Enólogo y director técnico
Félix González, Bodega Matarromera en clave de viña
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Este enólogo vallisoletano de 60 años, curtido en laboratorios enológicos, es el responsable de los coupages de los vinos que se elaboran en cada una de las nueve sedes del grupo Bodegas Familiares Matarromera.
Raquel Pardo. Imágenes: Archivo
Matarromera cuenta con sedes repartidas por las principales denominaciones de origen de Castilla y León, incluyendo su último proyecto en Rioja. González comenzó a trabajar en la casa fundacional prácticamente desde su origen, y desde principios de los 90 ha visto crecer el grupo “desde que éramos dos personas hasta hoy, que somos 170”. El técnico es un apasionado de la viña y es ahí hacia donde centra su atención, buscando terrenos óptimos donde plantar nuevas cepas, “siempre con orientación sur y preferiblemente en ladera”. Los dominios de Olivares y Valbuena son algunos de sus favoritos, junto con “100 hectáreas muy especiales en Villanueva de Gumiel, con suelos calizos”. Aunque en la compañía se da mucha importancia al terroir, “no es nada fácil cuando se elabora un millón de botellas”. Tampoco pierde de vista al consumidor, quien manda en un mercado cambiante y al que hay que saber adaptarse, siempre con la tempranillo como bandera.
“Cuando comenzamos hace 30 años con Matarromera, no había un consumidor muy entendido, y apostamos por un perfil de vinos más comerciales, con mucha extracción, mucha barrica, una boca opulenta… Ahora nuestro carácter es más clásico, con evolución en el estilo de los vinos, con fruta más presente, más ligeros. Me gusta decir que los Matarromera son tan reconocibles como un Mercedes último modelo.”
Punto de mira
Félix González es un entusiasta de la caza, a la que dedica gran parte de su ocio. Patos, gansos y corzos son sus presas favoritas, que persigue en compañía de su esposa por lugares como México, Escocia, Hungría o Bulgaria. Sin embargo, como biólogo experto en aves, siente esa contradicción en la que “querría devolver a la vida cada pieza que cazo”.
I+D continuo
Uno de los aspectos clave de Matarromera tiene que ver con la investigación continua, que, según González, entronca con el carácter inquieto de Carlos Moro: “Está siempre pensando en nuevos proyectos”, añade. Entre sus logros se cuentan los vinos sin alcohol, la reducción de sulfitos y, confirma el enólogo, se está investigando para “seleccionar levaduras propias que contribuyan a realzar la tipicidad”.
Con responsabilidad
El foco en la viticultura se está materializando, en palabras de Félix González, en la optimización de los riegos y una gestión eficiente del estrés hídrico de las uvas para lograr una mayor calidad, además de para gastar menos agua y respetar los acuíferos de la zona: “Somos partidarios de la viticultura ecológica, sin extremos; nos interesa el consumidor, pero sin descuidar el entorno y el campo”, arguye.
Del vino, hasta los andares
En Matarromera la diversidad de elaboraciones va más allá del vino, del que se producen desde variedades frizzantes a derivados sin alcohol, brandies, orujos y destilados. Además, existe una gama de extractos polifenólicos a partir de hollejos que la bodega ha desarrollado junto a Mario Sandoval y una línea de cosméticos con base en productos vitícolas. Completa la gama un aceite de oliva virgen extra procedente de variedades de aceituna de olivos propios.
Castilla y León en viña
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