Viticultura heroica

Vinos de Cangas, la singularidad del viñedo de Asturias

Martes, 25 de Mayo de 2021

Es la única denominación vinícola asturiana, la más desconocida del país y también la más pequeña pues, hasta la fecha, son solo siete las bodegas que la conforman. Pocas, pero bien avenidas, con el objetivo común de hacerse con un trocito del mercado, aunque por ahora el suyo esté más bien centrado en el local y regional. Mara Sánchez

En su haber, vinos fruto del territorio en el que nacen, de influencia atlántica, reconocidos con el sello de calidad “vinos de viticultura heroica” o de alta montaña por la vertiginosa inclinación de gran parte de sus viñedos, con el duro trabajo que conllevan.

 

Poco a poco va despertando el interés de jóvenes elaboradores, lo que parece podrá traducirse en un aumento, lento, de los proyectos que actualmente dan vida a la denominación de origen Cangas. Si bien es verdad que no cualquiera va a entrar. En tierras asturianas vienen surgiendo iniciativas varias, pero no todas cumplen los estrictos requisitos de la DOP; entre otras razones, porque no queda claro el origen de las uvas con las que elaboran. De momento, solo siete bodegas conforman esta denominación, firmas donde la trazabilidad de su materia prima está clara (el territorio delimitado por el Consejo Regulador) y que cumplen con la normativa acordada. Su zona de elaboración se ubica en el suroccidente asturiano, limitando al oeste con la provincia de Lugo y al sur con la leonesa.

 

La tradición enológica asturiana se remonta al siglo IX pero, tras diferentes avatares, las viñas terminaron desapareciendo con el surgimiento de la minería (a mediados del siglo pasado), sec­tor que hizo que las poblaciones se incorporasen a esta actividad en detrimento del campo. Antes, también la filoxera tuvo parte de responsabilidad en el abandono del viñedo, pues la plaga llegó a Cangas en 1889 reduciendo muchísimo la superficie disponible. Frente a estos riesgos, se optó por seleccionar variedades de la zona e injertarlas en patrones americanos resistentes a la filoxera. Luego, el paso del tiempo demostró que tampoco podían plantar vides en cualquier comarca, sino que requerían estar protegidas del frío y favorecidas por el sol, lo que explica que el viñedo de la denominación se concentre en la parte occidental de la región, en los valles de los ríos Navia y Narcea.

 

Los primeros pasos organizativos en Cangas se fechan en los años 90, cuando para detener la desaparición de viñedos e incentivar nuevas plantaciones se funda la Asociación de Productores y Elaboradores del Vino de Cangas, que también va a preocuparse por ir formando a los viticultores. A pesar de una limitadísima producción inicial, lo que sí abundaba era la elaboración de vinos para autoconsumo: “Rara era la casa que no tenía viñedo para consumo propio y se sigue haciendo”, comenta el presidente de la denominación, José María Martínez Parrondo. La aprobación definitiva de la DOP Cangas tiene lugar en 2014, un recorrido que comenzaba a principios del siglo XXI siendo vinos de la tierra y que tienen en las variedades autóctonas uno de sus principales potenciales. Son 13 las autorizadas, aunque cuatro las principales por propias y abundantes: verdejo negro, albarín negro, carrasquín (el que más tarde madura, con más tanino) y el albarín blanco, conocido como “blanco lexítimo”. Patrimonio vitícola al que añaden el paisaje en el que crecen. Hablamos de minifundios, viticultura heroica, viñas en pronunciadas pendientes, uno de sus grandes añadas, la producción total de la denominación ronda los 100.000-120.000 kilos.

 

Los actuales elaboradores

 

[Img #19370]uva tinta de CangasEl Monasterio de San Juan Bautista de Corias (1044), hoy Parador Nacional, es determinante en la historia de los vinos asturianos, y ahora da nombre a su bodega más potente, Monasterio de Corias. Los monjes impulsarían el cultivo y desarrollo de la vid, a pesar de los estragos que después viviría. Víctor Álvarez, es el propietario y enólogo de la casa. Comenzaron alquilando a los monjes la bodega, en una finca donde conservaban vestigios de viñedo, luego registraron la marca Monasterio de Corias, pidieron la replantación de aquellas viñas y elaboraron un primer blanco en 2004. Cinco años después el Monasterio se vendió al Principado y lo convirtió en Parador, pero los dueños disponen ahora de dos bodegas dentro de la finca que encierra ese edificio histórico.

 

Luego están los pequeños proyectos familiares. Bodega VidAs, con una gama especial, Cien Montañas, que agrupa sus monovarietales de variedades autóctonas. Señorío de Ibias cuyo promotor, Adrián Fernández, cuenta con tres hectáreas de viñedo propio con las que elabora. Bodegas La Verdea, nombre que refiere la antigua viña familiar, con cepas centenarias, y que fue fundada en 2019 para recuperar la tradición de los antepasados. De 2014 es Vitheras (Viticul­tores Heroicos Asturianos), dirigida por Carlos Ron y quien cuenta que en la casa familiar encontraron documentos que atestiguan que ya en 1556 sus antepasados cultivaban y vendían vino. Antonio Álvarez Álvarez, al frente de Bodega de Antón Chicote, elabora antes de que existiera la denominación. Solo hace tintos y su marca comercial es Penderuyos. Hijo, nieto y bisnieto de viticultor, sus pequeñas elaboraciones las vende casi en exclusiva en el restaurante homónimo que regenta en Cangas. Por último, Las Danzas se llama el proyecto que en 2019 pone en marcha Carmen Martínez, viticultora toda su vida y que ahora elabora sus vinos a partir de 3,3 hectáreas de viñedo. atractivos, pero que suponen grandes dificultades y exigen trabajos manuales. En la actualidad son 55 las hectáreas inscritas (40 de viñas viejas de más de 200 años), aunque hay 12 más con nuevas plantaciones que estarán disponibles en próximas vendimias. Rodeados de barreras montañosas, principalmente la Cordillera Cantábrica, disfrutan de un microclima que les supone más horas de sol y menos lluvia que en el resto de Asturias. En el suelo, pizarras y esquistos. El resultado general, vinos de carácter atlántico, frescos, con buena acidez, salinos y no excesivo grado. Aromáticamente, tienen fruta, notas balsámicas, minerales, recuerdos florales y herbáceos.

 

 

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