Directora de la División de Alimentos y Gastronomía del ICEX
Inés Menéndez de Luarca
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"Ahora nuestro foco es ayudar a las compañías a entrar en mercados cuyas importaciones alimentarias están creciendo.” Juan Manuel Ruiz Casado y Saúl Cepeda
“Es obvio que a partir del desarrollo económico del país y del establecimiento del Estado democrático y de bienestar se ha empezado a desarrollar una cultura gastronómica importante y ha sido entonces cuando la cuestión, además, comenzó a cobrar relevancia fuera de nuestras fronteras”, dice la directora de la división alimentaria del ICEX en relación con los hechos fundamentales en el cambio que ha vivido la culinaria española. “Quizás en los años 80 aún no podemos hablar de una imagen consolidada de la cocina española en el extranjero, pero sí es posible referirse a medios especializados que tienen esa voluntad divulgativa como Sobremesa o Spain Gourmetour, así como de un grupo de chefs de la nueva cocina vasca con mucho empuje, para ya en los noventa encontrarnos a la vanguardia gastronómica mundial con figuras como Ferran Adrià, de quien se hacen eco numerosos medios internacionales de gran prestigio”.
A partir de los datos objetivos que reflejan un incremento notable en las exportaciones de alimentos y bebidas en una balanza comercial positiva (durante dieciséis años) para el país, superando en muchos casos a sus competidores más cercanos, Inés Menéndez de Luarca encuentra la razón “en el gran éxito de la cocina española en el exterior, que nos conduce no solo a más exportaciones, sino a la internacionalización de empresas domésticas del sector alimentario”. En su opinión “las cosas marchan muy bien en el extranjero con nuestra cocina y en lo relativo a la promoción de producto. Estamos abriendo establecimientos de mucho prestigio. Lógicamente eso beneficia a la imagen sector-país y a las empresas. Ahora nuestro foco es ayudar a las compañías a entrar en mercados cuyas importaciones alimentarias están creciendo”.
Entre los aspectos negativos de los últimos años –que considera poco relevantes frente a los éxitos– solo contempla un exceso de “globalización de la cocina que nos obliga a tener que vigilar que no se pierdan aspectos de la culinaria regional y a reivindicar ciertas tradiciones gastronómicas que se hallan en peligro. Por otro lado, en el ámbito del producto –y esto es un problema europeo– se ha tendido a una distribución concentrada en exceso”.
En referencia a los medios especializados –partiendo de la desaparición de una publicación como Spain Gourmetour por motivos presupuestarios y la reinvención online de estos contenidos por parte del ICEX– entiende que “realizan una labor muy importante y gracias a su existencia los medios generalistas han dedicado más espacio a la gastronomía”.