperar a estas fechas para descorcharlos, ya que con las nuevas elaboraciones se están creando vinos que acompañan perfectamente comidas enteras y tipos de gastronomía que combinan perfectamente con las burbujas, como es el caso de algunos quesos y de platos de inspiración oriental.
Un buen comienzo puede ser el aperitivo de lujo con un cava como el Privat Opus Evolutium, a base de pansa blanca, chardonnay y pinot noir ecológicas, seleccionadas en su finca Cau D’en Genis. Fresco, corpulento también pero perfecto para acompañar con bocados, un Gran Reserva con el que alargarse hasta la comida; otra de las novedades que hay que probar este año lleva la firma de Raventós i Blanc, y se llama Textures de Pedra, su último lanzamiento. Se trata de un espumoso de la Conca del Riu Anoia (y fuera de la Denominación Cava) elaborado con una mayor parte de variedades tintas (bastard negre y sumoll, dos uvas del Penedès que revelan la apuesta de la casa por las variedades locales) a las que se suma la xarel·lo y la parellada, todas ellas procedentes de parcelas en altura. La primera añada es 2001 y es un vino diferente y con encanto, con chispa y frescura, con autenticidad y mineralidad aportadas por el suelo pedregoso del que procede. Una apuesta distinta y atrevida que se puede completar explorando otros espumosos de la casa, como el excelente De la Finca o el seductor rosado De Nit.
Si se opta por lo clásico, se puede recurrir a la gama Plus Ultra, de Codorniu, que renueva diseño, y brindar con burbujas frescas y divertidas.
Ya en terreno francés, la novedad llega de la mano de Taittinger, que presenta un nuevo champagne pensado para consumir de noche (¿será por noches?) y llamado Nocturne. Lo de la nocturnidad viene de la dosificación seca, ya que contiene 17,5 gramos por litro de azúcar, un toque dulce muy medido que lo hace perfecto y nada pesado para disfrutar tras una cena.
Para cenar con champagne, y si a uno le apetece darse el lujazo, Ruinart ha traído a España unas pocas botellas de Dom Ruinart Rosé 2002, una pequeña joya elaborada con pinot noir y chardonnay y con larga crianza que tiene cuerpo e intensidad, lo que le hace un excelente acompañante de una buena cena o comida navideña. Es fino y elegante, y tan seductor que se ha colocado el primero entre los champagnes del año para la MW Essi Avellan, editora de la publicación especializada Fine Champagne, una de las “biblias” de estos espumosos.
En blanco
No, no nos referimos a quedarnos así por la resaca, todo lo contrario, invitamos a beber con moderación, en compañía y siempre combinando excelentes vinos con una buena dosis de platos navideños, aunque luego haya que correr alguna media maratón más de la cuenta.
Entre las novedades, el magnífico Tega do Sal, elaborado por Comando G para Viña Mein, quien ha decidido contar con el conocimiento y talento de los enólogos Dani Landi y Fernando García para elaborar sus vinos desde esta añada. El Tega es su primer blanco de finca, un vino delicado y auténtico, que se puede tomar ya o dejarlo mejorar un tiempo, así que también es una excelente opción de regalo. La versión tinta de Viña Mein “by” Comando G es el Tinto Atlántico, un sorprendente tinto gallego lleno de frescura y mineralidad del que es casi imposible beber solo una copa.
Volviendo al redil de los blancos, hay que probar, si se tiene la opción, el nuevo Remírez de Ganuza Blanco, un vino soberbio que combina cierto clasicismo de los blancos con madera riojanos con un toque puesto al día, madera perfectamente integrada y un llamativo equilibrio con la acidez. Un buen descubrimiento para los amantes de los vinos que elabora Fernando Remírez de Ganuza en Samaniego (Álava).
Sin salir de Rioja, donde hay blancos (sí, blancos) a los que no perder de vista, se puede optar por el exótico (en el nombre, no en los sabores y aromas) Qué bonito cacareaba, elaborado por Benjamín Romeo en San Vicente de la Sonsierra, en plena Rioja Alta, un vino complejo, potente, con textura cremosa y un embriagador equilibrio, un acierto para regalar a cualquier aficionado que tampoco decepcionará al principiante y, en cualquier caso, para compartir.
