Calma en Ribera
Teresa Rodríguez, definiendo el carácter de Tarsus
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La enóloga, formada en Madrid, comenzó como analista de laboratorio en la Estación Ecológica de Castilla y León y lleva al frente de Tarsus desde que la bodega comenzó su andadura, aunque también ha pasado por Bodegas Aura en Rueda.
Luisa Denis. Imágenes: Arcadio Shelk
Resulta poco frecuente ver a miembros de multinacionales con los hombros relajados, pero puede que el vino también sea un negocio con ciertos matices de atipicidad en el mundo corporativo.
Teresa Rodríguez Escribano (Madrid, 1963), a la que definitivamente le gusta su trabajo, es la enóloga de Bodegas Tarsus, explotación vitivinícola de la Ribera del Duero, propiedad del gigante de las bebidas Pernod Ricard. A través de su interés en comprender las vides y los terruños a su cargo, esta profesional ha convertido su mandato en la dirección técnica de esta bodega en una solvente autoría de vinos. “Busco que el viñedo me diga en qué lo tengo que atender. Me gusta respetar la vid y no ser muy intervencionista; dejar hacer a la microbiología del vino”, dice como exposición de motivos. Aunque mucha modestia hay en ello, pues si algo define su trabajo es la investigación de las posibilidades de cada parcela en el proceso de elaboración y el constante inconformismo con los resultados, en un viaje de interminable búsqueda de la excelencia. “Me gusta segmentar y probar cada terruño; para mezclar siempre hay tiempo”, señala.
Geografías
Esta zona es más fresca que Valladolid. La orografía ofrece un marco de protección frente a heladas y vientos. Las precipitaciones medias son de 450 a 500 mm. Estas características y los distintos suelos que tenemos aportan una singular potencia a la tinta del país. De ella logramos mucha elegancia, una tanicidad aterciopelada y largura”, dice la enóloga.
La bodega
Tarsus –cuyo nombre procede de la ciudad de Tarso, en Turquía, de ancestral tradición vitivinícola– es una bodega fundada en 1998. Se halla entre las localidades burgalesas de Roa y Anguix, a unos 800 metros de altitud. Su espléndida casa solariega recuerda a un château bordelés que se hubiera trasladado por arte de magia a un campo de Castilla.
La técnica
La bodega no se pasa de frenada en recursos técnicos innecesarios, pero cuenta con unas dimensiones importantes y con herramientas multiples para ampliar el abanico de posibilidades enológicas de forma eficiente. Teresa Rodríguez emplea un sistema de despalillado por vibración menos traumático para el fruto y no es partidaria de maceraciones largas. Asimismo, cuenta con depósitos alternativos al acero inoxidable y barricas de tamaños diversos para experimentar posibilidades.
Las vides
Tarsus cuenta con 72 ha de tinta del país y cuatrode cabernet sauvignon, en 21 parcelas con distinta orografía y suelos –arenosos, arcillosos, calizos, sílices…–, lo que resulta discernible ya a la vista a través de los intensos contrastes cromáticos de la finca. Cada una de las parcelas recibe una atención individualizada. El método principal de cultivo de la bodega es en espaldera de dos alambres, un modelo agrícola del que fueron precursores en España.
Momentos y vinos
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