Viaje de ensueño
Destino Puerto Vallarta, gastronomía y color en el Pacífico

El Pacífico hace honor a su nombre cuando entra en la hermosa Bahía de Banderas, con la Sierra Madre como fondo que contrasta el verde intenso con las doradas playas de ensueño. Allí, en pleno centro, se abre Puerto Vallarta. Teresa Álvarez. Imágenes: Arcadio Shelk
Alegres colores, dulces sonidos, amigables gentes y una gastronomía rica y auténtica conforman la oferta irrechazable del nuevo y revitalizado paraíso mejicano, Puerto Vallarta. Estamos en pleno Estado de Jalisco. Huele a tequila, por supuesto, pero la propuesta aromática es mucho más compleja, o al menos tanto como su variada cocina. Puerto Vallarta huele a mar, a bosque tropical, a tacos de un puesto callejero, a coco o a pescado a la brasa. Sus calles y playas son un verdadero paraíso gastronómico que te espera para abrir tu apetito de conocer, probar, saborear y experimentar. No hay días suficientes para descubrir la amplísima oferta que viaja desde el lujo de La Marina, zona residencial al norte de la ciudad, hasta los rincones más hipster de su zona romántica o los chiringuitos en plena arena desde donde contemplar una de las puestas de sol más impresionantes del mundo. Comer y cenar, picar o tomar un cóctel en cualquiera de los múltiples lugares que se agolpan uno tras otro junto a las inmensas playas o en sus callejuelas empedradas es un acierto siempre seguro.
Puerto Vallarta es, sin duda, uno de los destinos turísticos punteros de Méjico. Con cierto toque bohemio y desenfadado, sus calles respetan la peculiaridad de su origen, pueblo minero aislado del resto del país por la agreste geografía y abierto al océano como principal acceso, lo que convirtió a la ciudad en importante puerto marítimo. Su centro histórico, presidido por la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, se convierte en perfecto punto del que iniciar paseos tranquilos por su malecón de casi un kilómetro de longitud, hoy con la obra de artistas como Sergio Bustamante o Jim Demetro y Ramiz Barquet, que se extiende hasta la zona romántica, la más vibrante y friendly de la ciudad. A esta área empedrada llena de tiendas de diseño y restaurantes desenfadados se accede a través de puentes colgantes que atraviesan el río Cuale, pasando por una isla perfecta para realizar compras de artesanía o para contemplar a los niños nadando en la desembocadura. Muy cerca, el viejo Vallarta vuelve a sorprendernos con su Mercado Municipal donde la gastronomía complementa el momento de compras con toda la riqueza mejicana de sus aguachiles, sus moles o sus brochetas de camarón, una de las materias primas más utilizadas en esta zona.
Las bellezas de la ciudad se extienden mucho más allá de su centro, con playas imponentes llenas de coquetos restaurantes como Los Muertos, Playa Dorada, Mismaloya (donde se filmó La Noche de la Iguana en 1963), Boca de Tomatlán con su pintoresco pueblo de pescadores desde donde salen las barcas o pangas a otras zonas costeras, Colomitos o Las Ánimas. En el sur de la ciudad se ubica también su magnífico Jardín Botánico lleno de senderos mágicos que te sumergen en la exuberante vegetación local con una interminable biodiversidad.
Las tardes largas y el ritmo pausado de esta pequeña ciudad del Pacífico propicia las cenas de platillos locales que pueden adquirirse en cualquier puesto o local de la playa o el malecón, como las brochetas de pescado o camarón embarazado –juego de palabras con "en vara asado"– untado en lima y servido con salsa huichol, así como las variantes locales de sus tamales, con tomates verde o rojo y carne. Y empieza la noche, vibrante, llena de risas, baile y música. Un ambiente de tolerancia y seguridad que permite pasear y entrar en uno u otro local y vivir la experiencia de Puerto Vallarta en toda su intensidad.
Agenda
Comer bien
Paraguay 1292 Mesas sobre la playa y ambiente desenfadado para esta buena marisquería donde probar ceviches, tacos y aguachiles con camarones y pulpo. P.M.: 25€
Púlpito, 102. Playa Los Muertos Con 12 años de historia, hoy este bello lugar en plena playa prepara platos regionales como el zarandeado, los ceviches, los aguachiles con cerveza, las carnitas o el huachinango. P.M.: 30€.
Boulevard Francisco Medina Asencio km. 2,5 El chef autodidacta Nacho Cadena se reinventa en un local de estética cool que busca la sorpresa. Todo blanco inmaculado y una parte de copas (Nata) en la planta superior. A pesar de la estética moderna, Cadena ofrece “comida de fonda como inspiración con producto 100% mejicano”. Para descubrir el recetario tradicional ligeramente reinterpretado. Prueba su sopa de nada, sus ostiones o su pato horneado. Un acierto. P.M.: 40€.
Maia Restaurant Púlpito, 120 Cada mañana puedes ver a Hugo Ahumada, el chef, comprando en el mercado Emiliano Zapata. Su cocina, autodefinida como poética, se atreve a romper con las formas de elaborar tradicionales, pero reivindicando el uso de productos locales de primera línea.. P.M.: 30€.
Púlpito, 377 Con las ciudad a sus pies, este restaurante de elegante ambiente ofrece una cocina mejicana refinada, pero de potentes sabores. Su filete de res en hoja blanca o su enchilada de pato son francamente buenos. Espectacular puesta de sol. Solo abierto para cenas. P.M.: 50€.
Tomar algo
Ir de musquerías es algo habitual y son muchos los bares que abren durante todo el día para ofrecer micheladas o cielo rojo (cerveza y clamato), margaritas y algo para picar en cualquier momento.
Basilio Badillo 168 Antojitos, enchiladas, quesadillas o burritos y buenas carnes son las bases de este pequeño restaurante en el barrio romántico.
Rodolfo Gómez 122 A la carta de afeitados de su actividad principal como barbería, este divertido local ofrece copas y algo para picar. Muy informal y distinto.
El Cunado Sin duda, el mejor puesto callejero de tacos de la ciudad. Con un horario un tanto anárquico, está situado en la calle Olas Altas.
Dormir
Carretera a Barra de Navidad km 7,5. Al sur de la ciudad, muy cerca del parque nacional de Los Arcos, se encuentra este cinco estrellas lujo de cuidado diseño. Habitaciones de gran tamaño, hamacas y jacuzzis privados y una gastronomía de primer nivel en BocaDos, una espectacular terraza donde la carne toma el protagonismo, así como la que ofrece Mario Castro en el restaurante Blanca Blue.
Hidalgo 166 Huyendo de los grandes hoteles, este coqueto alojamiento de 21 habitaciones es una opción diferente en pleno centro.
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