Champagne Ayala
Caroline Latrive, el toque femenino de la dama de Aÿ
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Con Floriane Eznack de Jacquart y Sandrine Logette-Jardin de Duval-Leroy, es una de las tres mujeres responsables elaboración en una casa histórica de Champagne. Es chef de cave de Ayala desde 2011, cuando reemplazó a Nicolas Klym. Saúl Cepeda. Imágenes: Archivo
La maestra de bodega de la casa de champagne Ayala (Reims, 1975) es tan apasionada de su trabajo como pragmática en él. “Aquí tenemos la psicología de una maison. Hay cuatro paredes y un techo: todo sucede en su interior”, dice. La empresa produce anualmente unas 750.000 botellas y tiene como características más representativas la predominancia de la variedad chardonnay y un bajo dosage (escasa adición de azúcar por litro) en sus elaboraciones. “Para asegurarme de que el estilo fresco, delicado y elegante de la casa se mantiene, me centro en la calidad en lugar de en la cantidad. Apenas somos ocho personas en el equipo y toma mucho tiempo elaborar nuestros vinos, de forma que tenemos que estar siempre muy cerca de ellos”, asegura.
Se vanagloria de no “maquillar” nunca los champanes de la casa, sino de hallar las expresiones puras de las variedades. Es una entusiasta de la uva chardonnay que considera “tímida, al principio, con matices muy leves de fruta blanca, flores y cierta mineralidad; pero que con el envejecimiento alcanza visos complejos de pastelería y compotas, pero sin perder frescura y elegancia”.
Entre los productos de la marca Ayala están el Brut Majeur, pinot noir, pinot meunier y chardonnay, sin añada; el Rosé Majeur, champagne rosado similar al anterior; el Brut Nature, envejecido durante cuatro años y sin dosage (complementado con champagne y no con licor de expedición); el Blanc de Blancs, 100% chardonnay de los mejores crus de la región y vintage; y la Perle d’Ayala, con uvas de grand cru y envejecido al menos ocho años.
Origen vasco
El nombre español de la casa, bastante atípico en Champagne (de hecho, buena parte de las grandes maisons cuentan apelativos de origen alemán), deriva del fundador de la bodega, Edmond de Ayala, bisnieto de Antonio de Ayala y Vergara, un aristócrata español, originario del valle vasco de Aiala de Quejana, que ocupó distintas dignidades políticas y diplomáticas durante el reinado de Fernando VI.
Paridad
Latrive está orgullosa de su región vitivinícola y de la integración de la mujer en ella. “Hemos estado muy presentes siempre en el champagne, primero como trabajadoras de las vides, y luego en las bodegas. Creo que hoy somos muchas enólogas en la zona, quizás con un equilibrio del 50% respecto de los hombres. Ellos siguen teniendo más responsabilidades en la producción, pero la mujer está ganando terreno”, señala.
Grand Cru
Solo se puede denominar champagne a los espumosos elaborados con uvas de los viñedos plantados en los 319 pueblos de la región vinícola que da nombre al producto. El Grand Cru es la máxima calificación en la escala de pagos (un sistema auspiciado por Napoleón III) de la denominación, que solo comprende a 17 pueblos, entre los que se cuenta Äy, y unas 3.000 hectáreas de terreno cultivado de las 34.000 existentes.
Primas Hermanas
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