El jardín de la alegría
Cócteles de flores
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Demostrando que vino, mixología y horticultura no son términos incompatibles, hoy es posible brindar con un cóctel vegetal o un combinado festoneado por una nube de pétalos azucarados, mientras hacemos realidad aquel conocido eslogan que nos invitaba a decírselo con flores. Álvaro López del Moral
Siguiendo una tendencia que ya es moneda común en el ámbito gastronómico, la coctelería actual cada vez incorpora con mayor frecuencia a sus propuestas productos como los brotes de hibiscus salvaje o karkadé, una delicatessen que resulta ideal para vinos espumosos, champagnes y cavas.
De color rojo intenso, este tipo de cogollos se ha convertido en una referencia inexcusable para gente à la page, amantes de la sofisticación y curiosos en general, quienes acogen sin reservas el original toque de excentricidad chic aportado por su empleo a cualquier reunión social que se precie de ser considerada tal. La clave está en situar la flor en el fondo de la copa y permitir que el contacto con las burbujas le haga desplegar los pétalos, para conseguir sacar a relucir todo su potencial organoléptico. Esta circunstancia propicia la creación de combinados atractivos y mundanos, con matices sápidos muy diferentes de lo habitual. Una vez terminada la bebida, también puede degustarse la flor, ya que es 100% comestible; su textura carnosa recuerda a la de los litchies, pero con un sabor más cercano al de las frambuesas. En España, la empresa Present S.L. se encarga de su distribución, envasando los capullos en tarros con su propio jugo.
Otras posibilidades son las sugeridas por la casa FizzBartenders, un servicio de catering catalán especializado en mixología de vanguardia. Pioneros en técnicas de investigación y desarrollo (I+D), sus responsables no dudan en agregar a sus cócteles flores de saúco, ramilletes de lavanda y pétalos de rosas de Bulgaria, entre otras muchas opciones; todas ellas tienen como denominador común el haber sido cultivadas siguiendo los procedimientos de la agricultura hidropónica, que no es otra cosa que un método por el cual las plantas no reciben los nutrientes del suelo tradicional en las labores agrícolas, sino de soluciones minerales disueltas en agua. Aunque suelen destinarse a combinados tropicales, este tipo de flores también resultan muy apropiadas para acompañar bebidas más secas, del estilo de la ginebra. Gracias a ello en su catálogo figuran nombres como Caipiroska de pera y lavanda, Smash de hibisco y cereza, Rose Martini y Spring fizz, por citar solo algunos ejemplos.