Arbayún blanco, un chardonnay navarro que elabora Fernando Chivite en Baja Montaña, es una de las novedades que enriquecen el panorama blanco, aunque si uno va a cenar mariscada, tampoco está de más hacerle caso a los albariños como Zárate, estupenda mezla de frescura y complejidad, el nuevo Do Ferreiro Adina, albariño sobre suelo de pizarra encantador y sublime, o el clásico, y elegantemente vestido, Mar de Frades, que este año viene en botella con diseño de Jorge Vázquez.
Navidad en rosa
Tampoco está mal el panorama de los rosados, sobre todo para aquellos que pueden alargar su vida más allá del verano gracias a su elaboración, o para los primeros en salir de la cosecha 2015. Una buena opción de los primeros es Viña Zorzal, a base de garnacha, fresco y con chispa, vibrante y seductor. O sin salir de Navarra, Arbayún, potente y frutal. Para caprichosos, Le Rosé de Antídoto, un rosado casi blanco con una sorprendente estructura, mineral, corpulento, equilibrado y encantadoramente enigmático.
Otra opción es el casi desconocido rosado de Valenciso, una compañía formada por Juan Valentín y Carmen Enciso del que solo se elaboran 3.000 botellas por el procedimiento de sangrado, floral, intenso en la boca, perfecto para comenzar con los entrantes, sabroso. Aunque tratándose de estos dos elaboradores, no hay que dejar de probar su blanco, de corte clásico ni, por supuesto, sus magníficos reservas, especialidad de la casa y ahora con la añada 2008 en el mercado.
Dreamin’ of a red wine Christmas
Porque lo son en Navidad, y porque nos gustan tanto como los blancos, los espumosos y los generosos, los tintos se hacen indispensables para cenas o comidas que incluyen carnes como el cordero, el cochinillo o el lechazo. Por eso no podemos resistirnos a recomendar un tinto como Án, que ya en su añada 2012 es un vino sabroso, carnoso y de placentero sabor mediterráneo, con frescura seductora; o clásicos como el Selección Especial de Muga o los grandes reservas de La Rioja Alta, 890 y 904, siempre eficientes y una baza segura para quedar bien con los aficionados al vino riojano; otra opción son los riberas elegantes, como los de Hacienda Monasterio, cuyo reserva va más allá de ser un vino de guarda, es un verdadero tesoro, aunque se puede abrir y descorchar para saborear su fuerza y energía. Para bolsillos más mundanos, otro vino de su casa hermana, Montecastro (propiedad en su mayor parte de Hacienda Monasterio y con la misma dirección enológica, liderada por Carlos de la Fuente y con la asesoría de Peter Sisseck, fundador y propietario de Pingus), que estrena estilo en su añada 2012, ya con la nueva dirección, y es un vino con carácter de Duero, potente y elegante, bebible y muy bien elaborado, para sorprender y gustar a los amantes de riberas.
Sin salirse de la región, quien pueda permitírselo se puede atrever con lo nuevo de Dominio de Caír, la bodega propiedad de Luis Cañas en Ribera del Duero, en la Aguilera, un exclusivo vino llamado Pendón de La Aguilera, fino y potente, concentrado y opulento. En esa línea se mueve el último vino de Museum, de Cigales, llamado Numerus Clausus, un exclusivo vino que parte de tres viñedos diferentes, todos ellos en altura superior a los 800 metros. Sin salirse de Cigales, en otra línea, las Garnachas de Finca Herrera, un nuevo vino tinto elaborado por Pascual Herrera, presidente de la DO Cigales, junto a su hijo Manuel, que explora la expresión de las garnachas tinta, tintorera y gris y las convierte en un original vino, con expresión frutal, carnoso y muy atractivo.
Además de beber y brindar, es momento de dejarse llevar por el corazón, y por qué no si esto se puede hacer también con vino. Ser enófilo y solidario al tiempo es posible gracias a vinos como El Microscopi 2014, un tinto elaborado por Irene Alemany, propietaria y enóloga de Sot Lefriec cuyos beneficios por la compra de botellas se destinan a comprar cámaras fotográficas para los microscopios del Instituto Oncológico del Hospital Universitario Vall d’Hebrón barcelonés. La iniciativa, de 2014 y reeditada este año, combina el placer de beber con el de realizar al tiempo una labor solidaria contra el cáncer, y todo ello por tan solo nueve euros.
