LA PRESCRIPCIÓN DEL EXPERTO
El enólogo elige: Viña Salceda, madurez en Rioja Alavesa

Roberto Martínez Salinas es la mano sabia detrás de Viña Salceda. El joven experto argumenta las razones por las que el Crianza de la bodega es sinónimo de tipicidad y clase dentro de la Rioja Alavesa. Redacción Sobremesa
Se llama Roberto Martínez Salinas y vino al mundo en Logroño hace 39 años. Se precia de ser elaborador y viticultor, pero quizá se encuentre más cómodo en esa definición plena y poética que habla de "hacedor de vinos". Lleva ya un par cosechas de elaboración en Viña Salceda, tiempo suficiente para conocer y empaparse de la tipicidad, la identidad y la madurez de la quintaesencia de esta bodega de la Rioja Alavesa. Confiesa que su gran fortuna ha sido nacer en una familia de cosecheros, por eso durante toda su formación combinó sus estudios con las diferentes tareas vitivinícolas. Finalmente, ya al frente de su pequeña bodega familiar, cultivó y elaboró durante una década vinos francos y profundos que expresasen todo el potencial de las viñas de su propia saga. En el año 2019 le dieron la oportunidad de entrar a formar parte de un gran proyecto, al frente de una de las bodegas míticas de Rioja: Viña Salceda. "Para mí es un enorme reto profesional, al ser un icono dentro de la denominación, y con mucho potencial por explorar. Está rodeada de un viñedo histórico de gran calidad, con unas condiciones climáticas y suelos únicos para una maduración optima de la tempranillo. Estamos inmersos en nuevos proyectos, como el nuevo viñedo que plantamos el año pasado en Laguardia, con cinco hectáreas a una altitud de unos 600 metros a los pies de la Sierra de Cantabria".
Este joven maestro de la enología, experimentado en paisajes y viñedos singulares, Martínez Salinas asegura que lo que más le emociona es "trabajar en un coupage final. Y sin duda, el más complejo es nuestro Viña Salceda Crianza, al ser nuestro vino de más volumen. Te permite jugar a mezclar diferentes variables para hacer una mayor composición (diferentes parcelas, diferentes vinificaciones, diferentes variedades y diferentes crianzas). Cada año supone un nuevo desafío en el que expresar con franqueza la identidad del vino a partir de la complejidad de sus componentes". El enólogo abunda en la "importancia de la añada en esta referencia", esencial en cada toma de decisiones para poder mantener "la identidad del vino y definitivamente, marcan una influencia en el resultado final".
Terruño y clima
La uva con la que se compone Viña Salceda Crianza procede mayoritariamente de viñedos plantados en suelos poco fértiles de consistencia media y carácter arcillo-calcáreo, que son abundantes en la Rioja Alta y Alavesa. El criterio de selección de todas las parcelas es el equilbrio productivo que otorga el suelo a la planta y la ubicación en un microclima tendente a madurar total y lentamente. De aquí se obtienen vinos muy equilibrados de cuerpo medio, frescos, frutales. Aquí entra en liza la labor del enólogo. "La uva se vendimia al 100% de forma manual cortado solo aquellos racimos sanos y maduros. A su llegada a bodega se despalilla y estruja suavemente antes de ser conducida a los tanques de acero inoxidable, allí después de una pequeña maceración prefermentativa, el vino fermenta a temperatura controlada. Durante este proceso es fundamental la extracción suave mediante remontados manuales. Después del descube y una vez finalizada la segunda fermentación (maloláctica), el vino es conducido por gravedad a nuestros calados subterráneos donde el vino se afina y estabiliza en barricas bordelesas", explica Martínez Salinas.
Catas y distancias
Viña Salceda Crianza supone un valor seguro, atractivo, goloso, fresco y vivo que engancha con decisión. Elaborado a partir de la variedad tempranillo, con un toque de mazuelo y graciano. Al enólogo le hace olvidar, en gran medida, los meses de confinamiento y mascarilla, y arde en deseos de poder retomar el contacto con todos esos familiares y amigos con los que aún hay que mantener precaución y distancia. "Este año está siendo muy complicado, a todos los niveles, hemos tenido que tener un poder de adaptación brutal. En mi caso estas navidades van a ser únicas, pues voy a ser papa por primera vez. Esperamos la llegada de nuestra hija Mencía, y para esas fechas estaremos los tres en casa. Echo de menos abrazar, viajar, dar la mano, cenar en grupo... en definitiva, hábitos que son parte de nuestra manera de vivir y de sentir. Vivimos en una tierra muy abierta y social, en la que las cenas, las quedadas con amigos y familia, los abrazos, el contacto en sí, son nuestra forma habitual de expresarnos".












