Director General del Observatorio Español del Mercado del Vino

Rafael del Rey

Miércoles, 01 de Enero de 2014

"La realidad de los mercados es más dura de lo que nos pensamos, de esos crianzas y reservas que solo ocupan una parte pequeña del mercado”. Juan Manuel Ruiz Casado y Saúl Cepeda

“Se puede ser consumidor de vino sin saber cómo funciona el sector”. Rafael del Rey sabe bien de lo que habla. Él mismo fue durante muchos años un gran aficionado al vino que compraba y consumía botellas con cierta asiduidad y cuyos conocimientos apenas pasaban de saber que había algo que se llamaba Rioja. Por eso cree firmemente que hay que “respetar al consumidor, respetar incluso su ignorancia”.

 

Desde el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), un organismo dedicado a la elaboración de informes y estadísticas que se han convertido en el espejo más fiel del panorama vinícola, Del Rey ha logrado concienciar a bodegas y empresas de la importancia de conocer exhaustivamente por dónde respira el mercado.

 

Esta perspectiva realista lleva al director de esta plataforma que hoy se gestiona privadamente (ya no cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura) a decir que “el glamour del vino puede estar muy bien, pero la realidad económica del sector es otra. Esto siempre se ha sospechado, pero ahora lo sabemos gracias a estudios y análisis serios del mercado”. De ahí que para Del Rey sea fundamental referirse a mostos, destilaciones, hectolitros, depósitos y graneles, ese complejo e inmenso mundo donde se juega la verdad de lo que resulta de procesar la uva para conseguir vino, al margen de los puntos Parker y de los brillos mediáticos.

 

Entre otros poderes, el OEMV ostenta el de colaborar con la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), a quien suministra informes reveladores de la situación del mercado. Comunidades autónomas, bancos, regiones vinícolas consagradas o en busca de gloria y empresas de corchos y de elaboración de vidrio también figuran entre sus clientes. El Observatorio se ha convertido en un examinador de los errores y aciertos del vino, en un oráculo del porvenir de Baco.

 

A sus tareas estadísticas, Del Rey añade una labor docente que desempeña en el Instituto de Empresa y en el Máster de Enología. Allí por donde va, no deja de ofrecer datos que le han sorprendido: como que en 2004 las exportaciones de los vinos españoles superaron el consumo interno. “Ahora las exportaciones son más del doble de lo que se bebe aquí”, explica. “Además”, insiste Del Rey, “no hay que olvidar que en el mundo lo que se llaman vinos premium constituyen solo un 25 por ciento del consumo. La realidad de los mercados es más dura de lo que nos pensamos, de esos crianzas y reservas que solo ocupan una parte pequeña del mercado”. Lo suyo es andar erre que erre. Sus informes son esperados por el sector como los barcos esperan la llegada de los vientos.

 

Visión internacional
Nadie duda de que son los mercados exteriores los que, aunque a duras penas, mantienen vivo el grueso de las bodegas españolas. Ninguna de ellas oculta hoy que sin escenarios de venta como Alemania, los países nórdicos, Estados Unidos, Gran Bretaña y algunas regiones asiáticas, los ingresos hubieran descendido hasta índices de consumo todavía más preocupantes. Sin duda que este cambio de orientación ha servido para impulsar el Observatorio de Rafael del Rey como la brújula fundamental del panorama vinícola.

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