Bodegones sublimes

Antonio De Benito, retrospectiva de una sensibilidad

Miércoles, 03 de Febrero de 2016

El fotógrafo malagueño ha dejado en Sobremesa todo un legado de más de tres décadas iluminando como pocos la gastronomía. A lo largo de este mes queremos compartir algunos de sus bodegones más extraordinarios. Redacción Sobremesa

El pasado mes de septiembre dábamos el último adiós a nuestro amigo y compañero Antonio de Benito. Con más de 30 años de trabajo ilustrando con la fuerza incomparable de sus imágenes las páginas de Sobremesa, su archivo fotográfico es sin duda una de los más bellos testimonios del inmenso cambio que ha experimentado la gastronomía a lo largo de los últimos tres decenios. En este portafolio hemos querido reunir algunos de sus bodegones, escogidos con cariño y respeto entre las miles de fotos que guardan celosamente nuestros archivos para compartirlas con ustedes. Éste es nuestro sincero homenaje.

 

Antonio fue soldador antes que fotógrafo, un oficio que inició a edad muy temprana y un pasado del que siempre se sintió muy orgulloso y que le permitió una destreza manual patente en sus montajes fotográficos. Contaba con poco más de 20 años cuando la fotografía le conquistó, realizando sus primeros trabajos en el mundo del cine, una línea que compaginó a lo largo de su vida con su segunda pasión, la gastronomía, a la que llegó de la mano de su amigo personal Rafael Chirbes, director durante muchos años de esta revista. El trabajo de Antonio en el universo culinario significó el despertar de toda una nueva forma de entender los bodegones, con esos macros potentes e impactantes y esa iluminación cuidada que dignificaba el plato hasta convertirlo en una joya. Su trabajo denota modernidad, dinamismo, perfección y meticulosidad, virtudes que son sin duda extrapolables a su personalidad. Sus amigos recuerdan la excepcional capacidad de apreciar un buen vino y un gran plato, a la vez que mantenía una profunda conversación o hacía una observación sobre lo adecuado de un atuendo. Deportista incansable, aventurero, republicano convencido, soñador, vividor y enamorado de su trabajo.

 

Sin duda, Antonio de Benito ha sido los ojos de Sobremesa, una referencia para el sector y un maestro para las siguientes generaciones de fotógrafos gastronómicos.

 

Galería de bodegones de Antonio de Benito

 

 

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