Aperitivo perfecto
Vermut, ese vino con especias que llega para quedarse

El vermut, que lleva con nosotros desde tiempo inmemorial, perdió su sitio entre los aperitivos en aras de la cerveza. No hace mucho que ha vuelto a las barras para quedarse. Seleccionamos tres propuestas vermuteras irrenunciables. Sobremesa Para...
Antes que de cañas o de vinos, se salía de vermut, una tendencia que vampirizó la parte por el todo: tomar el aperitivo era trasegar –carbonatado con sifón o carente de él– un “licor compuesto de vino, ajenjo y otras sustancias amargas y tónicas, que se toma como aperitivo”, si atendemos a la concreta definición del diccionario, aunque François Monti, escritor y gourmand belga afincado en Madrid, va mucho más allá para definirlo en El Gran Libro del Vermut como “una bebida tónica y aperitiva preparada con vino blanco, ajenjo y/o ajenjo menor, hierbas, especias, flores, raíces, cortezas variadas, azúcar y un poco de alcohol destilado”. Tras muchas idas y venidas, encuentros y desencuentros tanto en la barra del bar como en la coctelera, el vermut ha regresado para quedarse, y no pocas bodegas de prestigio destinan fondos y conocimientos a su elaboración y no pocos mixólogos se afanan en brebajes cuya composición primordial transpire sabor auténtico y, por qué no, cierta nostalgia actualizada. Dicen sus horda de acólitos que hasta en “Juego de Tronos” ya se embriagaban con un elixir que no era más que rudimentario vermut.
Ya cuenta con su propio festival en Madrid: Las “12 horas del Vermut”, que simultanea cultura, cocina, catas, diálogo, música y magia. Un speedtasting delicioso.
Hoy se ofertan unos vermuts artesanos de altísima calidad, elaborados con una amplia variedad botánica y distintos tipos de envejecimiento.
La mejor manera de tomarlo es solo, con hielo y con un trozo de piel de naranja (los vermuts rojos), o una de limón (para los blancos).
Dos Déus, la quintaesencia del vermut
Cellers Bellmunt del Priorat presentó en 2013 Dos Déus, un vermut envejecido en barricas de Jerez entre 3 y 5 años, con destacadas notas amargas, poco azúcar, un delicado bouquet y un característico color rojo ámbar. Perfecto para ser disfrutado en los tradicionales aperitivos pero también para ser protagonista de cócteles y combinados.
Zarro, el vermut de Madrid
Historia viva que desde 1968 conquista en la barra y en la mesa a paladares “gatos” y foráneos. Este vermut se hace sitio en todos los bares de Madrid, desde los más modernos a las tascas de toda la vida. Porque el buen beber y el buen vivir, trasciende las generaciones e incluso las etiquetas y seduce por su sabor inigualable a los paladares más exigentes. Triunfa gracias a sus variedades, perfectas para todos los gustos y los distintos momentos del día: Vermut Zarro Blanco, Vermut Zarro Rojo, Zarro Reserva, Zarro Único (el gran reserva de edición limitada) y el multipremiado Zarro Ecológico (el primer vemut ecológico del mundo).
Lustau, tradición del mejor vermut de Jerez
El resultado es un vermut singular y extraordinario, de color caoba con tonos rojizos. En nariz muestra aromas dulces de fruta madura que se entrelazan con notas cítricas y herbáceas, sobre un fondo de madera ahumada. En boca es aterciopelado, sabroso y equilibrado y final amargo, con notas almendradas y de frutos secos. Elegante, sorprendente e inimitable, así es la personalidad de este vermut de Jerez. |