Tintos y rosados
La variedad bobal, el ancla de los vinos de Utiel- Requena
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El pasado lunes varias bodegas de la Denominación de Origen Utiel- Requena celebraron en Madrid su IV Salón de vinos, donde cada una de ellas contaba con un vino destacado elaborado a base de bobal y llamado “Bobal singular”. Raquel Pardo
Con un 75% de la superficie de viñedo que acoge la Denominación, la bobal es la bandera de los vinos de Utiel- Requena, que ha hecho de ella su uva identitaria y para el que supone una de las anclas más sólidas de su diferenciación en los mercados. La región forma parte del llamado Territorio Bobal, un concepto impulsado por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y apoyado por el propio Consejo Regulador que aspira a ser Paisaje Cultural de la Vid y el Vino de la UNESCO, si bien, entre la gama de vinos tintos de las bodegas embotelladoras es habitual la apuesta por castas como la cabernet sauvignon, la merlot, la pinot noir o petit verdot.
Para resaltar la creciente apuesta por la bobal, 14 bodegas de Utiel -Requena llevaron el pasado lunes sus vinos a Madrid y, cada una de ellas, escogió un tinto de bobal que destacó en su mesa como Bobal Singular. Además, se abrieron blancos, rosados y tintos de coupages o monovarietales de las uvas autorizadas por el Consejo Regulador.
Entre los destacados del salón, uno de los primeros vinos de 2016 en primicia, el rosado Bobal deSanJuan, de Viticultores de San Juan Bautista Valsangiacomo 1831. Esta bodega familiar elabora únicamente vinos de bobal en depósitos de cemento, que proveen viticultores de la aldea de San Juan de Requena. Este rosado es increíblemente seductor, con una nariz joven, llena de matices florales (de flores azules, violetas) y de frutas del bosque. Además, a un precio irresistible, unos 2,95 euros. La bodega elabora también tintos, Clos de San Juan, cuya añada de 2012 es ahora un vino expresivo, honesto con la variedad y muy frutal, aunque tiene unas ligeras notas de madera que predominan; y su Bobal Singular, llamado Bobal deSanJuan Tinto 2015, para la bodega, el vino más significativo porque es “una bobal desnuda, sin artificios”, sin madera (tan solo un 5% para lograr un producto más redondo), con mucha frescura y una golosidad medida, un vino atractivo y sencillo, disfrutón.
Dominio de La Vega presentó, entre otros, su Paraje Tornel 2013 y Finca La Beata 2013, el primero 100% bobal, balsámico, con aromas de flores silvestres y una boca pulida y redonda y el segundo procedente de bobales de viñedos centenarios, serio, algo dominado por la barrica pero con buena materia prima. Murviedro Cepas Viejas Bobal fue el Singular de Murviedro, con buen paso, fluidez y taninos vivos. Nodus, bodega con 200 hectáreas en propiedad donde se alternan la bobal con las cepas de cabernet sauvignon, chardonnay o merlot, presentó la añada 2014 de su Nodus Bobal, con cinco meses de barrica, balsámico, con cierta frescura. También estuvo presente Cerrogallina, una bodega que elabora un único vino con su mismo nombre, redondo, con una nariz ultramadura (en su añada 2013), especiado, con notas dulzonas de canela y una boca redonda, untuosa, un vino con una fruta esplendorosa y muy placentero. Entre las curiosidades, el ya consolidado espumoso de Pago de Tharsys, a base de bobal, un vino intenso, muy frutal, goloso en la boca, gastronómico. Una de las bodegas más destacadas de la región, Hispano Suizas, mostró sus dos bobales, Bobos 2014 y Bobos Finca Casa La Borracha 2013, además de su coupages con variedades extranjeras y sus vinos de sauvignon blanc (Impromptu) y pinot noir (Bassus).