Viaje por lo natural

Vilajuïga, más de un siglo del agua con unos puntos de gas

Lunes, 08 de Febrero de 2021

El agua Vilajuïga lleva desde 1904 formando parte de la historia y la gastronomía del pueblo del que toma nombre y para el que es ya patrimonio emocional, acompañante de comidas, cenas y buenos ratos de generaciones enteras. Redacción Sobremesa

El agua Vilajuïga es una bebida singular que ha cautivado no solo al municipio que lo custodia, sino a artistas como Josep Pla o Salvador Dalí, y de la que Ferran Adrià comenta que “es todo misterio y hay algo de misterio que la hace mágica”. Un agua gastronómica, única, singular y escasa que no tiene burbujas, sino “unos puntos de gas” y cuya magia se gesta en un pozo artesiano a 70 metros de profundidad.

 

Compañía gastronómica perfecta

 

Vilajuïga posee un cuerpo ligero y deja sensación de frescor en el paladar y, al ser ligerísimamente gasificada, no se impone sobre la comida ni resulta saciante. Adrià dice de ella que “en un momento en el que todo el mundo habla de lo “natural” y casi nada es natural, Vilajuïga es natural, y eso es muy, muy importante”.

 

El carbónico de Vilajuïga es natural, perfectamente integrado y producto del viaje del agua a través del subsuelo. El sumiller Ferran Centelles alaba su “sensación carbonatada muy delicada” y su “textura única que envuelve el paladar con suavidad y un sabor que respeta al máximo las elaboraciones culinarias” al tiempo que su sensación alcalina “aporta un sabor virtuoso que acompaña de forma excepcional a la comida”.

 

Restaurantes como el Motel del Hotel Empordà de Figueras o el propio elBulli tuvieron en Vilajuïga su agua de cabecera, y como ellos, otros muchos restaurantes que han sabido y saben apreciar sus cualidades gastronómicas.

 

Servida en una copa de calidad, limpia el paladar, y aunque se puede tomar a temperatura ambiente, se disfruta al máximo servida entre los seis y ocho grados de temperatura.

 

[Img #18966]Un agua singular: los orígenes

 

Fue en el año 1904 cuando un empresario de la localidad, Ramón Margineda, fue consciente del valor que tenía el agua Vilajuïga para los consumidores más allá del pueblo y fundó una empresa destinada a explotar el acuífero del que procede, situado en las inmediaciones de la Sierra de Verdera y a unos 70 metros de profundidad, rodeado por el Parque Natural del Cabo de Creus.

 

Esta agua, a su paso hasta el manantial, va circulando por el subsuelo y absorbiendo minerales a su paso, al tiempo que adquiere su condición carbónica, con una burbuja finísima, de aguja. Su lento progresar bajo la tierra hace de ella un agua rica en minerales como el magnesio, el sodio, el litio o los bicarbonatos, una carga mineral que había llamado la atención del empresario y propiciado la primera analítica que se realizó en España de un agua con propiedades minero medicinales, obra del farmacéutico Oliver Rodés. En el informe se podían leer los beneficios y usos del agua, que se recomendaba para “Las personas sanas, especialmente las debilitadas de las grandes ciudades”, a las que se aconsejaba utilizar estas aguas “como bebida ordinaria por un tiempo indefinido, salvo si su doctor se lo prohíbe expresamente”.

 

[Img #18965]Agua de fama internacional

 

Vilajuïga ha ido siendo conocida en todo el territorio catalán y ocupando mesas en los restaurantes más prestigiosos. A principios del siglo XX se hicieron carteles publicitarios de Agua Vilajuïga que hoy son piezas de coleccionista, como el que realizó el artista y cartelista italiano Leonetto Capiello en 1910, subastado en algunas plataformas digitales por valor de varios cientos de euros.

 

[Img #18963]

Salus per aquam

 

La presión del subsuelo por el que pasa el agua Vilajuïga antes de llegar al manantial aporta una gran cantidad de minerales y oligoelementos que son beneficiosos para el equilibrio en el organismo. Los habitantes del pueblo de Vilajuïga han convertido al agua en su compañera perfecta de una dieta saludable, tomándola varias veces al día y disfrutando de su sabor; hay quien no se imagina su día a día sin tenerla cerca.

 

Vilajuïga es un agua ampurdanesa de enorme fuerza telúrica, que discurre bajo un territorio moldeado por la tramontana y su soplo, en un entorno geológico cambiante que ha inspirado la nueva botella en la que se presenta. Una nueva vida para un agua cargada de historia, emoción y territorio.

 

 

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