Nace Paisajes y Viñedos de Navarra

Navarra, un paisaje vitícola que se hace necesario defender

Viernes, 07 de Agosto de 2020

Varios productores navarros promueven la recién creada asociación Paisajes y Viñedos de Navarra, con el objetivo principal de preservar el viñedo de la región y proteger su patrimonio vitícola de las amenazas del progreso. Raquel Pardo. Imágenes cedidas por Viña Zorzal

“El progreso no tiene futuro”. Esta demoledora frase que pronunció el arquitecto Albert Cuchí durante el Encuentro de Viticulturas en la Granja Remelluri en 2016 engloba el clima de amenaza que la sociedad industrial provoca en la viticultura y la vida rural: si no se preservan o construyen oasis inmunes al progreso, no hay futuro vitícola que valga.


Esto mismo debió de pensar Iñaki Sanz Larrea, cofundador de Viña Zorzal Wines, cuando a pocos cientos de metros de su bodega en Corella (Navarra) se erigió una central eólica con molinos que cernían su sombra sobre los viñedos cercanos: “Parece que los molinos nos van a comer”, pensó. Zorzal, que comenzó con su padre y ha continuado gracias al nuevo impulso que Iñaki, sus hermanos Xabier y Mikel y su socio Rafa Regadera han insuflado en el proyecto, tiene su leit motiv en el paisaje y entorno de Corella, Fitero y su región, donde elaboran vinos de garnacha, graciano y otras variedades locales que se han esmerado en recuperar. Ese fundamento se ve ahora contaminado por las instalaciones eólicas y fotovoltaicas que se están aprobando en toda la Comunidad Foral y que han provocado ya no pocas reacciones entre agrupaciones municipales de vecinos, que se oponen a la instalación de parques eólicos en sus montes. El último, al norte de Pamplona, promovido por Sacyr, contempla la implantación de 56 molinos aerogeneradores.


[Img #18321]“Queremos energías limpias, pero no encima del viñedo”, aclara Sanz. Para proteger ese patrimonio, y ayudado por su “vecino” de viñas, Álvaro Palacios (quien está al frente de la bodega familiar en Rioja Oriental, Palacios Remondo, en Alfaro, a apenas 12 minutos en coche), los Sanz y Regadera han impulsado la asociación Paisajes y Viñedos de Navarra, una agrupación pensada para dar valor a los viñedos y los campos navarros y poder presentar las alegaciones necesarias en contra de su desmesurada proliferación e instalación en medio de zonas rurales donde su perjuicio medioambiental es muy alto. En la carta que Iñaki Sanz ha enviado a bodegas paisanas, colaboradores y amigos se expresa la preocupación por la amenaza que suponen estos proyectos energéticos: “Torres y líneas de alta tensión cruzarán nuestra campiña quebrando el paisaje ancestral” reza uno de los párrafos.


Con la colaboración de Palacios, la asociación tomará forma jurídica en breve y podrá seguir su labor contando con, es su objetivo, la totalidad de bodegas y viticultores de Navarra: “Nuestra preocupación va más allá de lo local”, comenta Iñaki Sanz, quien recuerda que la pandemia ha paralizado las reuniones presenciales pero no ha detenido la labor de la recién creada agrupación, que ya se ha reunido con el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Navarra y su nuevo director gerente, Javier Santafé. “Pedimos al Consejo Regulador compartir nuestro objetivo y que colabore con la Asociación difundiéndolo entre las bodegas para hacer fuerza”, comenta Sanz, que anuncia una reunión en septiembre para informar a las 85 bodegas y 1900 viticultores navarros de la existencia de Paisajes y Viñedos de Navarra y animarles a adherirse: “Queremos contar con al menos medio centenar de socios para tener representatividad” incluyendo también, alega Sanz, al Consejo Regulador que, en su opinión, “se tiene que mojar” porque “es una oportunidad única para Navarra de hacer algo que cambie el declive que sufrimos desde hace más de tres décadas.


El cambio, añade Sanz, viene por el viñedo, y desde la asociación se reivindica que el paisaje vitícola y su entorno en Navarra se declaren no aptos para construir parques eólicos y fotovoltaicos. La agrupación, que ya cuenta con el apoyo y membresía de algunas bodegas vecinas de Viña Zorzal, ha solapado el mapa del viñedo navarro con el de instalaciones energéticas presentes y proyectadas para poner de manifiesto la proliferación “desatada” de estas en la Comunidad, que provoca daños como los que señala la fundación Sustrai Erakuntza: mortalidad de aves, apertura de caminos, desaparición de arboledas, movimiento de tierras o desnaturalización de paisajes en una región que, además, es excedentaria en la producción de energía eléctrica, según un informe propio sobre impacto ambiental de los parques eólicos en Navarra.


A este propósito, Sanz señala la hipocresía de las administraciones proponiendo, por un lado, que el viñedo de Rioja (incluida su parte navarra) sea considerado Patrimonio de la Humanidad y por otro llenando su paisaje de parques eólicos y fotovoltaicos y la dificultad añadida de tratar con unos ayuntamientos a los que su instalación reporta ingresos fáciles o expectativas de enriquecimiento sin esfuerzos, señala Sustrai en un artículo publicado en Noticias de Navarra.


[Img #18320]Pero la creación de PYVN no responde solo a criterios “románticos”, tal como señala Sanz. También está detrás el sustento de miles de viticultores en un sector, el del vino navarro, que comercializó más de 34 millones de litros, según datos del Consejo Regulador relativos a 2019. Este argumento económico se suma también a que el paisaje navarro atrae también al turismo y que está íntimamente relacionado con la gastronomía, otro de los atractivos de la región. Además, añade Sanz, “el futuro de Zorzal, como el futuro del vino navarro, pasa por defender el patrimonio, que para nosotros está en el campo. Lo importante es el entorno, el suelo, el paisaje… si no lo defendemos nos vamos a cargar el legado de las generaciones que vienen”, sin contar con que “los monstruos a pie de calle” dañan una panorámica que es difícil conjugar con la idea de proyectos ligados al paisaje, y que en exportación “es difícil defender un vino sin contar con el paisaje”, recuerda Sanz. “Para volver a situar Navarra entre los grandes viñedos del mundo necesitamos unidad”, comenta el enólogo, que desde la Asociación ha empezado a establecer contactos con asociaciones que comparten objetivos en otras comunidades y regiones como Rioja, Jerez o Priorat, “quienes muestran que el camino pasa por unirnos y luchar juntos y conseguir que se nos escuche”.


Sanz confía en que Navarra aproveche el momento para reivindicar una posición brillante en el sector del vino que se quedó enterrada por décadas de mediocridad y potenciales que no se hacían realidad, y asegurar el futuro de una región rica en historia y variedades propias, donde incluso se han hallado plantas de la vid más primitiva, la vitis silvestris, cuya antigüedad se cifra en unos cinco millones de años, y se está investigando la conexión de algunos monasterios de la región en los que los monjes ya practicaban la viticultura con los que existían en Borgoña en la Edad Media.


Es tiempo de demostrar si esos gigantes de 200 metros que se ciernen sobre el viñedo navarro son simples molinos de viento a los que es posible derrotar con la unidad de unos cuantos donquijotes, personificados en bodegas, cooperativas, viticultores y la fuerza de las asociaciones vecinales de los pueblos afectados.

 

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