Periodista y bloguero gastronómico

Mikel L. Iturriaga

Miércoles, 01 de Enero de 2014

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“Puedo no tener los mismos conocimientos de quienes llevan muchos años en la gastronomía, pero sí puedo llevar a cabo un periodismo de cocina y alimentación muy básico, cotidiano, en el que me siento cómodo". Juan Manuel Ruiz Casado y Saúl Cepeda

“Tanto mi madre, vasca y buena cocinera, como mi padre, riojano y buen comensal, le daban mucha importancia a la comida y nos lo transmitieron a mis hermanos y a mí, de forma que consiguieron involucrarnos en campos tan difíciles para los niños como las verduras”, dice López Iturriaga acerca de sus primeros recuerdos sobre la cocina.

 

Hasta la universidad no se interesaría, sin embargo, por la técnica culinaria, que, desde entonces, comenzó a desarrollar, primero con fines meramente alimentarios y, después, con mentalidad epicúrea. “Siempre me gustaron mucho los artículos especializados de gastronomía en las revistas y recortaba muchas recetas, como, por ejemplo, las de María Jesús Gil de Antuñano, que son muy transitables, aunque nunca quedaban como en la foto, que creo que es una de las grandes frustraciones de los lectores de este tipo de contenidos”.

 

La visión de El Comidista, algo exógena –a su manera– a la familia del periodismo gastronómico, sobre los últimos años de la culinaria española es variada: “He tenido mucha colaboración por parte de todo el mundo, pero también he descubierto situaciones de extrañas rencillas y envidias en el sector; cosas que, por otro lado, ya había visto en ámbitos como la música, tales son los elitismos y las suficiencias de quienes desdeñan lo popular; porque parece que es que tienes que escribir siempre de cosas finísimas y a mí, personalmente, me parece que este mundo es mucho más amplio de lo que algunos nos quieren hacer creer… Ahora bien, aunque la burbuja de los últimos años ha pinchado, tenemos hoy una cocina en España que está a la vanguardia de todo, y eso es bueno”. 

 

Como divulgador de masas, ve con mucha claridad su enfoque para dirigirse a un gran público con solvencia: “Puedo no tener los mismos conocimientos de quienes llevan muchos años en la gastronomía (y nunca pretendo ir de entendido), pero sí puedo llevar a cabo un periodismo de cocina y alimentación muy básico, cotidiano, en el que me siento cómodo, con un tono amable y distendido, en una plataforma como la de El País, que es muy potente”.

 

Preguntado por el constante debate entre Internet y los medios tradicionales, entiende que “en España tenemos tantas ganas de decir que algo ha muerto y que otra cosa es lo más, para, a los dos días, decir que eso también ha muerto, que, desde mi punto de vista, no creo que lo online y lo offline tengan que ser cosas contrapuestas.

 

La cosa no va del papel contra Internet o de los periodistas contra los blogueros. Son polémicas que me aburren. Todos los medios han de evolucionar en función de su entorno y la aparición de Internet para la gastronomía es algo muy bueno, aun con sus peligros”.

 

Un blog pop
El blog de El Comidista ha conseguido un gran éxito de público con una equilibrada combinación de datos fiables, frescura, sencillez y nostalgia pop que conecta con un amplio rango generacional. Ajeno a las veleidades de la crítica gastronómica tradicional, en su espacio web encontramos recetas, información alimentaria y cuestiones gastronómicas que suelen tomar como punto de partida una evocadora anécdota.

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