Espumosos de alta gama
Cavas de Paraje Calificado, una excelencia efervescente
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La nueva categoría que entró en rodaje hace poco menos de un año quiere distinguir los cavas de alta gama ligados al territorio mediante una serie de requisitos que, no por rigurosos, aseguran el éxito comercial. Luisa Denis. Imágenes: Archivo
A las puertas de la Exposición Universal de París de 1855 y con buen ojo comercial –que al fin y al cabo el marketing lleva mucho tiempo inventado–, el emperador francés Napoleón III solicitó al Sindicato de Negociantes de Vino un sistema protocolizado que segmentara los mejores vinos de Burdeos. A la postre, esta metodología acabaría convirtiéndose en un sello de referencia global de la viticultura gala, imitado hasta la saciedad. El cava, que históricamente ha tenido problemas de toda índole –desde lo organoléptico a lo sociopolítico– para mostrar sus virtudes tanto fuera como dentro de España, explora en el mercado, desde hace no mucho, la vía de una marca de excelencia, el Cava de Paratge Qualificat. La apelación, amparada por el Ministerio de Agricultura, solo implicó originalmente, en 2017, a 12 parajes –elegidos rigurosamente por un grupo de expertos– de nueve bodegas, si bien el proyecto ya integra nuevas casas. En un planeta invadido por categorías premium, muchas de ellas afirmadas a través de sospechosos criterios, el éxito de esta aventura espumosa no está ni mucho menos garantizado, pero es digna de alabanza la intención de embotellar unos parámetros superiores de calidad y ponerlos a disposición del paladar del cliente planetario, con información suficiente.
Especificaciones
Entre los requisitos exigidos para que un cava acceda a esta calificación se encuentran la edad mínima del viñedo (al menos 10 años), un rendimiento que jamás ha de exceder los 8.000 kg por hectárea, una vendimia manual, un prensado máximo de 60 litros por cada 100 kg de uva y que la crianza en botella alcance siquiera los 36 meses; además de las características edafológicas y climáticas de cada paraje particular.
Estrategia
Desde su llegada a la presidencia del Consejo Regulador del Cava en 2013, Pedro Bonet –cuyo mandato acaba este año– apostó por los vinos con mayor valor añadido (reservas y grandes reservas), en busca de reconocimiento global y fortalecimiento de marca. Los Cavas de Paraje Calificado, cuarta categoría integrada en la D.O. Cava, son un gran paso en esta dirección y buscan estar en lid con los mejores espumosos del mundo.
Mercados
Los vinos que se van incorporando a esta categoría han aumentado desde 2017, pero a un ritmo muy contenido. El mercado exterior del cava supone un rotundo 66% de sus ventas y la pugna con la alargada sombra de los grands crus y premiers crus de Champagne está muy presente. No obstante, debido a la novedad, de las 40.500 botellas de cava de paraje producidas el pasado año, apenas 1.500 se consumieron en el extranjero.