Ser generosos
Sí, como lo son los vinos de Jerez, que, por cierto, también se pueden tomar en estas fechas y dejarse llevar por su magia. Por ejemplo, probando alguno de los finos Palmas de González Byass en su saca 2015, maravillosa expresión de la vida y agonía del velo de flor, uno de los secretos mejor guardados de Jerez. Atención al singular Dos Palmas y al enigmático Tres Palmas, vinos sorprendentes y arrebatadores, como, por otra parte, el resto de la colección. La Guita acaba de presentar también su primera edición en rama, una manzanilla fresca y ligera que no renuncia a un exquisito punto de complejidad. Desde Sobremesa animamos a explorar los muchos vinos nuevos, con y sin velo de flor, que están surgiendo en un Marco de Jerez que hasta no hace mucho parecía dormido en los laureles del éxito internacional pero que ahora, sí, se mueve, y con divertidos, exóticos y hasta irreverentes movimientos.
No todo es vino
Claro que no, porque la Navidad, y el comienzo de 2016, se presentan con excitantes momentos. Como el que ofrecerá, para los atrevidos que quieran (y puedan) pagar los cerca de 800 euros (con vinos) que cuesta por comensal, el chef americano Grant Achatz en su “sucursal” madrileña y efímera de Alinea, su restaurante de Chicago. Los foodies que pasen por Madrid en estas fechas pueden echar un vistazo al nuevo local de Kena, un espacio casi el triple de grande que su antiguo local donde encontrarse con la magnífica cocina de toque nikkei de Luis Arévalo.
También en Madrid, la navidad fuera de casa o sin cocinar puede resultar de lo más seductora, y no solo por el placer de ganar tiempo y esfuerzo sino por poder entregarse a otras delicias. Esta propuesta se materializa durante estas fechas en el Hotel Orfila (Relais&Château), que ha preparado unos menús navideños para Nochebuena y Nochevieja, con platos clásicos como las vieiras a la plancha con salsa de mantequilla blanca, patatas soufflé y espinacas o la paletilla de cordero lechal con salteado de crema de amanita cesarea. Los menús se han maridado con champagne Pommery, vino de Rueda José Pariente, tinto de Ribera del Duero Abadía de San Quirce y un dulce francés de la región de Sauternes, Violet Lamothe, además de uvas en Nochevieja y los típicos turrones y dulces navideños. Una propuesta que permite, además, alojarse en una de las coquetas habitaciones de este céntrico hotel y disfrutar de masajes personalizados a cargo de Caroli Health Club.
Para los que no se sientan muy sociales o prefieran pasar una nochebuena distinta, Ronda 14 (Alfonso VII, 20. Avilés. 985 56 94 09) propone un menú astur nikkei para solteros, solitarios y otros únicos del montón, que incluye, por ejemplo, un roll de atún rojo picante, croquetas de jamón y una terrina de foie con manzana y helado de Módena (pvp 32€).
Para los que no pueden venir a España en estas fechas pero lleven su sabor en la cabeza, Finca La Pontezuela propone “Un regalo que sabe a casa”, una promoción al que todo aquel que tenga familia fuera puede adherirse y la almazara regalará una botella de su AOVE 5 Elementos 100% Picual a 1.000 expatriados, que se pueden informar de cómo conseguir su dosis oleica a través de las redes sociales de la casa.
La velada no se puede acabar sin dulces como los que se pueden encontrar en Nunos Pastelería, quizá uno de los establecimientos reposteros más originales de España, o turrones como los que firma Albert Adrià para Vicens, en establecimientos gourmet, o roscones elaborados por Alejandro Montes, chef de Mamá Framboise, acompañados de café o las infusiones y tés de Kusmi Tea, un verdadero paraíso de tés aromatizados y combinados con plantas como el jazmín, el regaliz y hasta las frutas.
Inexorablemente, la Navidad llega, así que no está de más pasarla lo mejor que se pueda, y si es con alguna de estas propuestas, mejor. Felices fiestas.