De escapada
Ronda, hay mil razones para no querer pasar de largo

Un viaje de placer para los sentidos es llegar hasta esta ciudad de la sierra malagueña, llena de estímulos para el amante de la buena vida, desde sorprendentes vinos tintos a gastronomía tradicional, pasando por su bello paisaje. Marián Campra García de Viguera. Imágenes: Archivo
Visitar Ronda en plena serranía malagueña es siempre una experiencia y hasta el viaje por carreteras montañosas, donde no faltarán unas buenas panorámicas, nos deslumbrará rumbo a una ciudad cargada de historias milenarias. Ronda es un lugar singular para comer y beber, donde se fusiona la gastronomía serrana con las nuevas tendencias. Existe una ruta de la tapa, en coquetas plazas y plazoletas, donde no faltan restaurantes míticos como Azahar en el Hotel Reina Victoria –en él estuvo hospedado una larga temporada el poeta Rilke, enamorado de la ciudad– o restaurantes clásicos, con sabor taurino a Ordóñez y Hemingway. No se puede olvidar su pastelería, con confiterías centenarias. Su impresionante Tajo nos espera y su célebre Plaza de Toros, de las más antiguas de España, aguarda llena de buenas faenas, que también incide en numerosos platos de la gastronomía rondeña, cargada de buenos embutidos, quesos y una gran variedad de carnes. Todo regado con vinos de las numerosas bodegas enclavadas en bellísimas fincas y rodeadas de parques naturales. La D.O. Sierras de Málaga cuenta con abundantes y excelentes vinos de la veintena de bodegas de la Serranía de Ronda.
¿Dónde quedarse? Hotel Catalonia Reina Victoria, en pleno centro
Uno de los mejores lugares y con más encanto para descansar y comer en Ronda es el Hotel Catalonia Reina Victoria, en pleno centro, a tan solo unos minutos del Tajo y la Plaza de Toros. Construido en 1906, de estilo victoriano, y renovado en el 2012, se ubica en un pinar y está rodeado de 3.000 m2 de jardín. Se asoma al cortado, con amplias y variadas habitaciones y excelentes panorámicas.
Yemas centenarias en Confitería La Campana
La Confitería La Campana se fundó en el año 1849 y tras varios cambios de propietarios, el negocio lo regenta ahora en la céntrica Plaza del Socorro Juan Martínez, quien sorprende con sus pasteles y tartas. Uno de sus dueños anteriores, el confitero Alejandro Escolar, creó en1920 las Yemas del Tajo, que aún se siguen elaborando y que se patentaron en 1934. La receta: yemas de huevo, azúcar, agua y brandy.
Para perderse
Restaurante Azahar
Las flores de los naranjos y limoneros rodean al restaurante al que dan nombre. Cocina andaluza y mediterránea, con una carta de productos de temporada donde no hay que perderse el Canelón de rabo de toro con membrillo y crema de payoyo.
De vinos y monjes
La Bodega Descalzos Viejos, ubicada en un convento trinitario del siglo XVI y asomada a la cornisa del Tajo, está rodeada de historia entre viñedos. Son un total de tres fincas con 16 hectáreas. Degustar uno de sus variados vinos divisando Ronda, un placer sublime.
|