Buscar complicidades en el mundo del vino desde la política
El vino asalta el Congreso
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Un grupo de diputados forma la Asociación Parlamentaria por la Cultura de la Viña y el Vino, con la que pretenden “buscar complicidades” entre otros diputados y sectores de la sociedad. Raquel Pardo
El vino es, por primera vez, un punto de unión entre miembros de la política de muy distintas orientaciones. A través de la Asociación Parlamentaria por la Cultura de la Viña y el Vino, todos los grupos presentes en el Congreso de los Diputados se han puesto de acuerdo para impulsar, a través de actividades de todo tipo, el consumo y el conocimiento del vino entre la sociedad y su propio entorno. En el ámbito internacional, asociaciones parecidas son el Intergrupo Vinos del Parlamento Europeo, el Wine Caucus estadounidense o la ANEV francesa (Asociación Nacional de Elegidos de la Viña y el Vino).
Han sido siete representantes de comisiones de agricultura de sus respectivos partidos y comunidades autónomas quienes han dado el primer paso, pero como afirma el vicepresidente de la Asociación, Alejandro Alonso (PSOE), “estamos abiertos a otros diputados, senadores y europarlamentarios”, incluidos los procedentes de otros sectores, para que se incorporen poco a poco a esta recién nacida agrupación.
Con un espíritu de unión y consenso poco visto en otros foros entre políticos de distinto signo, la asociación quiere promover el vino teniendo en cuenta su importancia no solo agrícola, sino social, económica y cultural. Son conscientes, como afirmó el presidente, José Cruz Pérez Lapazarán (PP), de que políticas gubernamentales como la “tolerancia cero” con el alcohol pueden incidir en el consumo del vino negativamente.
El vino, multisectorial y en crisis
Ayer, aprovechando la sesión plenaria, la Asociación convocó a todo el público que quisiera asistir ( y que se hubiera enterado de que existía esa posibilidad) a una mesa redonda, segunda de sus actividades como recién nacida agrupación, y titulada “Consumo, cultura y arraigo popular del vino”, en la que participaron el crítico de vinos Carlos Delgado, el presidente de la Fundación para la Cultura del vino y bodeguero Eduardo Muga y el ganadero e incipiente elaborador de vinos Victorino Martín.
Sobre el tablero se pusieron de manifiesto las carencias del sector, que pasa por una crisis de consumo nacional agravada por la mala situación económica del país, y que hizo decir a Delgado que ahora “el vino es una cuestión de Estado”, teniendo en cuenta que España es la primera superficie de viñedo del mundo y sin embargo su consumo se equipara al de países sin arraigo vinícola. Hizo hincapié en la importancia económica, social y ambiental del sector (“si en España se arrancara el viñedo, nos desertizaríamos”, comentó).
Eduardo Muga ahondó en el carácter multisectorial del vino (“es economía, agricultura, paisaje y entorno, turismo, arte…” enumeró el copropietario de Bodegas Muga) y señaló la necesidad de “no mirarnos el ombligo” y buscar “el interés general” del sector, en referencia a la ausencia de políticas globales de actuación por parte de todos sus agentes.
Como “inexperto” bodeguero que afirmó ser, el ganadero Victorino Martín habló de su experiencia personal en la elaboración de su primer vino “como un tributo a Extremadura, la tierra que nos ha acogido” y a una actividad que está pasando, según él, “horas bajas”. El recién estrenado elaborador contó que ha empezado a hacer un blanco de la variedad autóctona Eva de los Santos, procedente de un viñedo prefiloxérico.
El próximo 22 de mayo hay prevista una nueva actividad de la Asociación, también abierta al público, para abordar el programa europeo Wine in Moderation.