Ciudad del Cabo, una experiencia completa frente al mar

la segunda ciudad de Sudáfrica, con algo menos de cuatro millones de habitantes, se alza como ejemplo de apertura, libertad y tolerancia. Con el recuerdo de Mandela muy presente, la ciudad ofrece una apariencia cosmopolita y moderna, con claras señales de prosperidad y riqueza. Desde su elegante y siempre animado waterfront (puerto) hasta la belleza de sus vistas desde la Table Mountain, a la que se accede en teleférico para realizar un breve recorrido o una larga caminata (es posible regresar a pie), la ciudad reúne todos los tópicos que enamoran al turista: mar y montaña, buenos restaurantes y todo un hervidero de cultura. Pero una vez deslumbrados con lo esencial, la metrópoli africana sigue enamorando con los detalles, siempre con una copa de buen vino en la mano.

Barrio de esclavos

Ciudad del Cabo es un lugar para recorrer sin prisas, atravesando las grandes casas victorianas de Long Street o por cualquier calle de su City Bowl (el centro) para aterrizan en lugares míticos como Bo-Kaap, antiguo barrio de esclavos donde sus pequeñas casas, una vez abolida la esclavitud, se pintaron de colores alegres creando un escenario multicolor único. O contemplando el barrio residencial de Gardens, denominado así por ubicarse en él los huertos con los que abastecían a los barcos. Un buen sitio para cenar es la casa victoriana que aloja Van Hunks, con música en directo y ambiente juvenil. Muchos lugares coquetos para una cena informal reúne De Waterkant, el distrito LGTBI de la ciudad, con una parada indispensable en Origin Coffee Roasters para tomar un café inolvidable o en The Piano Bar para picar algo mientras escuchas jazz en directo.

Olas peligrosas

La ciudad, al estilo de Río, vive de cara a la playa con el culto al cuerpo que conlleva. El surf, asignatura esencial para los jóvenes, se practica en cada rincón de la costa, a pesar de los carteles que señalan la presencia de escualos: “Las olas son mucho mejores en esta zona, así que ignoramos el peligro. Siempre hay voluntarios vigilando que avisan cuando avistan tiburones, señala Patricia, la guía de Kobo Safaris que nos acompaña. Pero no solo se disfruta dentro del agua. Cuando termina la jornada laboral, el malecón de Ciudad del Cabo (promenade) se llena de paseantes de todas las razas, mostrando la diversidad de Sudáfrica. Desde el renovado Green Point Stadium que vivió una victoria de España en su camino hacia la Copa del Mundo hasta la zona residencial de Bantry Bay, el largo paseo marítimo (cuatro kilómetros) se convierte en uno de los pocos espacios “paseables” del país. De nuevo frente al mar, de manera inevitable, terminarás en Victoria & Alfred Waterfront, magníficamente restaurado en los años 80 y donde hoy se concentra el mejor entretenimiento de la ciudad, desde su inmenso centro comercial hasta la multitud de cafés, restaurantes y bares nocturnos. Sin complicaciones, hay ofertas para todos los gustos y la opción de adquirir algo en las tiendas del Food Market y comerlas en el exterior es también perfecta. Porque el tiempo seguro que acompaña.