Lujo mallorquín

Castell Son Claret, el reducto de Fernando Pérez Arellano

Miércoles, 29 de Junio de 2016

Fernando “Zaranda” Pérez se fue de la capital y con él se fueron su socia, Itzíar Rodríguez, y su concepto gastronómico. El destino es ahora Mallorca, un hotel de lujo que está a la altura de la cocina cercana de este chef. Mayte Lapresta. Imágenes: Aurora Blanco

Su situación es perfecta. En plena ladera de sierra de la Tramontana, sumergido en ese interior agreste de la bella isla de Mallorca pero a tan solo media hora de la capital y de su ajetreado aeropuerto. El edificio, un castillo del siglo XIX respetuosamente restaurado, aloja un hotel de 36 habitaciones con todos los caprichos y se rodea de bellos jardines con multitud de plantas aromáticas, limoneros con su azahar, flores de mil colores y los aromas de la campiña mallorquina. Pero lo que hace de Castell Son Claret un lugar único y excepcional es su gastronomía, porque en sus fogones se cuece Zaranda. Depositando la confianza en una de las parejas culinarias más interesantes del panorama nacional –el chef Fernando Pérez Arellano y su socia Itziar Rodríguez, maestra de la sala– los propietarios de este hotel de lujo han apostado muy fuerte. Y sin duda, el acierto ha sido claro. En menos de tres años les ha sido concedida la segunda estrella Michelin. Un reconocimiento que pone en valor a este joven chef que ha dado un importante giro en su línea de cocina para acercarse sin miedo al producto local con una gamba roja inigualable, un salmonete de lujo traído desde la lonja de la localidad de Andratx, así como unos quesos cremosos y potentes. Materia de primera línea que no cierra las puertas de los mejores lujos del mundo como el pichón de Bresse, el caviar Oscietra o las ostras Guillardeau. Un auténtico paseo por los sabores de la isla y del mundo sabiamente aplicados por un Arellano más limpio, más puro, más intenso que nunca. Bienvenida delicia sensorial.


 

[Img #10665]Zaranda

 

La carta inicia el ritual con una frase tomada a Joan Miró: “Para ser universal hay que ser local”. Y ésta es la base de la cocina de Zaranda. Sabores reconocibles, juego de sensaciones, sentencias que te explican el porqué de cada concepto. A veces, el trampantojo se nos presenta excesivo como el collar de perlas Majorica para su ostra con remolacha y caviar; otros nos sorprenden por rotundos como ese alipebre de pulpo presentado en un ánfora. El bocado es elegante a la vez que potente. Muy mallorquín pero también muy internacional, como ese paseo denominado la Ruta de las Especias que te lleva de un falafel a un kibbeh pasando por la pastela marroquí o el pan de durum. Moderna, pero sin romper la barrera de la cocina tradicional con demasiada transgresión.

 


 

[Img #10664]Olivera

 

El dúo ha replicado en cierta manera su hacer en Madrid. Zaranda como gastronómico y Zorzal para cocina más casual. Este concepto es ahora Olivera. Un segundo restaurante donde, sin pretensiones, se va a comer bien y punto, una cocina tipo bistrot (producto kilómetro cero pero con consecuciones más básicas). “Es el restaurante al que Fernando querría ir con su familia”, nos desvela Itziar. Una sala informal y una terraza que asoma a un paseo con olivar. Entre los platos, burrata de vaca menorquina, lubina del mediterráneo con ragú de caracoles o un rib de buey Wagyu glaseado al carbón.

 


 

 

[Img #10657]Genio coctelero

 

Roberto Muscariola es uno de los pilares del placer que depara Castell son Claret. Con 15 años de experiencia haciendo combinados nocturnos, este italiano realiza dos líneas de coctelería en el hotel: local, inspirada en los aromas y productos de la isla, como su Cóctel de la Tramontana con la base en el licor de Palo; y la línea molecular, mano a mano con Fernando para sorprender con un daiquiri de aceite de oliva y limón elaborado con miel de la Tramontana y las frutas de la finca.

 


 

[Img #10660]Momento relajante

 

Hay hoteles de los que no deseas salir en todas las vacaciones. En Castell son Claret ocurre esto. Un paseo en bicicleta a disposición del cliente, una piscina rodeada de olivos, una suites independientes con jardín privado, y por supuesto, su spa. Bellesa de Claret dispone de una piscina indoor y diferentes cabinas para tratamientos con productos de la marca biológica Clef des Champs. Entre los masajes más deseados, su tratamiento dentro del hamman y los realizados en los jardines.

 


 

 

 

Fernando Pérez

 

Tras la sorpresa que produjo su irrupción en Madrid, su cocina hoy se ha liberado de excesos innecesarios y se muestra fresca, local y contemporánea. “Nos gustan las cosas hechas por nosotros mismos”. Desde el pan hasta el aceite.

 

 

[Img #10661]Itzíar Rodríguez

 

Socia y ex pareja de Fernando, jefa de sala, coach, organizadora de eventos... Zaranda es tan Itziar como Fernando (tanto monta…). “La mejor forma de mantener esta segunda estrella es ir a por la tercera”, afirma contundente.

 

 

Insulares

La Fiore ha concebido la colección de vajilla; la panadería de Serge Aymami (con harinas biológicas mallorquinas) ofrece la mejor ensaimada. Zaranda goza de su propio huerto: olivas, limones, plantas aromáticas… Todo es viable en sus 132 has.

 

 

 

 

 

 

 

 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.