Historia viva
Una escapada a Londonderry- Derry, Irlanda del Norte

En la que fue ciudad de denominación polémica y memoria dominical trágica (Domingo, sangriento domingo, cantaba U2), encontramos hoy una agradable localidad-boutique que agasaja a cualquier visitante con entusiasmo. Saúl Cepeda. Imágenes: Arcadio Shelk
Viajamos a la segunda ciudad más grande de Irlanda del Norte. Doire, Derry u, oficialmente, Londonderry; una discusión nominal recurrente que ha ocupado el tiempo de plenos municipales, jueces o realeza, mudando cada una de sus variantes en un shibboleth que aún identifica grupos e ideologías; habiéndose convertido la disputa pasada, paz mediante, en una peculiaridad presente. Punto capital de la Guerra Guillermita de Irlanda con el asedio más importante del conflicto –cuyas consecuencias se han prolongado hasta nuestros días–, se trata de la única ciudad amurallada de la isla que conserva la plena integridad de sus defensas, un prodigioso proyecto del siglo XVII en cuya construcción invirtió una pasmosa suma la Honourable The Irish Society.
Historia de Londonderry
En 1972, año de ingreso de Reino Unido e Irlanda en la CEE y dentro del ciclo histórico conocido como “The Troubles” (Los Problemas), la ciudad se convirtió en centro de atención mundial cuando miembros del Primer Batallón de Paracaidistas dispararon contra manifestantes desarmados que protestaban contra una ley de encarcelamiento sin juicio, acabando con la vida de 13 personas. El acontecimiento, que inspiraría la canción Sunday, bloody Sunday de la banda U2, supuso un recrudecimiento del conflicto en Irlanda del Norte y creó una profunda herida en la ciudad. Tras varias investigaciones, en 2010, el entonces Primer Ministro británico David Cameron finalmente pidió perdón en el Parlamento por lo ocurrido, en nombre del Gobierno y del país.
Desde el mirador de las murallas –antes zona militarizada– pueden verse a vista de pájaro los apenas 200 metros cuadrados en los que tuvo lugar el trágico suceso, pero también potentes murales que interpretan, repletos de simbolismos, el pasado y el presente del país.
Los habitantes de la ciudad tienen muy presente su historia –a veces con agudo humor negro– y se sienten orgullosos de cómo han logrado sobreponerse a la adversidad, convirtiendo su localidad en el emblema de convivencia y hospitalidad que es hoy. La paz y la concordia han derribado los muros entre barrios y mentalidades, convirtiendo la ciudad en un apacible entorno pleno de encanto contemporáneo. En 2013, fue elegida Capital de la Cultura en Reino Unido, un hito que impulsó la aparición de negocios eclécticos y atractivos, aprovechando todas las posibilidades de campo y asfalto. La atención a las tendencias es elevada entre los habitantes y, aunque con un pie siempre en la historia, la orientación al visitante es clara. Desde el Diamante, una plaza central concebida como una suerte de brújula urbanística y en la que se emplazan –cerrados, a la espera de un proyecto de reapertura– los grandes almacenes independientes más antiguos del mundo, podemos dirigir nuestros pasos en cualquier dirección sin pérdida. La población urbana apenas alcanza los 100.000 habitantes y la ruta a pie o ciclista es más que aconsejable. El único puente exclusivamente pedestre es el de la Paz, construido en 2011, una interesante obra de ingeniería civil que brinda un fotogénico perfil de la ciudad desde su extremo este, en el que se aprecia el contorno característico del edificio decimonónico The Guildhall, casa de representantes públicos de los consejos de distrito de Derry y Strabane, que puede ser visitado. En el Museo de la Torre, punto de confluencia de la nutrida historia local, encontramos una peculiar conexión española con algunos artefactos recuperados de la catástrofe de la Armada Invencible. Por ejemplo, los transportados por el mercante La Trinidad Valencera.
|
Agenda
Dónde comer
Antes de inaugurar este establecimiento, James Huey trabajaba en el gigante cervecero Guinness. Ahora, elabora sus propias cervezas artesanas en su local y las bautiza con palabras representativas de la cultura local. En cocina, una correcta oferta de tapeo globalizado, respaldada con platos de más enjundia.
Kevin Pyke y su equipo han acondicionado un contenedor de transporte para ofrecer cocina callejera inmediata, original y sabrosa. Denominaciones ingeniosas para sus tacos de fish’n’chips, rolls de cerdo y hamburguesas de wagyu. Comida rápida de calidad en la orilla oeste del río Foyle, junto a la universidad.
Dinner Browns Restaurant & Champagne Lounge
Es el restaurante más reconocido por la Guía Michelin en Derry. Bajo la dirección ejecutiva del galardonado chef Ian Orr, propone una cocina barroca y sabrosa de mar y montaña, elaborada con ingredientes de proximidad. Forma parte del grupo que le da nombre y que cuenta con otros tres establecimientos, entre ellos una versión más fresca y barata, Browns in Town, en el centro de la ciudad.
A pesar de la proximidad del estuario del río Foyle, sorprende que no existan otros restaurantes de cocina marinera en la ciudad aparte de éste. El jefe de cocina Stephen Forbes plantea elaboraciones ortodoxas de guisos, fritos y cazuelas de pescado y mariscos, pero también divertidas ejecuciones con guiños de fusión oriental.
Dónde dormir
Agradable hotel en una de las calles más interesantes. Personal atento y servicial. Próximo a los Tribunales de Justicia, es el alojamiento preferido de los abogados. A mayor abundamiento, su pub se llama The Wig (la peluca) y su restaurante The Gown (la toga).
|


![[Img #11609]](upload/img/periodico/img_11609.jpg)
Pyke’n’Pommes
Cerveza… y algo más
Como es natural…








