Robots cocineros

Tecnología en la cocina, los secretos del laboratorio gastro

Lunes, 28 de Noviembre de 2016

La gastronomía ha sido inevitablemente conquistada por la tecnología, que se ha metido en la cocina ayudando a los cocineros a experimentar con sabores, texturas, tamaños… Gracias a ella la vida entre fogones se hace más fácil. Álvaro López del Moral. Imágenes: Archivo

Tortilla de patatas líquida, cereales con sabor a paella, alimentos reducidos a un tamaño infinitesimal… Podría pensarse que en la consecución de estos nuevos sabores y texturas se han implicado la NASA o el CSI, pero no. Se trata de una pequeña muestra que evidencia cómo, en estos últimos años, técnicas y aparatos propios del laboratorio se han incorporado al ámbito de lo doméstico, permitiendo sumar a la práctica culinaria términos tales como disolución, filtración, gelificación o cocina al vacío. La robótica tampoco se ha sustraído a esta tendencia creciente, con ejemplos –de momento industriales–  de la talla del androide Pr2, desarrollado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts y distribuido por la casa Willow Garage, que es capaz de identificar los ingredientes por su forma, color o textura y cocinarlos en el horno o la parrilla gracias a su sensor láser. Otro tanto de los mismo ocurre con Motoman SDA 10, prototipo de Yaskawa Electric Corporation, un sirviente automatizado que responde a la voz y está dotado con 15 articulaciones de gran precisión, y que permite evitar al cocinero los aspectos más engorrosos del arte de los fogones.

 


 

[Img #11474]Brotes sin esperas

 

Ni tierra ni luces especiales; con el germinador automático Freshlife 3000 es posible cultivar diferentes plantas en la cocina y durante todo el año.  Solo es preciso llenarlo con agua, echarle las semillas y enchufarlo: él mismo se encarga de detectar las condiciones ambientales y regar los brotes de modo automático. Resulta idóneo para especies como el girasol, la col china, o la alfalfa dorada. Puede adquirirse en Amazon al precio de 177 euros.

 

 

 

 


 

[Img #11475]Vacío culinario

 

Distribuido por la casa catalana International Cooking Concepts, el Gastrovac permite cocinar al vacío creando una atmósfera artificial de baja presión y ausencia de oxígeno, con lo cual se reducen las temperaturas de cocción y fritura, mientras mantiene intactos la textura, el color y todos los nutrientes. Además, consigue el denominado “efecto esponja”, al absorber el alimento el líquido que tiene alrededor.

 

 

 

 


 

[Img #11476]Sin dudas

 

Se acabaron las dudas sobre el posible mal estado de conservación de la comida; los termómetros sin contacto Foodpro y FoodPro Plus, de la firma Fluke, incorporan dos herramientas de inspección de temperatura para detectar posibles problemas de seguridad alimentaria. Cuentan con luces de verificación de HACCP, sonda, temporizador de cuenta atrás y pantalla con retroalimentación. A partir de 119 euros.

 

 

 

 


 

Perlas de placer

 

La técnica de conversión en geles y esferas, para la cual suele emplearse alginato de sodio y una solución de una sal de calcio, proporciona resultados sorprendentes. Imperial Sphericator permite transformar cualquier tipo de alimento en perlas de tamaño similar al del caviar; su creador, el canadiense Naor Cohen lo utiliza para hacer perlas de cebolla y vinagre que luego mete en ostras, al igual que bolitas de tomate con las cuales decora discos de mozzarella, o esferas de menta para coctelería.

 

 

 


 

 

[Img #11477]Cerrando bocas

 

Con un diseño de lo más moderno, la envasadora al vacío Vackpack garantiza una soldadura balanceada y homogénea en cualquier tipo de bolsa ya sea de nylon, polietileno o cryovac, gracias a su sistema neumático. Con ella es posible trabajar productos líquidos o semilíquidos (sopas, salsas, jugos), prolongando su duración y mantenimiento sin alterar ni sabores ni higiene.

 

 

 

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